Carta a EL PA?S de un cineasta del pa¨ªs

Hace unos d¨ªas tuve oportunidad de leer un art¨ªculo (sin firmar) en la p¨¢gina de opini¨®n de este peri¨®dico [El Acento, 24 de enero de 2008] poniendo a parir al cine espa?ol en su conjunto, recomend¨¢ndonos a todos poco m¨¢s o menos que lo dej¨¢ramos y nos dedic¨¢ramos a otra cosa, que les har¨ªamos un favor a los espectadores, hartos de nuestra torpeza. Si hablasen de m¨ª lo entender¨ªa, porque para eso me pagan. Es mi trabajo y estoy acostumbrado. Pero lo que resulta indignante es que se juzgue con esa pasmosa ligereza a todo un gremio, a la profesi¨®n en su totalidad.

?Se imaginan a alguien diciendo "todos los escritores de este pa¨ªs son aburridos", o "los pintores espa?oles cansan con sus cuadros de siempre", o "basta ya, por favor, de zapatos espa?oles, preferimos los italianos"?

Todos los cines bajan: el franc¨¦s, el ingl¨¦s, el de EE UU... No s¨®lo el espa?ol. La culpa es del DVD Lo de las subvenciones se ha convertido en un t¨®pico. Los productores espa?oles se juegan la piel

Lo que realmente duele de estos palos no es la rotundidad con la que se formulan, sino todo lo contrario, lo alegremente que se escriben, como sin darles importancia. Da la impresi¨®n de que no afectaran a nadie. Y ah¨ª se equivocan, porque el cine espa?ol no s¨®lo somos cuatro torpes directores sin talento, sino cientos o miles de profesionales que viven de nuestras pel¨ªculas, muchas familias que tienen que buscarse la vida haciendo cualquier otra cosa, porque esto del cine cada vez se lo ponen m¨¢s dif¨ªcil.

Nadie nace sinti¨¦ndose parte de eso que se llama cine espa?ol. De hecho, cuando era joven era tan idiota que cre¨ªa que mis pel¨ªculas iban a cambiar las cosas. Con los a?os he conocido a los profesionales que lo componen. Por eso puedo decir que estoy orgulloso de estar ah¨ª, porque s¨¦ lo incre¨ªblemente doloroso que puede llegar a ser un rodaje, el milagro que supone el estreno de una pel¨ªcula en un cine, y no digamos convertirla en un ¨¦xito.

Yo no puedo quejarme. Soy un privilegiado, pero intento no perder la perspectiva: amigos m¨ªos no tienen la suerte que yo. He visto pel¨ªculas magn¨ªficas que no duraban una semana en cartel y desaparec¨ªan para siempre. Por eso me gustar¨ªa comentar ese art¨ªculo. No s¨®lo hablaba de m¨ª, hablaba de amigos m¨ªos. Es cierto que no tengo ninguna necesidad. No es nuestro trabajo hablar de cine, sino hacerlo. Sin embargo, tengo la sensaci¨®n de que es importante responder: si callamos parece que estamos de acuerdo, y os aseguro que no es as¨ª.

El art¨ªculo comenzaba hablando de cifras, y viene a decir que el cine espa?ol ha perdido 6,5 millones de espectadores. Estos datos dieron la vuelta a Espa?a en todos los peri¨®dicos. Lo gracioso es que, siguiendo esas mismas cifras, el cine "extranjero" ha bajado 12,5 millones. Casi el doble. O sea, que la noticia real es que todos los cines bajan, el franc¨¦s, el ingl¨¦s, el americano... No s¨®lo el espa?ol, que curiosamente baja menos que el resto. Baja el cine porque todo el mundo tiene uno en casa, con Dolby Digital. El culpable es el DVD y las descargas por Internet, lo sabe todo el mundo. ?Por qu¨¦ cargar las tintas sobre el cine espa?ol? No lo entiendo.

Otra noticia falsa que nos tuvimos que tragar esos mismos d¨ªas se?alaba que la pel¨ªcula m¨¢s taquillera del a?o pasado fue Piratas del Caribe 3. Bueno, pues resulta que el Ministerio de Cultura no contabiliz¨® los tres ¨²ltimos meses (no me pregunten por qu¨¦). Contando el a?o entero, la m¨¢s taquillera del a?o pasado fue una espa?ola, El orfanato, la espl¨¦ndida pel¨ªcula de Juan Antonio Bayona. ?No es asombroso y terror¨ªfico que nos echemos piedras a nuestro propio tejado?

En el art¨ªculo se menospreciaba, al mismo tiempo, el ¨¦xito de Javier Bardem y Alberto Iglesias con sus nominaciones a los Oscar, porque el trabajo de ambos "se enmarca en producciones hollywoodenses". ?Menospreciar¨ªan los brit¨¢nicos el trabajo de John Hurt en mi pel¨ªcula porque trabaja en una producci¨®n espa?ola? Adem¨¢s, ?en qu¨¦ industria cinematogr¨¢fica han visto los americanos el trabajo de Javier y Alberto? ?En la coreana? Dice el art¨ªculo "no es exactamente el cine espa?ol lo que se reconoce en los galardones". ?Qu¨¦ pasa? ?Un actor o un m¨²sico espa?ol deja de serlo porque trabaja fuera? ?Deja de ser espa?ol Fernando Alonso porque trabaja con Renault?

