Catalanes, obispos, derechas y divinos
Me he pasado la semana entre catalanes. Lo suelo hacer, y sin salir de Madrid, casi sin salir del barrio. Desde hace d¨¦cadas, lenta, pausadamente y con seny, Madrid est¨¢ tomada por los catalanes. Saco pac¨ªfico que se extiende por cines, teatros, museos, restaurantes, ministerios y otras m¨²sicas. Me gusta, no me importa, siempre que la sardana se quede en sus c¨ªrculos.
As¨ª, para ver a escritores en castellano me tuve que desplazar a Barcelona. Cincuenta a?os del Premio Biblioteca Breve. Fundamental encuentro que se inventaron algunos de la gauche divine catalana para mostrar la salud de la renovada literatura en castellano. Eran se?oritos que le¨ªan franc¨¦s, escrib¨ªan en castellano y beb¨ªan en varios idiomas, catal¨¢n incluido. Escrib¨ªan desde su burgues¨ªa culta, comprometida, antifranquista y laica. Hablaban de las afueras, de los alba?iles, los vendimiadores, los pijos, los golfos, los perros o de hermosas rubias que se llamaban Teresa. Despu¨¦s lleg¨® la fiebre que Pl¨¢ llam¨® de la escritura art¨ªstica. Y gan¨® una novela sobre la circuncisi¨®n de un se?or solo. El premio se suicid¨®. Como el d¨ªa anterior, y seg¨²n lo anunciado, lo hab¨ªa hecho Gabriel Ferrater. Fue el principio del fin de aquella izquierda divina que no cre¨ªa en el abad de Montserrat, ni en el templo de la Sagrada Familia, ni en el Canig¨®. Poco patriotas, poco sentimentales y razonablemente confusos. Ahora son otras escrituras, otras comidas, otras bebidas. Por m¨¢s que la ganadora, Gioconda Belli, nos lleve al huerto de los primeros pecados. Nos devuelva a los incestos de la primera familia de Ad¨¢n y Eva. ?Vaya tomate!
Desde hace d¨¦cadas, lenta, pausadamente y con 'seny', Madrid est¨¢ tomada por los catalanes
Dej¨¦ la literatura castellana en las calles de Barcelona. Y volv¨ª a lo catal¨¢n en Madrid. Bajo la c¨²pula del hotel Palace se presentaban las memorias del muy creyente Jordi Pujol. Cualquier parecido con el esp¨ªritu de la gauche divine es casualidad. Cae bien, interesa y hace gracia. Incluso en ese p¨²lpito desde donde habl¨® de su fe y sus pecados. Pujol es cercano, incluso parece decir lo que piensa. Ser¨¢ que est¨¢ retirado. Despu¨¦s de confesarse decepcionado con los obispos espa?oles y de sentirse en comuni¨®n con el abad de Montserrat, nos asust¨® con la revuelta de esos "extremistas laicos" que andan disfrazados de socialistas.
?Un problema de vista o de muchas misas? Quiz¨¢ sigue siendo aquel "cat¨®lico del ej¨¦rcito derrotado del cardenal Montini". Que lleg¨® a Papa, quiso estar en el centro y termin¨® en ninguna parte. Pujol tambi¨¦n dice encontrarse solo buscando su ¨¢ngel del centro, dulce compa?¨ªa, no le dejes solo, ni de noche ni de d¨ªa. Al menos como los comunistas, que siempre son dos. Y su misi¨®n es vigilarse mutuamente. Pl¨¢ dixit. -
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