Los inmortales 'Busby Boys'
Fugaces como son los grandes equipos, aqu¨¦l muri¨® casi antes de haber nacido. En realidad, fue un sue?o de Matt Busby y sus muchachos, The Busby Boys, que, sobre un campo bombardeado por los alemanes, conquistaron primero el f¨²tbol ingl¨¦s y despu¨¦s prometieron disputarle la supremac¨ªa europea al Real Madrid. Compart¨ªan esp¨ªritu, juventud y talento. Repart¨ªan cartas y risas en el avi¨®n que los tra¨ªa de vuelta a casa tras eliminar al Estrella Roja, en Belgrado, clasificados para las semifinales de la Copa de Europa, cuando pararon a repostar en M¨²nich. Al tercer intento de despegue, aquel vuelo 609 de la British European Airways se estrell¨® contra una casa a las 15.04 del 6 de febrero de 1958. El mi¨¦rcoles se cumplen 50 a?os.
Matt Busby era un hombre obsesionado con la necesidad de construir. Un purista
Duncan Edwards, un ni?o prodigio, se convirti¨® en el James Dean del f¨²tbol ingl¨¦s
El United adopt¨® el estilo de Hungr¨ªa, que hab¨ªa inventado un nuevo tipo de '9'
El Manchester United rinde tributo esta semana a los 23 fallecidos, ocho de ellos futbolistas. Tommy Taylor, el delantero centro, de 26 a?os; Robert Byrne, lateral izquierdo y capit¨¢n, de 28; Geoff Bent, callado suplente, de 26; Mark Jones, mediocentro fumador de pipa, de 24; David Pegg, extremo, de 22, hijo de un minero de Yorkshire y que disfrutaba escuchando a Frank Sinatra junto a Liam Whelan, el interior de Dubl¨ªn, de 22; Eddie Coleman, travieso interior derecho, de 21, y Duncan Edwards, el ni?o prodigio de 21, medio izquierdo, que muri¨® desangrado 15 d¨ªas despu¨¦s. Les arrancaron el coraz¨®n a los Busby Boys, aunque los supervivientes mantuvieron viva la memoria hasta hoy. El m¨¢s c¨¦lebre, Bobby Charlton, que era apenas una promesa de 20 a?os, ha pasado estos d¨ªas por los colegios de Manchester contando a los ni?os lo que signific¨® aquella ¨¦poca.
Los 50 fueron a?os de luz en Inglaterra en contraste con los oscuros 40 de la posguerra. La vida comenzaba a avanzar y a distanciarse de la cartilla de racionamiento y del mercado negro. Los m¨¢s afortunados se compraban unas botas del extremo Stanley Matthews, la estrella del momento. Era el apogeo de James Dean en el cine y la m¨²sica de Bill Haley con Rock around the clock. En Gran Breta?a triunfaban Tommy Steele y Frankie Lymon and The Teenagers. ?El f¨²tbol? Pesado y autocomplaciente, con los estadios llenos, si bien otra gran tragedia ya le hab¨ªa sacudido: el accidente a¨¦reo de 1949 en el que muri¨® todo el Torino.
Ferenc Puskas dio una lecci¨®n a los inventores del juego. Hasta entonces, un delantero centro era un tipo poderoso que trataba de arrasar a los defensas. Los h¨²ngaros tuvieron una idea. Su 9, Nandor Hidegkuti, jugaba como un enlace con la media, abriendo espacios para sus compa?eros de ataque, Puskas y Kocsis, e incorpor¨¢ndose por sorpresa al gol. Hungr¨ªa gan¨® a Inglaterra por 3-6 en Wembley y despu¨¦s por 7-1 en Budapest, lo que oblig¨® a replantearse las cosas en las islas. El Manchester United adopt¨® el estilo h¨²ngaro. Y el entrenador, Matt Busby (1904-1994), capit¨¢n de Escocia en su etapa de jugador, iba a impulsar lo mejor de la cantera nacional. Entre ¨¦l y Stan Cullis, t¨¦cnico del Wolverhampton, transformaron el f¨²tbol ingl¨¦s y lo acercaron al del resto de Europa. Su lema hizo fortuna: un jugador es lo bastante mayor siempre y cuando sea lo suficientemente bueno.
En 1955-56, el Manchester gan¨® la Liga con un juego entusiasta, poderoso y alegre, reconocido r¨¢pidamente en todo el pa¨ªs. E inspir¨® dos apodos legendarios: The Busby Boys y The Red Devils. Cuando Busby lleg¨® al cargo, en 1945, se encontr¨® con excelentes futbolistas y un campo maltrecho por las secuelas de la Segunda Guerra Mundial. Busby era un hombre obsesionado con la necesidad de construir. Un purista. Le gustaba que los futbolistas se expresaran en el terreno. Ten¨ªa una mirada amplia y abierta. Quer¨ªa abrir el Manchester al mundo.
De las cenizas de M¨²nich, Busby levant¨® el United a partir de tres supervivientes: Bobby Charlton, Harry Gregg y Bill Foulkes. Fich¨®, entre otros, a David Herd, Albert Quixhall y Dennis Law antes de descubrir, en 1964, al mayor artista norirland¨¦s: George Best. Con ellos conquist¨® la Copa de Europa de 1968 al Benfica, en Wembley, el primer club ingl¨¦s en lograrlo.
