No hubo nada

La Audiencia Provincial de Madrid ha ratificado el sobreseimiento y archivo acordado hace siete meses por el juzgado de instrucci¨®n que investig¨® las supuestas sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa de esa localidad madrile?a. Pero la Audiencia ordena adem¨¢s que se retiren de la resoluci¨®n judicial las referencias que contiene a "mala praxis m¨¦dica".

De esta manera, lo que empez¨® como denuncia de "eutanasia masiva" queda disuelto en nada: no hab¨ªa caso Legan¨¦s, aunque puede haber caso Lamela, en referencia al entonces consejero de Sanidad, y ahora de Transportes, de la Comunidad de Madrid, que gestion¨® de la peor manera un asunto que se prestaba a la demagogia m¨¢s burda e irresponsable.

Todo empez¨® en marzo de 2005, por una denuncia an¨®nima que incid¨ªa en una acusaci¨®n presentada dos a?os antes contra el m¨¦dico Luis Montes, coordinador del servicio de urgencias, denuncia que fue archivada por el Juzgado de Legan¨¦s. Lo que se sabe de la denuncia an¨®nima es que hablaba de 400 casos de "eutanasia activa" en ese servicio, seg¨²n el testimonio del entonces l¨ªder del PSOE madrile?o, Rafael Simancas, en referencia a lo que personalmente le comunic¨® Lamela.

Pero la comunicaci¨®n por parte del consejero de que la denuncia hab¨ªa sido remitida a la fiscal¨ªa se acompa?¨® de la destituci¨®n provisional, y enseguida definitiva, de Luis Montes. Fue esa decisi¨®n la que convirti¨® en acusaci¨®n grav¨ªsima una denuncia cuya veracidad no hab¨ªa sido investigada. El efecto fue una l¨®gica reacci¨®n de alarma y desconfianza hacia el hospital de Legan¨¦s y, por extensi¨®n, hacia la sanidad p¨²blica. Pero tambi¨¦n contra la pr¨¢ctica misma de la sedaci¨®n terap¨¦utica de los enfermos terminales.

As¨ª, lo que es una actividad m¨¦dica prevista en la ley, cuya finalidad es ahorrar sufrimientos a enfermos terminales, permiti¨¦ndoles una muerte digna, siempre con el consentimiento del paciente o sus familiares, se vio revestido de una truculencia inquietante, con efectos incontrolables. E incluso sirvi¨® de coartada para que m¨¦dicos contrarios a esa pr¨¢ctica por motivos ideol¨®gicos o de otro tipo se negaran a aplicar las sedaciones reclamadas por familiares. Esto es especialmente grave en un pa¨ªs en el que la mitad de las personas que fallecen lo hacen sin posibilidad de aliviar el dolor con los medios disponibles.

La resoluci¨®n de archivo adoptada en junio reflejaba en cierta medida el clima de sospecha creado al mantener una referencia a "malas pr¨¢cticas m¨¦dicas", aun descartando relaci¨®n con las muertes investigadas (las cuales fueron reduci¨¦ndose de las 400 iniciales a apenas cuatro). Esa referencia carec¨ªa de base, seg¨²n la Audiencia. "Es evidente que no me he equivocado", dijo Lamela un mes despu¨¦s de destituir a Montes. El PP moviliz¨® a los consejeros de Sanidad de seis comunidades en su apoyo. Pinchado el globo, es la hora de asumir responsabilidades.