100 a?os: Laxeiro y Urbano Lugr¨ªs
Se cumple este a?o el centenario del nacimiento de los pintores Laxeiro y Urbano Lugr¨ªs. Dos artistas con una obra singular que compartieron tiempos de bohemia en Vigo. Hay testimonios de su amistad y existe una expresiva fotograf¨ªa de aquella ¨¦poca, en la que aparecen juntos. "A mi mejor amigo colega, que se llama Lugr¨ªs": escribi¨® Laxeiro, en el retrato a vuelapluma que le hizo en la tasca del Elixio en el 68. A?os despu¨¦s, en una entrevista declara: "Conoc¨ª a Lugr¨ªs en el a?o 31, en Madrid, y despu¨¦s de la Guerra volvemos a encontrarnos en Vigo. Aparte de ser un gran dibujante y un gran pintor, era un hombre genial, un entra?able amigo, pero, al mismo tiempo, bastante complicado".
Construy¨® su obra como un bajorrelieve hecho de invenciones, leyendas y multitudes festivas
Lugr¨ªs situaba a Laxeiro en tierra firme. Un pintor de tierra adentro (ajeno a la llamada del mar): "Es un terr¨ªcola, tocador de flauta. El mar para ¨¦l, se reduce en definitiva a las sardinas de tabal y al vino tinto de Canta o Galo en el Berb¨¦s de Vigo, que es el vino m¨¢s talasocr¨¢tico de nuestro pa¨ªs".
Laxeiro tom¨® el alcume art¨ªstico de las lajas gran¨ªticas: las rocas en las monta?as de su tierra. Construy¨® su obra como un bajorrelieve hecho de invenciones, leyendas y multitudes festivas. Su tem¨¢tica preferida se expresa a trav¨¦s de composiciones barrocas pobladas por una humanidad desbordante. Hay distintos momentos en su trabajo (siempre intenso y lleno de vigor).
Desde el puntillismo policromo y corp¨®reo, en obras de resonancia rom¨¢nica en su primera ¨¦poca, a los grafismos directos donde gravita la sombra picassiana; o la estela de Klee. El ritmo y el dibujo manifiestan la alegr¨ªa del trazo, su dinamismo y energ¨ªa plet¨®rica. Grafismo de cuerpos y ritmo de masas entrelazadas: como un puzle vital donde todo aparece imbricado.
El pintor como gaiteiro libertario recreando un universo fabulado. Toda su obra es un elogio a la vida. Los peculiares arabescos de un mundo sin fin, en plena integraci¨®n con la naturaleza. Materializado con intuici¨®n y espontaneidad creadora. Un entroido que recoge el aliento de un medievo campesino: enraizado en un sentimiento tel¨²rico de la tierra.
Urbano Lugr¨ªs expresa una fiel voluntad oce¨¢nica. El color del mar prendido en la retina desde la infancia. Pocos contemplaron la magia del crep¨²sculo como ¨¦l. Las nubes que presagian la tormenta. El luar que ilumina la torre de H¨¦rcules. Las islas C¨ªes recortadas en el horizonte. Malpica y Bueu. El azul adquiere mil matices en un universo recreado entre la realidad y el sue?o.
Un mundo encantado de panoramas subacu¨¢ticos, sirenas voladoras, islas a la deriva, catedrales sumergidas. Un hombre-frontera a caballo entre la realidad y el mito, ubicado virtualmente entre dos siglos (hered¨® la memoria del novecentismo rom¨¢ntico y se form¨® en la vanguardia parad¨®jica del "realismo m¨¢gico" de entreguerras). Ulyses Fingal (fue su alter ego literario) desdoblado entre el Atl¨¢ntico y el Mediterr¨¢neo. Cre¨® un idioma h¨ªbrido: gallego y castellano simult¨¢neamente (como en Valle-Incl¨¢n) fusionando cultismos y expresiones populares. Pint¨® elaboradas miniaturas con sus manos de gigante.
Crey¨® en el infinito que habita en cada peque?a cosa que tocamos con la mano. Un hombre dual que se nutri¨® de contrastes: humor y a?oranza (para trazar el sue?o de la libertad). Un ser anfibio que invent¨® el existencialismo comunitario: melanc¨®lico solitario que despleg¨® mil an¨¦cdotas. Leyenda de s¨ª mismo. Proximidad t¨¢ctil y lejan¨ªa m¨ªtica se fusionan en la reverberaci¨®n del aura. Transmite la intimidad de las cosas. Presencias p¨®stumas: plazas deshabitadas. El silencio metaf¨ªsico de un interior abigarrado hasta lo inveros¨ªmil, repleto de recuerdos del mar.
Laxeiro y Lugr¨ªs, camaradas sonrientes, como en aquella vieja foto: a celebrar un centenario en la distancia.
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