El ¨²ltimo p¨¢rrafo es realmente cruel. "Con unas cuentas o con otras, parece demostrado que el cine espa?ol interesa cada vez menos". Yo creo que est¨¢ ocurriendo exactamente lo contrario, tras los ¨²ltimos ¨¦xitos de El orfanato, El laberinto del fauno, Las 13 rosas, REC, y tantas otras, entre ellas la de un gordo impresentable que era n¨²mero uno en taquilla el mismo fin de semana que se publicaba el art¨ªculo. Y despu¨¦s, ?qu¨¦ pel¨ªcula era la m¨¢s vista? Mortadelo, y no me parece precisamente una pel¨ªcula extranjera.

Dice el art¨ªculo que nos limitamos a "tres o cuatro f¨®rmulas" -la Guerra Civil, el drama social y la comedia de costumbres-. ?Es eso cierto? Creo que no. No ahora. El cine de g¨¦nero ha vuelto, vemos pel¨ªculas de terror, suspense, vemos comedias y dramas, y adem¨¢s las nuevas generaciones apuntan alto: Los cronocr¨ªmenes, la estupenda pel¨ªcula de Nacho Vigalondo, tiene dificultades para estrenarse aqu¨ª, en Espa?a, pero no para estrenarse en Estados Unidos. Las pel¨ªculas que se hacen en este pa¨ªs puede que sean mejores o peores, como todas, pero no son previsibles. No m¨¢s que las de Hollywood, se lo aseguro, y si no preg¨²ntenselo a Sandra Bullock. A todos nos gustar¨ªa poder ser igual de previsibles que Piratas del Caribe 3, pero no podemos porque necesitar¨ªamos aumentar nuestro presupuesto unas cien veces para rodarla, y quinientas veces para promocionarla. Sin embargo, luego competimos en igualdad de condiciones y Jack Sparrow nos saca de los cines porque necesita nada menos que ochocientos cincuenta.

Pero actualmente, el cine que se hace en este pa¨ªs es muy diverso. El orfanato y La soledad compiten juntas en nuestros premios, y gracias a los acad¨¦micos, la ganadora, cuya vida comercial en las salas hab¨ªa finalizado, puede tener una nueva oportunidad.

Una de las armas que a algunos periodistas les gusta utilizar es insistir en que el cine espa?ol est¨¢ subvencionado, que malgastamos el dinero del contribuyente en tonter¨ªas que no interesan a nadie, que vivimos del cuento. Esto es injusto. Una vez decid¨ª producir una pel¨ªcula. Tuve que hipotecar dos veces mi casa para pagar los intereses de los cr¨¦ditos y as¨ª poder rodarla. Todav¨ªa tiemblo al pensar que puse en peligro a mi familia por una pel¨ªcula. Para acabarla necesit¨¦ seis veces el dinero que me otorgaba el Ministerio de Cultura. La subvenci¨®n me lleg¨® un a?o despu¨¦s del estreno, y con ella pagu¨¦ lo que deb¨ªa en hoteles y laboratorios.

Las subvenciones ayudan al cine, para eso est¨¢n, como ayudan las que reciben los del teatro, los deportistas, los agricultores, los farmac¨¦uticos o tantos otros. Pero no protegen. Yo no puedo comprar naranjas marroqu¨ªes en Espa?a, aunque se encuentren a 14 kil¨®metros y sean diez veces m¨¢s baratas. Tengo que comprar naranjas espa?olas. ?Se imaginan que ocurriera lo mismo con el cine?

Los productores en Espa?a se juegan la piel, como muchos otros profesionales, pero pocos son menospreciados en los peri¨®dicos como ellos. La gente no lo sabe, y por eso escribo este art¨ªculo. Creen que los del cine vivimos una fiesta continua, rodeados de canap¨¦s y champ¨¢n. Y as¨ª debe ser, porque nadie va a ver una pel¨ªcula de alguien que nos aburre con sus problemas.

Ahora bien, otra cosa es proyectar una visi¨®n malintencionada de nosotros. Lo que se dec¨ªa en ese art¨ªculo sobre el cine que se hace en este pa¨ªs no es cierto. Y titular otro art¨ªculo "?Por qu¨¦ no gusta el cine espa?ol?" es tendencioso. Parece que existe la intenci¨®n de darlo por hecho. Ser¨ªa m¨¢s respetable decir "?Gusta el cine espa?ol?".

El p¨²blico, a mi entender, y dicho desde la m¨¢s profunda humildad, sigue apostando por nosotros. Nunca vamos a superar las cifras del cine americano porque literalmente es imposible, pero alguna que otra vez, gracias al p¨²blico, lo conseguimos. Son algunos medios de comunicaci¨®n (por razones que no voy a entrar a considerar aqu¨ª) los que intentan cambiarlo.

?lex de la Iglesia es director de cine.