"Discutir sobre el velo es un error; el debate es sobre moral sexual"
Ayaan Hirsi Ali, nacida en Mogadiscio (Somalia) hace 38 a?os, fue diputada liberal en Holanda. Su cr¨ªtica radical del Islam y su defensa de los derechos de las mujeres le han valido una condena a muerte dictada por los sectores fundamentalistas. Ahora vive en una especie de clandestinidad, escondida y protegida, y considera que ha sido traicionada por el Gobierno holand¨¦s que en su momento le ofreci¨® protecci¨®n. Por ello lleva a cabo una campa?a para que el Parlamento Europeo garantice la protecci¨®n de quienes se expresan contra la amenaza teocr¨¢tica que, en su opini¨®n, subyace en la sociedad musulmana.
Pregunta. Usted no distingue entre el Islam moderado y el Islam radical.
Respuesta. Yo hago una distinci¨®n entre Islam, en cuanto a un conjunto de principios, y los musulmanes como gente. Los musulmanes son diversos. Algunos se convierten a la democracia o quieren integrarse como ciudadanos en las sociedades occidentales; algunos rechazan la democracia y otros toman este rechazo hasta el grado extremo de los ataques terroristas. Pero no sabemos lo que piensa la gran mayor¨ªa de musulmanes. Por otro lado, el Islam como conjunto de principios es muy consistente, muy coherente, muy simple y no es compatible con la democracia liberal. Los principios de la democracia liberal toman la vida humana como un fin en si mismo y el Islam dice que s¨®lo si te sometes a los deseos de Dios, tendr¨¢s una vida satisfactoria. Los principios democr¨¢ticos establecen que el hombre y la mujer son iguales frente a la ley, los principios isl¨¢micos dicen que la mujer est¨¢ subordinada al hombre o que quien practica la homosexualidad debe morir.
"El Islam es muy coherente y no es compatible con la democracia liberal"
P. Tambi¨¦n la religi¨®n cat¨®lica establece principios antidemocr¨¢ticos.
R . S¨ª, porque la cristiandad tampoco es compatible con la democracia, pero las sociedades cristianas han establecido la separaci¨®n entre Iglesia y Estado, y la religi¨®n ya no tiene el poder de castigar a quienes no cumplen sus principios.
P. ?C¨®mo analiza usted el debate sobre el velo en Turqu¨ªa? ?Democracia frente a laicidad?
R .La secularizaci¨®n de Turqu¨ªa, que se hizo de arriba abajo, est¨¢ cambiando y la sociedad se hace m¨¢s isl¨¢mica, incluso islamista, de abajo hacia arriba. El partido de Erdogan, era en su origen muy radical y fue reprimido y prohibido por los militares. Cambi¨® de estrategia y empez¨® por abajo y buscando un consenso popular. Ahora Turqu¨ªa se est¨¢ moviendo del secularismo hacia la religi¨®n. Pero mi opini¨®n es que discutir sobre el velo es un error, tanto en Turqu¨ªa como en Europa. No es la cuesti¨®n. El verdadero debate es sobre la moral sexual que el velo representa, que no es otra que la mujer es responsable de la sexualidad del hombre. Debemos cubrir nuestro cuerpo para que ¨¦l no se excite; debemos permanecer encerradas en casa, para que ¨¦l no se excite. Esta moral, que pone toda la responsabilidad sobre la mujer, es lo que hay que discutir.
P. ?Piensa usted que la poblaci¨®n musulmana de Europa se dirige hacia una separaci¨®n de la religi¨®n y el Estado?
R .Creo que la mayor¨ªa de los musulmanes asimilar¨¢n los principios de la democracia si tienen el mismo debate que los cat¨®licos tuvieron, que no es m¨¢s que aceptar que sus dogmas son puestos en cuesti¨®n y que de estas preguntas se derivan respuestas que no les van a gustar. Para que este proceso sea m¨¢s f¨¢cil, hay que proteger la libertad de expresi¨®n.
P. ?A los partidos pol¨ªticos tradicionales les es rentable tomar posiciones firmes frente a estas amenazas?
R .En el caso de Holanda, tanto los democristianos como los socialdem¨®cratas han acabado dependiendo en determinadas circunscripciones del voto de las minor¨ªas musulmanas. En las grandes ciudades el voto musulm¨¢n va muy buscado. En Francia, donde la minor¨ªa musulmana aun no vota como tal, esto no tiene tanta importancia.
P. ?Y en Espa?a?
R . La reacci¨®n del Gobierno espa?ol de retirar sus tropas de Irak despu¨¦s del atentado de Madrid, fue una mala decisi¨®n, porque dio la raz¨®n a los elementos m¨¢s radicales. Por otro lado, la mayor¨ªa de los inmigrantes magrebies que llegan a Espa?a vienen a trabajar en el campo, no tienen el mismo tipo de dependencia de las ayudas y subvenciones estatales que hay en otros sitios de Europa. La poblaci¨®n musulmana no tiene ning¨²n impacto electoral.
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