La tragedia que marc¨® la historia
Se calcula que hay 330 millones de hinchas del Manchester United. Es decir, que uno de cada 20 habitantes del mundo es un diablo rojo.En muchos aficionados, el origen de su pasi¨®n se remonta al 6 de febrero de 1958. Porque, aunque ¨¦se fue el d¨ªa en que muri¨® un gran equipo, de las cenizas de un avi¨®n estrellado surgi¨® un fen¨®meno que trasciende el f¨²tbol. El ascenso del Manchester United hasta su fama como club m¨¢s popular del planeta se inici¨® en el instante en que, en la pista del aeropuerto de M¨²nich-Riem, bloqueada por el hielo, ese avi¨®n Ambassador se convirti¨® en una tumba para 23 de los 44 pasajeros que llevaba a bordo. El dolor no se limit¨® a Manchester. Cuando se pregunta a muchos aficionados por qu¨¦ animan al United si no tienen ning¨²n v¨ªnculo con la ciudad, a menudo responden que sus abuelos, padres o t¨ªos se hicieron del equipo a ra¨ªz de la tragedia de M¨²nich.
"Algunos se preguntaban si el Manchester United seguir¨ªa existiendo despu¨¦s de M¨²nich, pero el club se recuper¨® y la tragedia es la parte m¨¢s importante de su historia", relata sir Bobby Charlton, que se subi¨® al avi¨®n siendo un chaval de 20 a?os y escap¨® de los restos para convertirse en una leyenda; "s¨¦ que un mont¨®n de gente empez¨® a apoyar al United despu¨¦s del accidente. La pena que caus¨® fue tremenda porque los jugadores que murieron eran realmente unos ni?os". Charlton fue uno de los nueve jugadores que sobrevivi¨® al accidente. S¨®lo cinco de ellos viven todav¨ªa.
Se trata de Charlton, Bill Foulkes, Albert Scanlon y Kenny Morgans, adem¨¢s de Harry Gregg, que ha vendido su historia en exclusiva a un peri¨®dico ingl¨¦s. Gregg, un irland¨¦s sin pelos en la lengua que ayud¨® a rescatar a una pasajera y a su hija peque?a del avi¨®n siniestrado, est¨¢ resentido con el Manchester por la forma en que el club trat¨® a algunos de los supervivientes. S¨®lo Gregg, Charlton, Foulkes y Dennis Viollet volvieron a jugar con regularidad para el United tras la tragedia. Morgans, Scanlon y el portero suplente, Ray Wood, se fueron para fichar por equipos de menor categor¨ªa mientras que Johnny Berry y Jackie Blanchflower hubieron de retirarse por las heridas sufridas. Medio siglo despu¨¦s, las cicatrices psicol¨®gicas siguen abiertas. A medida que la fecha se aproxima, Foulkes ha desarrollado una fobia a volar. "Despu¨¦s del accidente, no ten¨ªa problemas para viajar en avi¨®n", cuenta un defensa central que en la ¨¦poca de M¨²nich era jugador del United a tiempo parcial y ten¨ªa que trabajar en una mina de carb¨®n para ganarse un dinero extra, "pero hace unos diez meses, de repente, me aterrorizaba volar".
Blanchflower y Berry no volvieron a jugar a causa de las heridas. Al cabo de unos meses, les notificaron que deb¨ªan abandonar sus casas, que eran propiedad del club, para que los jugadores que fueron fichados despu¨¦s de la tragedia tuvieran un sitio donde vivir. Algunos de los supervivientes pasaron apuros econ¨®micos, si bien hasta agosto de 1999 no se celebr¨® un partido para recaudar dinero para las v¨ªctimas del accidente y sus familias. Eric Cantona, ex delantero del United, organiz¨® un equipo de jugadores de talla mundial para enfrentarse al equipo ingl¨¦s, pero los gastos de su participaci¨®n ascendieron a 133.000 euros.
Esta semana el mundo del f¨²tbol tiene la obligaci¨®n de presentar sus respetos a los que perecieron hace 50 a?os. El mi¨¦rcoles por la tarde se celebrar¨¢ un funeral en Old Trafford y, cuando Inglaterra juegue contra Suiza esa misma noche en Wembley, los futbolistas llevar¨¢n brazaletes negros en se?al de respeto, dado que muchos de los jugadores que murieron eran internacionales.
Habr¨¢ un nuevo tributo el domingo en Old Trafford en el encuentro ante el Manchester City. Y hay cierto temor a que algunos hinchas del City no respeten la ocasi¨®n por la animadversi¨®n entre ambas aficiones. El City solicit¨® un minuto de ovaci¨®n en vez de un minuto de silencio, pero la petici¨®n fue rechazada por el United, que, con raz¨®n, cree que no ser¨ªa un homenaje digno.
Matt Busby, que recibi¨® la extremaunci¨®n dos veces en el hospital de M¨²nich antes de recuperarse y construir el gran equipo de Best, Law y Charlton en memoria de sus Babes perdidos, fue jugador del City y ayud¨® al club a ganar la Copa de la Asociaci¨®n Inglesa de F¨²tbol en 1934. Adem¨¢s, uno de los compa?eros de equipo de Busby en esa ¨¦poca en el City fue Frank Swift, al que algunos califican como el mejor portero de la historia de Inglaterra, que se hizo periodista cuando se retir¨® y fue uno de los ocho reporteros que murieron en M¨²nich.
Busby muri¨® en 1994 -unos meses despu¨¦s de ver al Manchester United ganar el t¨ªtulo ingl¨¦s por primera vez en 26 a?os- , pero el 26 de mayo de 1999, cuando ese gran hombre habr¨ªa celebrado su 90? cumplea?os, el United conquist¨® la Liga de Campeones tras derrotar al Bayern M¨²nich en Barcelona con dos goles m¨¢gicos en el minuto 90.
Simon Mullock es redactor del Sunday Mirror.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.