El imposible rescate de la ruina

La obra de Giorgio Grassi y Manuel Portaceli ha sido juzgada y condenada. El TSJ valenciano y el Tribunal Supremo, en varias sentencias, han considerado culpable la rehabilitaci¨®n del Teatro Romano de Sagunto emprendida hace m¨¢s de 15 a?os por encargo de los socialistas Joan Lerma y Cipri¨¤ Ciscar, entonces presidente y consejero de Cultura, y han ordenado su demolici¨®n parcial porque no se limit¨® a restaurar, sino que reconstruy¨® con nuevos materiales. Quien promovi¨® el caso, el abogado Juan Marco Molines, ex diputado del PP, no ceja en su empe?o de que la condena se ejecute, aunque pol¨ªticos, gestores culturales y colectivos de arquitectos respirar¨ªan si lo dejara correr y ponen en duda que los jueces decidan sobre aspectos t¨¦cnicos como qu¨¦ se puede considerar "restauraci¨®n" o qu¨¦ "reconstrucci¨®n".

Un manifiesto contra la demolici¨®n re¨²ne ya cerca de 900 firmas de artistas como Concha Velasco, Joan Manuel Serrat, Emma Su¨¢rez o Jos¨¦ Carlos Plaza, y de arquitectos como Oriol Bohigas o Vittorio Gregotti. Otros sectores, vinculados a la derecha valenciana, insisten en derribar la obra mientras la Generalitat, gobernada por los populares, que promovieron el caso, busca una salida que acarree el m¨ªnimo desgaste.

A medida que el contencioso judicial agotaba tr¨¢mites, la cultura del patrimonio ha evolucionado. Las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX vieron c¨®mo se generalizaba un tratamiento de las rehabilitaciones que descarta las dos tradiciones de origen decimon¨®nico, tanto la basada en la idea rom¨¢ntica del ingl¨¦s John Ruskin de dejar las ruinas sin restaurar como la del franc¨¦s Violet Le-Duc, partidario de imitar el estilo original. Te¨®ricos y profesionales destacan que se impone la reconstrucci¨®n anal¨®gica, contraria al falso hist¨®rico, que considera la restauraci¨®n un proyecto arquitect¨®nico cuyo objetivo es la puesta en uso de los monumentos mediante la convivencia de elementos antiguos con otros de lenguaje actual. Rafael Moneo aplica esos principios en la rehabilitaci¨®n del Teatro Romano de Cartagena.