Trillo orden¨® recortar vuelos a Afganist¨¢n por los gastos en Irak
Un alto mando revela en una carta las limitaciones que influyeron en el 'caso Yak-42'
La "sensibilidad pol¨ªtica" y las "limitaciones presupuestarias" impuestas por la participaci¨®n de Espa?a en la guerra de Irak condicionaron la programaci¨®n de los vuelos de apoyo a las tropas espa?olas en Afganist¨¢n, como el del Yak-42 que se estrell¨® el 26 de mayo de 2003 con 62 militares espa?oles a bordo. Frente a la teor¨ªa oficial de que no exist¨ªa ninguna limitaci¨®n econ¨®mica para contratar los mejores aviones, una carta del entonces jefe del Mando de Operaciones del Estado Mayor Conjunto, el vicealmirante Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez Sainz-Rozas, revela que el Ministerio de Defensa autorizaba un m¨¢ximo de dos vuelos al mes. Hoy declarar¨¢n como testigos ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska varios mandos militares de la ¨¦poca, aunque no Sainz-Rozas, despu¨¦s de que la Sala de lo Penal de la Audiencia anulase el archivo del caso.
La carta del vicealmirante est¨¢ fechada el 30 de junio de 2005, un d¨ªa despu¨¦s de que el ex ministro Federico Trillo-Figueroa atribuyese a los mandos militares la responsabilidad del caso, durante su comparecencia ante la Comisi¨®n de Defensa del Congreso, que reprob¨® su actuaci¨®n.
Tras expresar sus quejas por la politizaci¨®n del asunto, Sainz-Rozas explica: "Empezar¨¦ insistiendo en que siempre actu¨¦ con total lealtad y que a d¨ªa de hoy, con la informaci¨®n de que dispongo, sigo considerando que en el EMAD [Estado Mayor de la Defensa] se hizo bien el trabajo, aunque en el proceso de contrataci¨®n [...] intervinieron muchas personas y quiz¨¢s pudo pecarse de exceso de confianza".
"En todo caso considero oportuno significarte", agrega, "que el entorno en el EMACON era complejo y requer¨ªa coordinar muchos aspectos con numerosos organismos. En esa complejidad incid¨ªa la sensibilidad pol¨ªtica que se viv¨ªa respecto al conflicto iraqu¨ª; esta circunstancia modulaba de arriba hacia abajo nuestra actividad diaria de forma que, en algunos casos, ten¨ªamos incluso que esperar a que el JEMAD [Jefe del Estado Mayor de la Defensa] recibiera la autorizaci¨®n del Ministro para concretar los detalles de algunos vuelos (fecha, carga y /o personas) lo que inevitablemente produc¨ªa improvisaciones con las consiguientes quejas de los destinatarios de la carga".
El vicealmirante a?ade que, una vez completado el despliegue, "¨²nicamente pod¨ªamos programar dos aviones / mes de apoyo por las limitaciones presupuestarias". En teor¨ªa, no deb¨ªan existir restricciones, pues la partida 228 del presupuesto de Defensa, con la que se pagan las operaciones en el exterior, pod¨ªa ampliarse sin l¨ªmite.
Retraso en enviar apoyos
Sin embargo, alega en la misiva, "la justificaci¨®n que nos daban desde el propio Ministerio-DIGENPOL [Direcci¨®n General de Pol¨ªtica de Defensa] era que el Fondo de Contingencia, que ten¨ªa que atender al 228, estaba tambi¨¦n condicionado por otros gastos como el del Prestige, inundaciones y los gastos derivados de otras operaciones como Afganist¨¢n, ?ndico y Balcanes. Esta circunstancia nos llevaba a tener que priorizar la carga de los vuelos programados en el MOVPLAN (Plan de Movimientos), lo que inevitablemente produc¨ªa retrasos en el env¨ªo de algunos apoyos y consecuentemente quejas de los destinatarios a los que no hab¨ªamos podido atender".
Sainz-Rozas concluye la carta con una declaraci¨®n autoexculpatoria: "Aunque soy consciente [de] que, adem¨¢s, existieron problemas con el catering, retrasos en los horarios, problemas con visados, que reclam¨¢bamos a la compa?¨ªa contratista inmediatamente, me gustar¨ªa destacarte una vez m¨¢s que nunca me llegaron quejas relativas a la seguridad de los vuelos antes del d¨ªa del desgraciado accidente, que con los datos que tengo, en mi opini¨®n, se trat¨® de un fallo humano".
La novedad de la misiva radica en que, por vez primera, un alto mando militar reconoce la existencia de limitaciones presupuestarias en los vuelos, lo que explica la necesidad de ahorrar, y revela que el propio ministro ten¨ªa que autorizarlos.
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