Rebeli¨®n nazarena
Ensayo. La crisis de Dios, de las religiones y de las iglesias no ha logrado acallar el inter¨¦s de los investigadores por la figura de Jes¨²s, el fundador del cristianismo, nacido en Nazaret, una peque?a y desconocida aldea de las monta?as de la Baja Galilea, a quien John Dominic Crossan, destacado especialista en el estudio del Jes¨²s hist¨®rico, define como "un campesino jud¨ªo" y John P. Meier, uno de los m¨¢s relevantes investigadores b¨ªblicos actuales, como "un jud¨ªo marginal". Dos mil a?os despu¨¦s de su nacimiento, la gente contin¨²a pregunt¨¢ndose todav¨ªa por la identidad del Nazareno, a quien siguen m¨¢s de dos mil millones de personas.
De ¨¦l habla con respeto todo el mundo: cristianos de las distintas iglesias, creyentes de las m¨¢s variadas religiones, no creyentes de diferentes ideolog¨ªas, hasta los m¨¢s encarnizados enemigos del cristianismo como Nietzsche, que sent¨ªa una especial predilecci¨®n por Jes¨²s, a quien llama "buen mensajero", mientras que califica a Pablo de Tarso de "disangelista". Al coro de personas que hablan bien de Jes¨²s se suma Jos¨¦ Antonio Pagola, especialista en Ciencias B¨ªblicas, en un voluminoso y documentado libro de m¨¢s de 500 p¨¢ginas que ha escandalizado a algunos obispos y te¨®logos cat¨®licos espa?oles, quienes no han dudado en acusarlo de arriano. ?Es tan distorsionada la imagen de Jes¨²s que ofrece nuestro autor para recibir tan severo calificativo?
Jes¨²s. Aproximaci¨®n hist¨®rica
Jos¨¦ Antonio Pagola
PPC. Madrid, 2007
544 p¨¢ginas. 30 euros
El Jes¨²s de Pagola no hace grandes discursos teol¨®gicos, ni cita los libros sagrados prolijamente. Entre otras cosas, porque, al decir de Fernando Pessoa, "no ten¨ªa biblioteca, ni sab¨ªa de finanzas". Habla a la gente, mayoritariamente del campo, donde se cri¨®, desde la vida, desde la experiencia, y todo el mundo le entiende, aunque trate de temas profundos, porque recurre al lenguaje creativo de los poetas: inventa im¨¢genes, utiliza bellas met¨¢foras y narra par¨¢bolas. Jes¨²s es maestro de vida, pero un maestro poco convencional, que nada tiene que ver con los int¨¦rpretes de la ley o con los escribas que trabajaban al servicio de la jerarqu¨ªa sacerdotal del Templo. Un maestro heterodoxo que pone en cuesti¨®n la religi¨®n convencional. Es un sabio que ense?a con autoridad, la que emana de su testimonio y autenticidad de vida, y que no absolutiza la tradici¨®n sino que con frecuencia la corrige. Predica y promueve el reino de Dios no como realidad espacial inaccesible sino como proyecto de justicia y de compasi¨®n para los excluidos del sistema pol¨ªtico y religioso. Crea un movimiento igualitario de hombres y mujeres sin dominaci¨®n masculina, cosa muy dif¨ªcil, por no decir imposible, en aquella sociedad patriarcal. Es amigo de las mujeres. "Su amiga m¨¢s entra?able y querida" es Mar¨ªa Magdalena, que, al decir de Pagola, "ocupa un lugar especial en su coraz¨®n y en el grupo de disc¨ªpulos" y lidera el grupo de las disc¨ªpulas.
La actividad p¨²blica de Jes¨²s resulta conflictiva y provoca recelo en el poder romano. Por eso su final era de esperar: las autoridades religiosas le entregan y las autoridades romanas le condenan a muerte de cruz. Se convierte as¨ª en un "m¨¢rtir" por el reino de Dios. ?Motivo? Haber denunciado de ra¨ªz el sistema vigente y solidarizarse con los ¨²ltimos: pecadores, publicanos, prostitutas, enfermos, mendigos, etc¨¦tera. Tras un momento de desconcierto, los disc¨ªpulos y disc¨ªpulas proclaman a los cuatro vientos que el Crucificado est¨¢ vivo. Dios le ha dado la raz¨®n, le ha hecho justicia y lo ha resucitado. ?Milagro? Tras la muerte se abre as¨ª un camino de esperanza.
No logro entender por qu¨¦ esta imagen de Jes¨²s que ofrece Pagola ha podido sacar de sus casillas a los guardianes de la ortodoxia cat¨®lica cuando lo que hace el libro es recoger los resultados de la investigaci¨®n cient¨ªfica m¨¢s fiable sobre el Jes¨²s hist¨®rico: m¨¦todos hist¨®rico-cr¨ªticos, hermen¨¦utica feminista, historia social, antropolog¨ªa cultural, sociolog¨ªa del movimiento de Jes¨²s y del cristianismo primitivo, etc¨¦tera. ?Habr¨¢ vuelto la jerarqu¨ªa de nuevo la espalda a la cr¨ªtica literaria y se habr¨¢ aferrado al dogma? Por ese camino se llega derechamente al fundamentalismo. Y Jes¨²s estaba muy lejos de ser fundamentalista. Era, al decir de Nietzsche, "un esp¨ªritu libre".
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