Calidad en turismo rural
Rusticae apuesta por el prestigio en la hosteler¨ªa con encanto
Torrelodones, a las afueras de Madrid, amanece. Carlota Mateos observa, taza de caf¨¦ en mano, desde los ventanales de su despacho, el tranquilo trasiego que habita abajo, en la calle, a escasos metros de su mesa de trabajo en Rusticae, una marca de vanguardia por ella fundada -"junto con mi socia, Isabel Llorens"- y que agrupa peque?os hoteles rurales, todos ellos independientes y animados por caracteres que les son propios e intransferibles -"desde un principio hemos querido ser sin¨®nimo de prestigio y calidad dentro de la hosteler¨ªa con encanto"- ...un principio que fue todo menos r¨¢pido y apto para esp¨ªritus impacientes, empezando por las ocho horas que, all¨¢ por 1994, pas¨® esperando en un aeropuerto de Londres (Reino Unido) -"pero, como casi siempre, de todo lo malo se puede sacar algo bueno... y en aquel lugar y hora conoc¨ª a Isabel"-.
Amigas en la distancia
Las hoy socias comenzaron trabando una amistad que, despu¨¦s de un a?o de ir conoci¨¦ndose en la distancia -"ella viv¨ªa en Newscatle y yo en Londres"-, acabar¨ªa derivando en una relaci¨®n empresarial que se mantiene hasta hoy... a partir de un comienzo circunstancial -"por aquel entonces, mis padres hab¨ªan instalado un hotel rural en Asturias, pero, hasta que no resolvieran sus vidas, aqu¨ª en Madrid, no podr¨ªan comenzar a gestionarlo"-. Carlota e Isabel, respectivamente, estudiante inconclusa de Derecho -"al nacer Rusticae, acab¨¦ dejando la carrera en el primer a?o"- y licenciada en empresariales, vieron la oportunidad -"hab¨ªamos estado, durante alg¨²n tiempo, pensando sobre la idea de montar algo juntas. Por eso, cuando mis padres vieron que, a¨²n, no podr¨ªan hacerse cargo del hotel, nos decidimos a dar el paso. Les presentamos un plan de negocios y se ve que, viendo nuestra disposici¨®n, decidieron confiar en nosotras... a pesar de nuestras edades: yo, 19 a?os; Isabel, 26"-.
As¨ª es como, en un rec¨®ndito pueblecito asturiano, entre montes ba?ados por el r¨ªo Sella y a cargo de un peque?o hotel familiar, de nombre Aultre Naray, germen posterior del grupo, comenz¨® una experiencia empresarial que hoy se estudia en algunas de las principales escuelas de negocio del mundo -"en aquel tiempo, gestionando un hotel peque?o, escaso de recursos humanos y alejado de todo, nos llev¨® a pensar que la uni¨®n ten¨ªa que hacer la fuerza, que quiz¨¢s hubiera hueco en el mercado para una marca que agrupara a este tipo de alojamientos"-. Dicho y hecho -"con 3.000 euros para empezar y otros 3.000 para resistir, comenzamos a visitar hoteles, a contar nuestra idea"- ...una idea que, a pesar de la buena acogida conceptual que tuvo entre los hoteleros, tan s¨®lo se materializ¨® en nueve asociados -"la mayor¨ªa prefer¨ªa esperar, ver si ¨¦ramos capaces de mantener nuestro proyecto en el tiempo. Al final, la marca se iba posicionando en el mercado, pero eso no se ve¨ªa reflejado en la cuenta de resultados"-.
As¨ª y todo, Rusticae fue creciendo... aunque muy, muy lentamente -"a los cinco a?os nos dimos cuenta de que la ilusi¨®n ya no era suficiente motor. Necesit¨¢bamos que la empresa funcionara... ?ya! Adem¨¢s, coincidi¨® con nuestros respectivos embarazos y, con ellos, con el aumento de las responsabilidades personales"-. Bajo estas nuevas circunstancias, y despu¨¦s de mucho discurrir, las socias llegaron a la conclusi¨®n de que ten¨ªan que reajustar el modelo de negocio.
Cambio de rumbo
Los cambios funcionaron, se cobr¨® lo debido y, en un sin sentir, Rusticae enderez¨® el rumbo hacia lo que es ahora: un club que aglutina a 231 peque?os hoteles rurales repartidos por Espa?a, Portugal, Marruecos, Argentina, Chile y Andorra; las marcas Metr¨®poli -"una red de peque?os hoteles urbanos"- y Summun Design -"un estudio de arquitectura e interiorismo"-; un club de fidelizaci¨®n con m¨¢s de 18.000 hu¨¦spedes registrados; una gu¨ªa de alojamientos dise?ada por Andrew McConochie, prestigioso director de arte que ha trabajado para Sunday Time Magazine, Vogue y Elle; servicios de consultor¨ªa para la creaci¨®n de nuevos hoteles; cursos de gesti¨®n hotelera; ...pero, y sobre todo, el final de una historia que comenz¨® en la casualidad de un encuentro.
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