La cara oculta del parque G¨¹ell
Trias denuncia la dejadez del recinto en el ¨¢rea forestal que linda con El Coll y Vallcarca a diferencia de la tur¨ªstica
![?ngels Pi?ol](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2996def5-4f7d-4ecf-ada6-746768fac215.png?auth=4edcab0cb2f418f595b64b8e453c1c1ede58c476b20f5338b20762076716a89d&width=100&height=100&smart=true)
Justo antes de cruzar la puerta de acceso al parque G¨¹ell, en la avenida del Coll del Portell, se gira a la izquierda, se recorren 100 metros de bosque y aparecen de pronto un colch¨®n, una fregona, latas y todo tipo de escombros. Xavier Trias, portavoz municipal de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU), muestra los desperdicios y afirma: "Y eso que sab¨ªan que ven¨ªamos y han limpiado". El dirigente convergente denunci¨® ayer por segunda vez en cuatro a?os el abandono de la zona forestal del parque G¨¹ell, la m¨¢s pr¨®xima a Gr¨¤cia y Vallcarca, y alejada de los flases de los turistas. "La parte monumental est¨¢ cuidada y ¨¦sta no. Y es una l¨¢stima que teniendo una joya como ¨¦sta solo la disfruten los turistas y no los vecinos. Es el debate de siempre".
El parque G¨¹ell tiene 17 hect¨¢reas, entre ¨¢rea monumental y forestal, y CiU calcula que unas cinco hect¨¢reas son las afectadas por la dejadez. Sus cr¨ªticas son b¨¢sicamente tres: los dif¨ªciles accesos al parque por el Coll del Portell, al existir un denso "muro" de vegetaci¨®n que separa las casas del parque; la acumulaci¨®n de basuras (suelen amontonarse tambi¨¦n en la zona de Pau Ferran) y la falta de iluminaci¨®n y de vigilancia hasta el punto que, aseguran, se han producido combates de boxeo de skins. Trias cree que, aunque la orograf¨ªa es complicada, deber¨ªa buscarse un sistema para acercar el parque a la gente, como sucede en el parque de Mar¨ªa Luisa, en Sevilla; el Retiro, en Madrid, y Hyde Park, en Londres.
Mientras cientos de turistas se abrasaban ayer en el sur del parque disfrutando del ingenio de Gaud¨ª, no paseaba nadie por la zona umbr¨ªa del bosque, cerca de la fuente de San Salvador, totalmente seca; apenas dos extranjeras perdidas y dos vecinos con sus perros. "Aqu¨ª, iluminaci¨®n ninguna", dice M¨®nica Ruiz, de 29 a?os. "Por aqu¨ª hab¨ªa porquer¨ªa por un tubo y mi madre se ha hecho un hart¨®n de llamar al Ayuntamiento. No llueve, esto est¨¢ muy seco y hay riesgo de incendio". "El problema es que esta zona no la considera parque G¨¹ell", a?ade Josep Alberte, de 77 a?os, que ha ido a recoger ramas secas para enceder su chimenea. "Esto es la selva y aquello el parque".
"El ¨¢rea boscosa est¨¢ dejada y podr¨ªan tenerla bastante mejor", abunda Juli Bernat, un jubilado que desde hace 14 a?os acude de forma altruista a vigilar la escalinata y el drag¨®n -"es una salamandra", corrige-, y reprime con su silbato a quienes se encaraman a ¨¦l. El parque ofrec¨ªa ayer un aspecto espl¨¦ndido, pero los ojos de Juli ven lo que otros no. Lamenta la falta de vigilancia, que s¨®lo trabajen cuatro o cinco jardineros en el parque -"en otros tiempos hubo 14 o 15"- y la mala imagen que suelen ofrecer los paquistan¨ªes ocupando con sus puestos top-manta los bancos de la plaza del Teatre. Pero ayer no. Hace dos semanas que no se les ve.
Tras las cr¨ªticas, el Ayuntamiento reaccion¨® ayer por boca de su regidor Guillem Espriu, que, en declaraciones a Europa Press, explic¨® que pretenden que el parque sea m¨¢s accesible para los vecinos de Vallcarca, el Coll y la Salut, de la misma forma que en su d¨ªa el paseo Mar¨ªtim permiti¨® acercar la Barceloneta al mar. Seg¨²n Espriu, quieren consensuar el plan con los vecinos y estar¨¢ listo en dos meses.
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