La piedra oculta
Descubierto el pazo desmontado del historiador Francisco S¨¢nchez Cant¨®n
Varios mont¨ªculos de piedras pre?adas de matojos. Un tropel de m¨¢moas nacientes, acunadas por los helechos. En eso par¨® el pazo que el arquitecto Eloy Maquieira hab¨ªa edificado en "el kil¨®metro 2 de la margen izquierda de la carretera de Pontevedra a Mar¨ªn" para su amigo el historiador Francisco Javier S¨¢nchez Cant¨®n. Y as¨ª habr¨ªa quedado para siempre, quiz¨¢s, de no haberlo descubierto una productora coru?esa, Theseus Films, que ya ha empezado a elaborar un documental sobre la historia de la casa y sus art¨ªfices: dos de los intelectuales m¨¢s relevantes de la Galicia contempor¨¢nea.
Ambos eran de Pontevedra. Ambos conocieron la efervescencia regionalista de principios del siglo XX y a sus protagonistas. Y ambos se afanaron en conservar la cultura de su pa¨ªs, al tiempo que impulsaban su modernizaci¨®n. El curr¨ªculo de Francisco Javier S¨¢nchez Cant¨®n, el mayor y el m¨¢s longevo de los dos, es como para no creerlo. Desde los 16 a?os, cuando le premiaron por un ensayo sobre La influencia de la literatura gallega en la nacional, todo fueron logros.
El historiador gan¨® un premio de ensayo cuando s¨®lo ten¨ªa 16 a?os
El pazo fue una de las ¨²ltimas creaciones de Eloy Maquieira
La inmobiliaria que compr¨® la finca opt¨® por desmontar el edificio
Curs¨® la carrera de Filosof¨ªa y Letras, pero su vida gir¨® mayormente en torno al arte. En Madrid gestion¨® el Archivo del Palacio Real. Fue catedr¨¢tico de Literatura Galaico-Portuguesa. Entr¨® como subdirector del Museo del Prado -a las ¨®rdenes de otro paisano suyo, el pintor Fernando ?lvarez de Sotomayor- y acab¨® dirigi¨¦ndolo durante d¨¦cadas. Adem¨¢s lleg¨® a presidir dos academias a la vez, la de Historia y la de Bellas Artes. En su tierra sufrag¨® y cuid¨® personalmente la edici¨®n del ¨¢lbum N¨®s de Castelao. Prolog¨® en gallego obras de Agust¨ªn Portela Paz y Cabanillas. Fund¨® y dirigi¨® el Museo de Pontevedra, al que despu¨¦s legar¨ªa su archivo y su biblioteca. Impuls¨®, junto con Vicente Risco, Ferm¨ªn Bouza Brey y otros nacionalistas, la creaci¨®n del Instituto Padre Sarmiento. Y encima sac¨® tiempo para escribir centenares de ensayos, art¨ªculos y conferencias.
El joven Eloy Maquieira llevaba una carrera semejante. Tras licenciarse en Madrid y viajar por Europa empap¨¢ndose de las obras de Walter Gropius, Mies van der Rohe o Le Corbusier, regresa a Galicia decidido a iniciar su modernidad arquitect¨®nica. Casi toda su obra se halla en Lugo, donde en 1923 fue nombrado arquitecto municipal. Los principales edificios que llevan su sello son el Instituto de Ense?anza Xo¨¢n Montes, la Nueva Plaza de Abastos, el Cinema Espa?a, los grandes inmuebles de la Plaza Mayor y Santo Domingo, la cooperativa de Casas Baratas -con la que introduce el concepto de ciudad jard¨ªn- y el Sanatorio Pimentel, que fue demolido, tras muchas protestas, en los a?os 80.
El chalet que acaba de salir a la luz fue una de sus ¨²ltimas creaciones. Pero, curiosamente, no la elabor¨® en ese hormig¨®n que ¨¦l hab¨ªa introducido, ni tampoco en ese estilo internacional que ¨¦l hab¨ªa propagado sino en granito de la zona y a la manera tradicional. Seg¨²n se aprecia en los planos que datan de enero de 1942, la vivienda ten¨ªa dos niveles: la planta de s¨®tanos, con trastera, le?era, despensa, granero, carbonera, lavadero y secadero, y la planta noble, que constaba de porche, vest¨ªbulo, office, despacho, cuarto de estar, comedor, cocina, tres dormitorios y tres ba?os.
Poco antes, Eloy Maquieira hab¨ªa acondicionado, para ¨¦l y su familia, el Pazo de Conturiz -rebajado hoy a sal¨®n de bodas-, en el que realiz¨® la que pasa por ser la primera restauraci¨®n moderna en Galicia. Poco despu¨¦s, en abril de 1944, mor¨ªa a causa de una septicemia, a pesar de los esfuerzos del padrino de su hija, el propio S¨¢nchez Cant¨®n, por conseguirle los antibi¨®ticos que tanto escaseaban en la ¨¦poca.
Pero ?y el pazo? ?C¨®mo pudo acabar as¨ª? S¨¢nchez Cant¨®n muri¨® sin descendencia. Su casa pas¨® por distintas manos hasta que una constructora compr¨® los terrenos para edificar una urbanizaci¨®n. Por fortuna, el aparejador supo apreciar su valor y decidi¨® desmontarla en vez de demolerla. Fue ¨¦l quien se la vendi¨® a su actual propietario, Manuel Fraga, el gestor de la inmobiliaria que, todav¨ªa hoy, sigue anunci¨¢ndola.
Manuel quiere replantar el pazo aunque no le importar¨ªa traspas¨¢rselo a alguien interesado por nuestro patrimonio arquitect¨®nico. Entre tanto, los perpia?os que so?¨® Maquieira y que abrigaron a S¨¢nchez Cant¨®n yacen ahora en una lameira cercana al castillo de los Andrade,en Pontedeume. Como las almas en el limbo, a la espera de resurrecci¨®n.
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