La justicia tumba el bulo de Aguirre sobre las sedaciones de Legan¨¦s

Les llamaron asesinos, fueron represaliados, la Comunidad de Madrid, que preside la popular Esperanza Aguirre, se escud¨® en un an¨®nimo para denunciarles por matar a 400 pacientes terminales y la Cope y El Mundo los crucificaron. Nada. No queda nada.

La Audiencia Provincial de Madrid ha archivado definitivamente el bulo de las sedaciones en Legan¨¦s y ordena restituir el nombre de Luis Montes, ex coordinador de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s, y retirar cualquier alusi¨®n a mala pr¨¢ctica m¨¦dica. No s¨®lo no hubo causa penal, ni siquiera mala pr¨¢ctica. Y eso, tras mirar con lupa 339 historias de los muertos en la urgencia de Legan¨¦s durante tres a?os.

Esperanza Aguirre intenta desmarcarse ahora del caso que llev¨® al juzgado

En 22 de junio pasado, el juez de Legan¨¦s que desde hac¨ªa dos a?os investigaba las supuestas sedaciones irregulares en Legan¨¦s archiv¨® el caso. Montes hab¨ªa ganado. Pero no del todo. El titular del juzgado, Rafael Rosel, daba satisfacci¨®n al ex consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela, del PP, al afirmar en su resoluci¨®n: "Varios pacientes han muerto tras mala pr¨¢ctica m¨¦dica a la hora de sedarles".

Ese archivo parec¨ªa el ¨²ltimo cap¨ªtulo de un caso que comenz¨® el 11 de marzo de 2005, cuando Lamela dio p¨¢bulo a una denuncia an¨®nima sobre m¨¢s de 400 homicidios en Legan¨¦s. Dar cr¨¦dito a ese escrito supon¨ªa pensar que un servicio completo de un hospital (decenas de m¨¦dicos y enfermeras) llevaba a?os matando a su antojo a los pacientes que por all¨ª pasaban. Pese a ello, y a que una investigaci¨®n de la consejer¨ªa dos a?os antes no hab¨ªa encontrado nada, Lamela relev¨® a Montes y denunci¨® el caso.

Montes y su segundo, Miguel ?ngel L¨®pez Varas, (que han dado la cara por los 14 m¨¦dicos imputados) pudieron aceptar el archivo. Ya no pod¨ªan ser condenados. Pero recurrieron a la Audiencia de Madrid para que el juez eliminara la alusi¨®n a la mala pr¨¢ctica m¨¦dica.

En un auto fechado del pasado 21 de enero, la secci¨®n decimos¨¦ptima de la Audiencia accede a la petici¨®n de los m¨¦dicos y ordena "tener por suprimida toda menci¨®n realizada en el auto recurrido a la mala praxis m¨¦dica". La sala considera que "ha sido un exceso" del juez esa menci¨®n, ya que no ha investigado los suficiente para concluir eso.

Adem¨¢s de esa reparaci¨®n, la Audiencia arremete contra la comisi¨®n de expertos que design¨® a dedo Lamela y que detect¨® 73 casos de sedaciones excesivas, contra el informe del Colegio de M¨¦dicos que, a instancias del juez, hall¨® 34 sedaciones irregulares.

La Audiencia demuestra que cometieron errores de bulto en los an¨¢lisis. El auto afirma que las conclusiones del Colegio de M¨¦dicos son "sumamente controvertidas" y pone ejemplos de lo mal que analizaron las sedaciones. "Se ha puesto de manifiesto errores en la valoraci¨®n de las historias cl¨ªnicas de los pacientes fallecidos, casos en los que se dec¨ªa que no se hab¨ªa tratado la enfermedad de base y que estando en coma hipogluc¨¦mico fue sedada, cuando parece que la glucemia fue revertida y el coma se produjo por un shock s¨¦ptico con paro multiorg¨¢nico, momento en el que fue sedada". Tambi¨¦n resalta otro cas en el que el informe "dice que el paciente estuvo 12 horas sin tratamiento base y al que directamente se aplic¨® la sedaci¨®n, cuando en realidad se produjo un error en la lectura de entrada al hospital, tomando el perito las 23 horas por las 11 de la ma?ana". Ese perito critic¨® que la mujer falleciera a los minutos de recibir la sedaci¨®n cuando estuvo m¨¢s de 12 horas con el tratamiento antes de fallecer.

La Audiencia apoya la tesis de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa que, en un informe remitido al juzgado en noviembre de 2005, desmont¨® las conclusiones de la comisi¨®n Lamela. La sala critica que el informe no tenga en cuenta el peso y la talla del paciente para considerar excesiva una dosis, algo b¨¢sico, seg¨²n la Sociedad de Epidemiolog¨ªa.

Adem¨¢s, discrepa de los expertos de Lamela cuando dicen que no se puede sedar a un paciente en coma y dice que "es un tema discutido". Aunque la comisi¨®n Lamela dict¨® que estaban mal sedados, la Sociedad de Cuidados Paliativos la considera aceptable. La sedaci¨®n terminal es aquella que se aplica al paciente terminal para calmarlo aunque pueda acelerar la muerte. Est¨¢ aceptada por la Iglesia cat¨®lica.

La denuncia afirm¨® que los familiares de los sedados nunca dieron su consentimiento, algo que queda tambi¨¦n desmentido. Pero el auto confirma que si en las historias cl¨ªnicas faltaban los consentimientos escritos, era porque los custodiaba Montes y los aport¨® al juzgado. Tras una denuncia previa, Montes estableci¨® una hoja de consentimiento informado que guardaba en su despacho. En los casos que carec¨ªan de este escrito, prosigue el auto, "en las hojas de enfermer¨ªa se hace menci¨®n de consentimientos prestados de forma oral, siendo tambi¨¦n discutido si es necesario en momentos cr¨ªticos recabar el consentimiento por escrito, motivo por el cual habr¨ªa casos en los que no existiese la hoja de dicho consentimiento". Contra el auto no cabe recurso.

Los m¨¦dicos del Severo Ochoa y la oposici¨®n pidieron la dimisi¨®n de Lamela y excusas de Aguirre. No obtuvieron ni una ni otra. Lamela no apareci¨® y Aguirre intent¨® desmarcarse de la denuncia. Afirm¨® que la Comunidad de Madrid "no es parte del proceso" judicial y que "nunca ha acusado a nadie". Eso no es cierto: fue la consejer¨ªa la que el 27 de mayo de 2005 denunci¨® el caso al juzgado cuando vio que el fiscal iba a archivar la denuncia que le hab¨ªa remitido Lamela. Las asociaciones de pacientes Adepa y Avinesa, apoyaron al denuncia aunque s¨®lo una de las familias de los 339 fallecidos denunci¨® pro su cuenta en el juzgado y fue archivado.

La presidenta del Colegio de M¨¦dicos de Madrid, Juliana Fari?a, cuyo comit¨¦ ha quedado desprestigiado, tampoco se dio por aludida y "se congratula" por el archivo. Montes tiene ya se ha querellado contra a los principales locutores de la Cope y estudiam¨¢s denuncias. Nadie se hace responsable del calvario de 14 m¨¦dicos ni de los pacientes que desde entonces han muerto con dolor.

Archivado el caso de las sedaciones de Legan¨¦s