Andr¨¦s Lozano: "La electricidad puede activar la memoria"
El mi¨¦rcoles pasado, mientras trataba a un enfermo por obesidad, el doctor Andr¨¦s Lozano (Sevilla, 1959), se encontr¨® con la posibilidad de revertir la p¨¦rdida de memoria. Desde el Western Hospital de Toronto (Canad¨¢), donde trabaja desde hace 20 a?os, intenta calmar la expectaci¨®n medi¨¢tica que ha originado el descubrimiento. "Hay que ser muy precavidos por consideraci¨®n con los pacientes, pero este proyecto podr¨ªa ayudar a los enfermos de Alzheimer", afirma telef¨®nicamente desde Canad¨¢.
"Yo s¨®lo pude decir eureka, hemos encontrado algo", dice entre ingl¨¦s y espa?ol. Y describe cuidadosamente el proceso: "El cerebro tiene diferentes circuitos que controlan determinadas funciones. Unos determinan el ¨¢nimo, otros la movilidad y otros el apetito, por ejemplo. Est¨¢bamos intentando controlar esto ¨²ltimo, con un paciente obeso y de repente, vimos que era capaz de activar el circuito de la memoria".
Lozano naci¨® en el barrio de Triana. A los tres a?os, su familia se march¨® a Canad¨¢, donde viv¨ªan los hermanos de su padre. All¨ª estudi¨® Medicina y se doctor¨® en Neurolog¨ªa. El reconocido doctor habla siempre en plural. Insiste en que su trabajo de investigaci¨®n es una labor de equipo. "Sab¨ªamos que la electricidad estimula los circuitos, as¨ª que aplicamos electrodos sobre el que controla la memoria. Y est¨¢ funcionando por el momento".
Por ahora, el proyecto piloto se est¨¢ aplicando a seis pacientes, tres de los cuales est¨¢n ya conectados al sistema de electrodos. "La intensidad se aplica con una especie de mando de la televisi¨®n, puedes subir y bajar el volumen", simplifica Lozano. Un exceso de corriente podr¨ªa da?ar otras partes del cerebro, por eso el equipo realiza un trabajo minucioso y lento.
Por si el proceso no quedara claro, Lozano ilustra la importancia de aplicar siempre la dosis correcta de electrodos: "Cuando el m¨¦dico receta unas medicinas, el paciente debe tomarse la cantidad exacta, no puede tomarse muchas m¨¢s por los efectos secundarios", razona.
En Toronto, el neur¨®logo lleva una vida muy tranquila, "a veces aburrida", confiesa. "Ser¨¢ porque no hay muchos espa?oles aqu¨ª", bromea. Desde el pasado mi¨¦rcoles, sin embargo, en sus despachos del hospital y de la Universidad de Toronto no deja de sonar el tel¨¦fono. Su secretaria recoge los nombres de los numerosos periodistas de todo el mundo que quieren ponerse en contacto con ¨¦l.
Cuando se pregunta por su vida m¨¢s all¨¢ de la ciencia, Lozano se muestra un poco m¨¢s escueto: "Me cas¨¦ hace 17 a?os con una doctora canadiense, que tambi¨¦n es neur¨®loga. Tengo dos hijos, Alejandro de 12 a?os y Crist¨®bal, de 14 a?os. Hablan un poquit¨ªn de espa?ol, s¨®lo cuando venimos al pa¨ªs. Pero me gustar¨ªa que lo aprendieran bien", reconoce.
Lozano se despide anunciando que a lo mejor regresa a Espa?a en el futuro. Cuando se menciona el nombre de Sevilla, su ciudad natal, vuelve a expresarse con soltura. "Me gustan las sevillanas, el flamenco, el bacalao con tomate, el pescaito frito, pasear por las calles... much¨ªsimas cosas". Siempre regresa a Espa?a por vacaciones, concretamente a las playas andaluzas. "As¨ª, mi mujer y mis hijos conocen mis ra¨ªces". Lo que m¨¢s echa de menos es el clima: "Aqu¨ª en Toronto estamos a 20 grados bajo cero. Seguro que all¨ª hace un sol espl¨¦ndido, ?a que s¨ª?".
Sobre la situaci¨®n cient¨ªfica actual en Espa?a, el neur¨®logo se muestra muy esperanzado: "El futuro es cada vez m¨¢s prometedor. Antes, EE UU o Canad¨¢ investigaban m¨¢s porque hab¨ªa m¨¢s medios, m¨¢s posibilidades. Pero ¨²ltimamente se est¨¢ invirtiendo mucho en Espa?a y eso es muy importante".
Adem¨¢s, Lozano quiere intentar reforzar la cooperaci¨®n cient¨ªfica entre la Universidad de Toronto y los hospitales espa?oles, sobre todo los de Andaluc¨ªa. Le interesa, especialmente, las investigaciones que ayuden a conocer mejor procesos como la depresi¨®n, a trav¨¦s de todos los circuitos que controlan el ¨¢nimo.
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