Los cubanos se hacen o¨ªr
El voto del exilio en Florida ser¨¢ decisivo en las primarias republicanas
La comunidad cubana en Florida se sabe influyente estos d¨ªas. De su voto depende, en gran parte, el resultado de las primarias republicanas que se celebrar¨¢n ma?ana. Todos los candidatos han hecho al menos una parada obligatoria en el paseo de la Calle Ocho de Miami, el centro de la resistencia contra la dictadura de Fidel Castro.
Es tradici¨®n: la gran mayor¨ªa de cubanos de Florida vota republicano. Esta comunidad de 800.000 exiliados va a acudir a las urnas en masa. El ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani se ha dejado ver con frecuencia en la Peque?a Habana. La ¨²ltima parada fue el pasado viernes, en un comedor de la misma Calle Ocho. Cada d¨ªa unos 400 ancianos de escasos recursos acuden a este centro a comer por 50 c¨¦ntimos de d¨®lar. Entre ellos est¨¢ Heriberto Rodr¨ªguez, de 76 a?os. Lleg¨® a Miami hace s¨®lo nueve. En los a?os sesenta fue encarcelado en la prisi¨®n de Santa Clara por escribir art¨ªculos sobre la escasez de alimentos en la isla. Y tiene claro a qui¨¦n va a apoyar. "Giuliani va a destruir el comunismo en el mundo. Tumbar¨¢ a Castro", dice.
Giuliani muestra en la Peque?a Habana su perfil duro, el de anticomunista
Cuando Giuliani llega, muestra su perfil duro, el de ac¨¦rrimo anticomunista que en sus d¨ªas de adjunto al fiscal general de EE UU luch¨® por la presunci¨®n de asilo pol¨ªtico para todo aquel que llegara de Cuba. "Castro es un ser violento, un asesino", exclama entre aplausos. "Lo que yo quiero es una Cuba libre". En actos como ¨¦ste, puede parecer que Giuliani lo va a tener f¨¢cil entre los cubanos. Pero cuando el ex alcalde se marcha, ¨¦stos no lo tienen tan claro.
En el santuario del exilio, el restaurante Versailles, los corrillos sit¨²an la victoria del pr¨®ximo martes en otro lugar. "Ser¨¢ McCain o ser¨¢ Romney
[ex gobernador de Massachusetts]. Giuliani est¨¢ acabado", dice Juan Garau, jubilado de 63 a?os. "Aqu¨ª se respeta el historial de McCain, por ser veterano de guerra, por haber sido torturado en Vietnam por un comunista cubano. Es como nosotros". Se respetan las credenciales militares, pero los exiliados que entre caf¨¦ y caf¨¦ esperan el final de la dictadura, ya no auguran un nuevo desembarco en la Bah¨ªa de Cochinos. "Si el r¨¦gimen cae, ser¨¢ desde dentro", dice Garau. "A Fidel y a su hermano no les quedan m¨¢s de dos a?os en el poder".
La guerra de Vietnam o la crisis de los misiles de 1962 se recuerdan en la Calle Ocho como parte del presente. Pero hay algo que comienza a cambiar en la Peque?a Habana. Los hijos del exilio ya no tienen tan en mente los libros de historia, sino nuevos problemas que les afectan como ciudadanos estadounidenses. Giuliani y McCain son aqu¨ª la l¨ªnea del anticastrismo tradicional. Las nuevas generaciones buscan otros caminos. Marco Rubio, de 37 a?os y primer presidente de la C¨¢mara de Representantes de Florida de origen cubano, apoya al ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee, por "sus principios morales s¨®lidos".
Muchos cubanos de Miami ya no pasan sus d¨ªas en la Calle Ocho. Los pasan trabajando o dirigiendo empresas. Son parte del empuje econ¨®mico del sur de Florida. Tanto de ellos como del n¨²cleo anticastrista depender¨¢ la victoria de ma?ana.
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