El nuevo arte chino llena Valencia con todo su cinismo y esplendor

China sigue siendo la gran desconocida en t¨¦rminos art¨ªsticos para los occidentales, que identifican el arte contempor¨¢neo del pa¨ªs con los trabajos de la pintura figurativa que, basada en el compromiso pol¨ªtico y cultural, tuvo su esplendor desde mediados de los ochenta hasta bien avanzada la d¨¦cada de los noventa. Pero algo cambi¨® a partir de 2000, cuando el Estado chino reconoci¨® la importancia del arte contempor¨¢neo desde el punto de vista pol¨ªtico y el poder de la cultura actual en la esfera internacional. La Bienal de Shanghai de aquel a?o fue reveladora en ese sentido. Por primera vez, una instituci¨®n estatal como el Museo de Arte de esa ciudad mostraba como convencional lo que, hasta aquel momento, era considerado underground o subversivo. Ya no era pop pol¨ªtico o realismo c¨ªnico, como a?os atr¨¢s, sino un tipo de arte que, bajo la bandera del humor y la iron¨ªa, apostaba por la sinceridad y la globalizaci¨®n.

El IVAM de Valencia dedica, desde ayer, una exposici¨®n a ese nuevo arte contempor¨¢neo chino. Un total de 33 obras de 18 artistas en diversos soportes, que van desde el lienzo hasta las instalaciones a gran escala, componen una muestra que "cuestiona la visi¨®n tradicional de China y su arte", como se?al¨® el director de exposiciones de la Tate Liverpool, Simon Groom, uno de los comisarios de la exposici¨®n.

Groom, junto a Karen Smith y el artista Xu Zhen, los otros dos comisarios de la muestra, ha elegido un nombre repleto de iron¨ªa para bautizar la muestra: The real thing. Lo aut¨¦ntico, la prueba de que lo que se ense?a en el museo valenciano es el verdadero reflejo de lo que se cuece en China en el mundo art¨ªstico. Pero The real thing tambi¨¦n es el famoso eslogan de Coca-Cola que en Espa?a se tradujo como "la chispa de la vida", es decir, la constataci¨®n de que, para muchos, el arte chino funciona igual que una marca, "con sus complejidades legibles s¨®lo en lo que quieren desvelar respecto a la mayor de todas las marcas, China", como escribe Groom en el cat¨¢logo editado por el IVAM. Y tambi¨¦n alude, ca¨²sticamente, a la dif¨ªcil relaci¨®n entre China y Occidente, marcada por una mutua fascinaci¨®n.

Piezas como la instalaci¨®n en v¨ªdeo ?De qui¨¦n es la utop¨ªa?, de Cao Fei, que retrata a los trabajadores de la f¨¢brica Osram que nacieron para ser agricultores y acabaron inmersos en la vor¨¢gine industrial, la animaci¨®n de acci¨®n en vivo El caballero pegajoso, de Zhou Xiaohu, en la que el cuerpo del artista es el escenario de una historia dibujada a mano sobre el eterno tema de la atracci¨®n sexual, o el v¨ªdeo ?Se nos cae el cielo!, de Wang Gongxin, demoledora met¨¢fora de la inseguridad de la sociedad china actual ante los vertiginosos cambios, son excelentes ejemplos de una nueva concepci¨®n del hecho art¨ªstico que se crea en un pa¨ªs que acoger¨¢ este a?o los Juegos Ol¨ªmpicos como prueba de su definitiva inclusi¨®n en el planeta global.

Estas tres obras sirven como botones de muestra para entender una generaci¨®n cuyos artistas, con excepci¨®n de Ai Weiwei, de 51 a?os y faro de sus compa?eros, tienen entre 30 y 45 a?os. Creadores que han abandonado la vertiente pol¨ªtica para decantarse por un compromiso por la vida, a trav¨¦s de las nuevas tecnolog¨ªas y el riesgo de la experimentaci¨®n. Paneles de iluminaci¨®n y v¨ªdeo, como los que utiliza Wang Wei, maquetas de cera y texto, creadas por Zhou Tiehai, o la performance como medio de expresi¨®n, puesta en escena por el grupo Yangjian, confirman la revoluci¨®n t¨¦cnica del nuevo arte chino.

La exposici¨®n The real thing, que permanecer¨¢ abierta hasta el 27 de abril, es una de las iniciativas que el IVAM proyecta con China y que se articulan en dos direcciones, pues, durante los Juegos Ol¨ªmpicos, el museo llevar¨¢ a Pek¨ªn dos muestras: Arte y deporte e Ingestum. Los fluidos, esta ¨²ltima de Bigas Luna.Bajo la bandera del humor y la iron¨ªa, se apuesta por la globalizaci¨®n