Gana, pierde, empata
La disoluci¨®n de las Cortes dispar¨® la estampida hacia las urnas aunque la campa?a no comience de manera oficial hasta mediados de febrero. La incertidumbre sobre el resultado y la corta distancia entre PSOE y PP registrada en las encuestas alimenta la hip¨®tesis seg¨²n la cual el Gobierno -temeroso de que una baja participaci¨®n le perjudique- dedicar¨¢ todos sus esfuerzos a tratar de convencer a los indecisos cr¨®nicos, los abstencionistas espor¨¢dicos y los tr¨¢nsfugas potenciales. El env¨¦s de esa conjetura es que el PP tendr¨ªa asegurada, en cambio, no s¨®lo la fidelidad de sus votantes de 2004, sino tambi¨¦n la disposici¨®n de esos abnegados seguidores a concurrir a los colegios electorales el 9-M llueva, truene o relampaguee.
Seg¨²n las encuestas, todas las posibilidades parecen abiertas en las competidas elecciones legislativas del 9-M
El PSOE se sentir¨ªa obligado, as¨ª, a combatir la desgana o las vacilaciones de sus votantes de hace cuatro a?os, ahora proclives a la molicie, devorados por las dudas sobre la opci¨®n mejor para la izquierda o tentados de castigar a Zapatero con la papeleta en blanco, la abstenci¨®n o incluso el voto de castigo favorable al PP por sus desviaciones hacia la izquierda o la derecha. El remedio socialista para recordar su deber c¨ªvico a los abstencionistas, resolver las cavilaciones de los indecisos y eludir la sanci¨®n en las urnas de los decepcionados ser¨ªa una meditaci¨®n tomada en pr¨¦stamo de los ejercicios de san Ignacio acerca del regreso a los infiernos donde Aznar reina. Sin embargo, un excesivo ¨¦nfasis sobre los horrores de la vuelta del PP al poder corre el riesgo de ser percibida por la sociedad civil como una manipulaci¨®n, con el contraproducente resultado de que los escasos votantes movilizados a ¨²ltima hora por el p¨¢nico resultaran insuficientes.
Las alternativas ofrecidas por el 9-M no se limitan a una victoria del PSOE o del PP para gobernar con mayor¨ªa suficiente o incluso absoluta. Tambi¨¦n podr¨ªa ocurrir que el ganador quedase a mucha distancia de la mayor¨ªa absoluta y que el colocado le pisara los talones: ese resultado agravar¨ªa la dependencia del Ejecutivo respecto a las minor¨ªas y pondr¨ªa en riesgo la gobernabilidad del sistema parlamentario. Y a¨²n quedar¨ªa un escenario no por improbable menos conflictivo: la victoria en esca?os de un partido que, sin embargo, llegue en votos el segundo a la meta.
El efecto combinado del r¨¦gimen electoral vigente para el Congreso (circunscripci¨®n provincial, sistema proporcional con distribuci¨®n de restos por la regla d'Hondt, representaci¨®n m¨ªnima por provincia) y la preponderancia conservadora en las circunscripciones provinciales sobrerrepresentadas por la cuota m¨ªnima de dos diputados (abstracci¨®n hecha de los habitantes del territorio) hace te¨®ricamente factible que el PP conquiste la mayor¨ªa simple del Congreso aunque el PSOE le supere en papeletas. Si Rajoy no consiguiera en tal caso los aliados suficientes para ser investido presidente, no cabr¨ªa otra salida que el intento de Zapatero de formar Gobierno o la repetici¨®n de las elecciones tras el fracaso de su tentativa. -
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