Una magia poderosa
T¨¤pies exhibe sus ¨²ltimos y vitales trabajos en Barcelona
La edad es un grado entre magos y chamanes, y, naturalmente, tambi¨¦n entre artistas. Sobre todo si, como Antoni T¨¤pies, buscan que su arte transmita algo de esta magia poderosa, profunda y tel¨²rica, que confiere vida a las cosas inanimadas. "Es algo muy dif¨ªcil de explicar, es algo que tienes que sentir pero que no puedes entender de manera intelectual", explica. "Para m¨ª todo es lo mismo en el universo, por eso no te puedes poner demasiado firme y pretender que una parte es el todo o que una idea es la verdadera y la ¨²nica raz¨®n porque, inmediatamente, puedes provocar todo lo contrario".
A sus 84 a?os, T¨¤pies lleva ahora bast¨®n debido a una ci¨¢tica que puede ser calificada, le dice su m¨¦dico, de enfermedad laboral; no en vano se ha pasado 50 a?os inclin¨¢ndose sobre las telas situadas en el suelo (la ¨²nica forma de poner tanta materia), y el cuerpo le ha pasado factura. Tal vez por ello en una de las grandes pinturas que ha realizado este verano aparece una enorme pierna sin cuerpo, como si hubiera querido arranc¨¢rsela y exorcizar su mal a trav¨¦s del arte... La verdad es que aunque externamente parezca un anciano, su obra no sufre ning¨²n achaque. Al contrario. Basta ver la potencia de sus materias, caligraf¨ªas, barnices y ensamblajes, todas obras realizadas el ¨²ltimo a?o, que presenta desde hoy y hasta finales de marzo en la galer¨ªa Toni T¨¤pies que regenta su hijo en Barcelona. A finales de febrero tambi¨¦n mostrar¨¢ otra parte en la Waddington de Londres y en mayo exhibir¨¢ la obra sobre papel en la galer¨ªa Lelong de Z¨²rich.
"Ahora no escribo ni hago otra cosa que dedicarme a mi trabajo, que ya es suficiente. Quiero concentrarme lo m¨¢s posible en la pintura porque el mismo trabajo es el que me va estimulando. Siempre que hago un cuadro primero miro lo que he hecho antes y ver la obra anterior me ayuda a continuar. Se trata de ver si consigo encontrar esta cosa que les da poder, dotarlas en lo posible de esta especie de magia que surge de la materia". Aunque tiene unos ¨¢lbumes con sus dibujos preparatorios en los que va recogiendo ideas, asegura que "en ¨²ltimo t¨¦rmino trabajo por instinto. Sufro pintando porque dudo mucho siempre, pero no me explico las cosas intelectualmente sino que si la pintura suena bien, lo noto muy f¨ªsicamente".
En un mundo absorbido por lo virtual y las im¨¢genes el¨¦ctricas, el trabajo de T¨¤pies es terrenal y profundo, como de otros siglos. "Bueno, el m¨ªo ha sido un trabajo a contracorriente porque durante a?os se ha despreciado este aspecto f¨ªsico de la obra de arte... basta recordar toda esta avalancha de conceptualismos que ha habido...", recuerda. Est¨¢ al corriente de los cambios que ha habido en los museos bandera de Madrid y Barcelona, pero afirma que no lo ha seguido mucho. "Me pasa como con todo. Veo que se han hecho cosas interesantes y otras excesivas. Los excesos, el querer imponer cierta tendencia, puede ser peligroso", afirma. Considera que estos excesos pueden ser variados. Tanto el querer imponer un solo modelo como pretender convertir en un espect¨¢culo el mundo del arte. "Ha habido demasiado inter¨¦s por querer tener un exceso de p¨²blico y tambi¨¦n por pretender ganar mucho dinero. A m¨ª tambi¨¦n me gusta que la gente vea mis obras. Por eso las hago, porque quiero tener la ilusi¨®n de que tal vez a alguien puedan servirle de algo, puedan serle ¨²tiles, pero sin excesos"
Considera, eso s¨ª, que el nombramiento de Manuel Borja-Villel -al que conoce desde hace muchos a?os- como director del Reina Sof¨ªa puede ser positivo. "Es una persona profesional que tiene experiencia a la hora de defender sus ideas, y eso le ha dado mucho savoir faire. Lo que no s¨¦ es si este cambio lo necesitaba el Reina o no porque estoy desvinculado de todo esto", afirma. Respecto a c¨®mo ha quedado el Macba, piensa que "va bien refrescar las cosas y renovarse un poco. Los cambios siempre son positivos".
Maragall y los achaques
Aunque no se refleja en sus obras, hace a?os que T¨¤pies necesita unas gafas con lupa para poder releer sus libros de siempre. "No me importa porque esto me obliga a leer muy despacio. Se siente mejor as¨ª", afirma. Tampoco puede escuchar m¨²sica debido a su sordera, y eso s¨ª lo lamenta. "Hay unos aparatos, pero no disfrutas igual... Pero muchas veces la escucho de memoria. Suena en mi cabeza", afirma.Ayer, en la inauguraci¨®n de su exposici¨®n en Barcelona recibi¨® la visita de Pasqual Maragall, ex presidente de la Generalitat y amigo suyo. "?C¨®mo est¨¢s?", le dijo Maragall. "Tengo un pinzamiento en la cadera que no me deja en paz", contest¨® T¨¤pies. "Tranquilo, yo lo tengo en la cabeza", remat¨® con humor un Maragall, como el artista, a¨²n en forma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.