Boris Lurie, superviviente del Holocausto
Retrat¨® los horrores de su cautiverio
El artista neoyorquino de origen ruso Boris Lurie muri¨® el pasado mes de enero en su residencia en Manhattan tras sufrir un fallo renal. Ten¨ªa 83 a?os de edad. Superviviente del holocausto nazi, Lurie retrat¨® en su obra los horrores que vivi¨® durante a?os en los campos de concentraci¨®n de los nazis y se convirti¨® en una de las voces de denuncia m¨¢s fuertes de las injusticias que comete el ser humano contra los de su misma especia. Rebeld¨ªa que canaliz¨® a trav¨¦s del movimiento que el mismo bautiz¨® como el No! Art, opuesto al Pop Art y al expresionismo abstracto.
Boris Lurie naci¨® en Leningrado (hoy San Petersburgo) en 1924. A los 16 a?os de edad fue preso. Antes de emigrar en 1945 hacia los Estados Unidos, el artista vivi¨® durante la Segunda Guerra Mundial en diversos guetos, campos de trabajo forzado y de concentraci¨®n en Riga, Lenta, Stutthoh y Buchenwald. Su madre, hermanas y abuela fueron asesinadas por los nazis. Una d¨¦cada despu¨¦s de establecer en Nueva York fund¨® el citado colectivo y utiliz¨® los lienzos para dar salida con rebeld¨ªa a las crueles im¨¢genes que vio durante su adolescencia.
Y as¨ª, durante la mayor parte de su vida afront¨® con agresividad las cuestiones relacionadas con la guerra y el genocidio jud¨ªo. Sus primeras obras se exhibieron en la March Gallery. La m¨¢s famosa y controvertida se titula Railroad Collage (1959), en la que combina fotos de mujeres con el torso desnudo apiladas sobre cuerpos salidos de las c¨¢maras de gas. Un trabajo provocador y desconcertante. Era la manera que Lurie y los otros dos miembros del colectivo No! Art, Sam Goodman y Stanley Fischer, ten¨ªan para alimentar una acci¨®n social de protesta contra el fascismo, el racismo, el imperialismo y el consumismo. Lurie era el ¨²ltimo superviviente de los tres artistas.
Aunque era contrario a la inversi¨®n en arte, su trabajo forma parte de las colecciones permanentes del Museo de Arte Moderno de Nueva York y la Galer¨ªa Nacional en Washington. Su prop¨®sito no era destruir el arte, si no decir lo que sent¨ªan a expensas de las buenas maneras. Un "arte de supervivencia", dec¨ªa, de reacci¨®n a un mundo enfermo preparado para la muerte. Tuvieron que pasar tres d¨¦cadas hasta que su obra fuera expuesta por todo el pa¨ªs, de la mano de la galer¨ªa neoyorquina Clayton. Su trabajo trascendi¨® las fronteras y lleg¨® en 1998 al museo memorial del campo de concentraci¨®n de Buchenwald, de donde medio siglo antes sali¨® con vida.
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