Peor de lo previsto

La evoluci¨®n del paro registrado en las oficinas del INEM en enero ha sido a la vez sorprendente y preocupante. El paro ha subido en 132.378 personas, el doble que en enero de 2007, con lo que el n¨²mero de parados registrados se sit¨²a en 2.261.925. Pero resulta que de esta subida del desempleo, la m¨¢s intensa de los ¨²ltimos 20 a?os, casi 100.000 parados hay que imputarlos al sector de servicios, y no al de la construcci¨®n, como hubiera sido razonable suponer habida cuenta de la crisis de ese sector.

Tal sorpresa indica que el frenazo en la construcci¨®n est¨¢ enfriando r¨¢pidamente los mercados de servicios conectados con la obra residencial. El descenso en el empleo, evidente adem¨¢s por la p¨¦rdida de m¨¢s de 84.500 afiliados a la Seguridad Social, se est¨¢ concentrando en los puestos temporales: la desaceleraci¨®n no ha tocado todav¨ªa al empleo fijo.

Para interpretar debidamente este tir¨®n del paro hay que relacionarlo con los indicadores de debilidad del consumo que se vienen registrando desde el oto?o pasado y, en particular, en los dos ¨²ltimos meses de 2007, con especial menci¨®n a los descensos en las ventas de bienes duraderos, como autom¨®viles. Dicho sea sin ambages, la desaceleraci¨®n de la econom¨ªa espa?ola es m¨¢s r¨¢pida y profunda de lo esperado. A d¨ªa de hoy, ya no es cre¨ªble una tasa de crecimiento durante el a?o igual o superior al 3%; son mucho m¨¢s probables aumentos del PIB en torno al 2,5%, y ya se ver¨¢ si no hay que reducir la expectativa con los datos de coyuntura de los pr¨®ximos meses.

El mercado de trabajo va a seguir empeorando al menos durante 2008, porque el ajuste de la construcci¨®n no ha terminado y no se ha producido su sustituci¨®n por otras actividades econ¨®micas con m¨¢s valor a?adido. Pero que la desaceleraci¨®n econ¨®mica sea m¨¢s profunda de lo esperado no autoriza a extraer conclusiones hist¨¦ricas o catastrofistas. El empeoramiento de la econom¨ªa no es s¨®lo cosa de Espa?a, y en un sistema laboral con tan elevada tasa de temporalidad parece l¨®gico suponer que cuando empeoran las expectativas quien pague los platos rotos sea el empleo temporal.

A pesar del p¨¦simo dato del empleo en el primer mes del a?o, lo cierto es que la econom¨ªa espa?ola, con los datos conocidos hoy, se encuentra lejos de una recesi¨®n, y huelgan, por tanto, comentarios hist¨¦ricos, como el de "aut¨¦ntico drama" y similares con que se han despachado el jefe de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, y su n¨²mero dos, Manuel Pizarro.

El Gobierno y el PSOE est¨¢n cometiendo un error al no explicar el alcance y efectos de la desaceleraci¨®n econ¨®mica. Hay que confiar en que el Gobierno que salga de las elecciones, sea del color que sea, act¨²e con diligencia y ponga en marcha de forma inmediata un cuadro de medidas para estimular el crecimiento y el empleo. Inevitablemente debe significar m¨¢s inversi¨®n p¨²blica y m¨¢s sensatez en los incentivos al consumo.