"Mi madre me prefer¨ªa ladr¨®n a maric¨®n"
La sociedad homenajea a las personas que sufrieron c¨¢rcel por homosexuales
A Juan Soto (Haro, 1922) a¨²n se le empa?an los ojos al recordar sus a?os de presidio en Nanclares de la Oca durante el franquismo por el hecho de su orientaci¨®n sexual. Es gay y en aquellos tiempos eso era motivo de delito y c¨¢rcel. "Mi madre prefer¨ªa que fuera ladr¨®n a maric¨®n", dice en referencia al primer encuentro que mantuvo con su madre en 1945, en el entonces campo de concentraci¨®n de Nanclares de la Oca. Su madre sab¨ªa que dos barras cruzadas en el gorro que obligatoriamente deb¨ªan llevar los presos significaba ser homosexual y una sola delito com¨²n. El d¨ªa que le visit¨® -"mi madre es lo m¨¢s grande que me ha pasado en la vida"- pidi¨® prestado un gorro a un preso heterosexual. "As¨ª le evito un disgusto", pens¨® consciente de la mentalidad que hab¨ªa impuesto la dictadura. En el fondo, ella sab¨ªa que su hijo era gay.
"Al salir de la c¨¢rcel, me tuve que marchar de Espa?a"
"El oficial nos dijo: 'que den un paso adelante los invertidos"
El testimonio de Juan Soto emocion¨® a las m¨¢s de cien personas que se reunieron ayer en la c¨¢rcel alavesa de Nanclares de la Oca para rendir un sentido homenaje a las personas que fueron encarceladas durante el franquismo por ser homosexuales. La iniciativa parti¨® del Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales, que dirige Javier Madrazo, y cont¨® con una nutrida representaci¨®n de pol¨ªticos y asociaciones civiles que luchan por los derechos de gays, lesbianas y transexuales. El calvario que sufri¨® Juan Soto, que pas¨® 25 a?os de su vida recorriendo la jungla carcelaria de Espa?a, es el mejor reflejo de aquellos a?os tan dif¨ªciles para sentirse diferente. "Cuando llegu¨¦, el oficial form¨® a los presos en el patio y dijo: 'Que den un paso adelante los invertidos.' Yo estaba preparado para eso, as¨ª que di el paso y a partir de entonces ya no fui Juan Soto. Me pusieron el apodo de Katy y no sufr¨ª m¨¢s que el l¨¢tigo de unos y otros".
Andr¨¦s Garc¨ªa, de 67 a?os y natural de Zaragoza, a duras penas puede contener las l¨¢grimas al escuchar a Soto. ?l ingres¨® en la c¨¢rcel de Martutene, en San Sebasti¨¢n, con 26 a?os, en 1965. "Simplemente por reconocer ante un comisario de polic¨ªa mi condici¨®n de homosexual". Estuvo alrededor de dos meses, tiempo suficiente para quedar marcado. "Siempre resulta humillante entrar en la c¨¢rcel y las experiencias que se viven ah¨ª".
"Cuando te meten en la prisi¨®n por un caso de estos", explica, "lo pasas muy mal. Los primeros 15 d¨ªas estuve incomunicado y fueron d¨ªas con muchas horas para pensar. Sab¨ªa que lo m¨¢s dif¨ªcil iba a resultar la salida". Hasta el punto de que "tuve que marcharme de Espa?a durante siete a?os" porque no era posible vivir en otra ciudad "con los antecedentes penales que me hab¨ªan puesto". Al cabo de esos siete a?os regres¨® , a pesar de que "corr¨ª un gran riesgo". Ahora, rejuvenece cada vez que se aprueban leyes como la de Parejas de Hecho.
La prisi¨®n de la exclusi¨®n social
En la ¨¦poca franquista fue la c¨¢rcel f¨ªsica. Pero en el siglo XXI a¨²n perdura otro tipo de c¨¢rcel para los homosexuales, la de la exclusi¨®n social. As¨ª lo denunci¨® ayer el ararteko I?igo Lamarca, quien horas antes del homenaje de Nanclares, disfrut¨® junto a otras 1.000 personas en una fiesta de carnaval organizada por el colectivo Gehitu, de apoyo a gays y lesbianas. "Las ideas de odio hacia los homosexuales siguen vivas. Hay voceros de la caverna reaccionaria que alimentan ese odio y se les condena a la c¨¢rcel de la exclusi¨®n social".
En parecidos t¨¦rminos se expres¨® el consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, Javier Madrazo. "Aunque los homosexuales tienen reconocida plena igualdad ante la ley, todav¨ªa se mantiene una discriminaci¨®n de facto". "Estoy pensando", a?adi¨®, "en j¨®venes adolescentes que se sienten incomprendidos por su condici¨®n; en personas que son marginadas en el empleo y relegadas a puestos de menor nivel; en quienes viven en pueblos peque?os y zonas rurales, en los que la homofobia est¨¢ m¨¢s presente".
Por su parte, el director de la c¨¢rcel de Nanclares, Juan Antonio P¨¦rez, ley¨® una carta de la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo. "En la Espa?a del siglo XXI nadie sufrir¨¢ persecuci¨®n por su orientaci¨®n sexual. La c¨¢rcel servir¨¢ para dar una oportunidad al que no la tuvo".
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