Claro que no todo el m¨¦rito fue de Busby. Su fiel asistente, James Murphy (1910-1989), asumi¨® los mandos mientras el primer entrenador se recuperaba de graves heridas en las piernas en un hospital de M¨²nich. "Estaba completamente solo y tuve que rehacer un equipo", record¨® Murphy; "fue importante coger futbolistas de fuera de Old Trafford, fuera del ambiente de muerte de Manchester y de toda la emoci¨®n". Trece d¨ªas despu¨¦s de la tragedia, el Manchester disput¨® la Copa inglesa contra el Sheffield en su m¨ªtico estadio. Sesenta mil espectadores crearon un ambiente electrizante. Las alineaciones conten¨ªan once espacios en blanco en vez de los nombres de los jugadores. Los hinchas corearon los de los fallecidos. El United venci¨® por 3-0. "Me dieron pena los chicos del Sheffield", dijo Charlton; "para los aficionados s¨®lo hab¨ªa un equipo, el nuestro". Tres meses despu¨¦s, Busby presenci¨® con muletas la final de la Copa perdida ante el Bolton (2-0). Todos cantaron ese d¨ªa en Wembley Abide with me (Resiste junto a m¨ª) cuando los jugadores sal¨ªan del vestuario. Los chicos del United luc¨ªan un blas¨®n en el pecho de sus camisetas, el emblema del ave F¨¦nix renaciendo de sus cenizas. "Tras perder ante el Bolton, fue peor que nunca", evoc¨® el defensa Foulkes; "al volver a Manchester, nos esperaban millones de personas".
De los tres equipos que levant¨® en 25 a?os en el United, Busby le explic¨® al periodista John Roberts, autor del libro The team that wouldn't die, cu¨¢l fue su preferido: "A los m¨¢s viejos les puede gustar mi primer equipo, el que gan¨® la Copa de 1948. Otros prefieren el que precedi¨® a la tragedia, los Babes. Y otros, por la magia de Charlton, Best y Law, dir¨¢n que el que conquist¨® la Copa de Europa de 1968, aun sin el lesionado Law. El de antes de M¨²nich fue potencialmente el mejor que he visto. Estaba a punto de arrebatarle la corona al Madrid".
"?Eres t¨², Jimmy? ?El partido ante los Wolves es a las tres?", susurr¨® Duncan Edwards, echado en la cama del hospital de M¨²nich, al recibir la visita de James Murphy. A pesar de las heridas mortales, Edwards pensaba en jugar ante el Wolverhampton. El volante izquierdo s¨®lo jug¨® en Primera cuatro a?os, nueve meses y seis d¨ªas, convirti¨¦ndose en el James Dean del f¨²tbol ingl¨¦s. "Era tan bueno con la derecha como con la izquierda", lo describi¨® Bobby Charlton; "pod¨ªa meter un bal¨®n a 30 metros y era s¨®lido en la defensa y bueno en el juego a¨¦reo. Recuerdo una an¨¦cdota: en una semifinal ante el Chelsea, Murphy nos dijo que evit¨¢ramos la dependencia de Duncan. Que ¨¦ramos un equipo sobrado de talento. Al llegar 0-0 al descanso, nos grit¨®: 'Pasadle a Duncan'. Ganamos el partido". Edwards fue tambi¨¦n la debilidad de Busby, que lo comparaba con Best por la tranquilidad con que se tomaban los partidos. "Nada pod¨ªa pararlo ni ponerle nervioso. Y ten¨ªa una frase talism¨¢n: 'Eh, chicos, no hemos venido aqu¨ª para nada".
A los 11 a?os, Duncan ya jugaba con chicos de 15 en el Dudley, el conjunto de su ciudad. A esa edad se lo llev¨® el Manchester United y lo hizo debutar en Primera a los 16 a?os y 184 d¨ªas frente al Cardiff City. Gan¨® dos Ligas consecutivas y en 1957 lleg¨® a las semifinales de la Copa de Europa, en las que cay¨® ante el Madrid de Di St¨¦fano. Por el camino logr¨® resultados espectaculares: un 12-0 al Anderlecht o un 5-6 en el c¨®mputo global ante el Athletic. Se estren¨® con la selecci¨®n a los 18 a?os y 183 d¨ªas, registro s¨®lo superado por Michael Owen en el Mundial de Francia 98. Debut¨® en la aplastante victoria ante Escocia (7-2) y caus¨® sensaci¨®n ante la Alemania que ven¨ªa de proclamarse campeona del mundo en Suiza 54. Marc¨® cinco goles en 18 partidos internacionales.
El esp¨ªritu de Busby ha perdurado a lo largo del tiempo. El Manchester ganar¨ªa dos Ligas, 1965 y 1967, antes de iniciar un declive que acab¨® con el descenso en 1974. Resurgi¨® ya con Alex Ferguson, otro escoc¨¦s, en el banquillo desde 1986. ?l tambi¨¦n apost¨® por la juventud y consigui¨® casi un milagro: dar prioridad al f¨²tbol en un club convertido en un negocio multimillonario.
Sus diablos rojos se vestir¨¢n el domingo como hace 50 a?os. Los n¨²meros del 1 al 11, la camisa cl¨¢sica roja, los pantalones blancos y las medias negras, con el cuello en forma de v en vez de la camiseta abotonada de la primera mitad de aquella d¨¦cada. Les espera el Manchester City en Old Trafford. Ese equipaje, que no ser¨¢ comercializado, es el que llevaban en Belgrado un d¨ªa antes de la tragedia.
El mejor recuerdo para los inmortales Busby Boys.
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