Una vida sin salir del tablero
A los 14 a?os, Bobby Fischer se convirti¨® en campe¨®n absoluto de ajedrez de EE UU. De esa ¨¦poca es la famosa foto en la que se le ve, con el pelo rapado y una camiseta de manga corta, a punto de mover la dama negra con la mano derecha mientras se muerde una u?a de la izquierda. Por entonces hab¨ªa abandonado los estudios y casi cualquier cosa porque su portentoso cerebro se dedicaba, casi exclusivamente, a pensar en el ajedrez, un juego tan infinito como cerrado en s¨ª mismo.
Su infancia fue una colecci¨®n de desgracias que hirieron su personalidad retra¨ªda: su madre, Regina, era una mujer paranoica a la que el FBI acus¨® de ser una esp¨ªa sovi¨¦tica; su padre, el biof¨ªsico alem¨¢n Gerhart Fischer, los abandon¨® cuando Bobby ten¨ªa dos a?os; m¨¢s tarde se enterar¨ªa de que su verdadero padre no era ¨¦l, sino el cient¨ªfico h¨²ngaro Paul Nemenyi, al que tambi¨¦n acusaron de ser un esp¨ªa ruso. A lo largo de los a?os sesenta, su ajedrez alegre, directo, arriesgado y valiente sigui¨® destacando, pero su car¨¢cter inestable y mani¨¢tico y sus disputas con la Federaci¨®n Internacional de Ajedrez le impidieron disputar el t¨ªtulo mundial. "Hay que jugar la apertura como el libro, el medio juego como un genio y el final como una m¨¢quina", dec¨ªa. Y lo cumpl¨ªa: en 1971 tumb¨® a todos sus rivales en el torneo de candidatos. Encaden¨® 20 triunfos seguidos en un deporte en el que, a ese nivel, las tablas son algo habitual y casi un alivio al que se agarran los contendientes como boxeadores agotados de zurrarse en la cuerda floja.
Tras estas victorias, con 32 a?os, se gan¨® el derecho a desafiar al campe¨®n mundial, el ruso Boris Spassky. Ese torneo, disputado en Islandia, en 1972, fue mucho m¨¢s que una partida de ajedrez: en plena guerra fr¨ªa, un estadounidense desafiaba a la Uni¨®n Sovi¨¦tica en un juego que los rusos consideraban de su propiedad y donde hab¨ªan colocado invariablemente un campe¨®n del mundo desde hac¨ªa tres d¨¦cadas. Convertido en s¨ªmbolo de la lucha Este-Oeste, Bobby Fischer gan¨® el torneo y un amigo: su contendiente Spassky, tambi¨¦n convertido a su pesar en s¨ªmbolo y maldito en la URSS desde entonces.
Tres a?os despu¨¦s, Fischer se neg¨® a defender el t¨ªtulo ante Anatoli K¨¢rpov, que gan¨® por incomparecencia. A partir de entonces, el estadounidense desaparece de la vida p¨²blica. En 1992, desafiando a su pa¨ªs, se salta a la torera el bloqueo a la antigua Yugoslavia y disputa la revancha m¨¢s famosa del planeta, frente a un Spassky tambi¨¦n 20 a?os m¨¢s viejo. Los dos antiguos amigos volvieron a jugar y Fischer volvi¨® a ganar.
Se convirti¨® en un refugiado, en un ap¨¢trida. En 2004 fue detenido en Tokio. Islandia le concedi¨® asilo. All¨ª fue a morir. All¨ª ha muerto. Alguna vez dijo que su partida favorita la disput¨® cuando ten¨ªa 13 a?os, antes de que comenzara todo, antes de convertirse en campe¨®n. -
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