No todo el que busca empleo es un parado

No todos los ciudadanos que demandan empleo son considerados parados. Esta premisa, en algunos casos dif¨ªcil de aplicar, es la que motiva una guerra de cifras que ha trascendido la vertiente t¨¦cnica alentada por la cercan¨ªa de las elecciones. Los servicios p¨²blicos de empleo contabilizan 3,1 millones de demandantes de empleo, de los que 2,26 son parados. La decisi¨®n de sacar a unos 19.200 de la segunda categor¨ªa para dejarlos s¨®lo en la primera ha desatado la pol¨¦mica.

El casi mill¨®n de personas que demandan empleo sin ser oficialmente parados responde a diferentes perfiles: ciudadanos que ya tienen ocupaci¨®n pero que desean (o necesitan) una segunda, otros que aspiran a un trabajo mejor sin abandonar el suyo, jubilados con m¨¢s de 65 a?os, demandantes de un empleo inferior a tres meses o con menos de 20 horas semanales, estudiantes, perceptores de un subsidio agrario y aqu¨¦llos que rechazan acciones de inserci¨®n laboral. Esta clasificaci¨®n data de 1985 y no ha variado desde entonces.

Datos homog¨¦neos

Lo que s¨ª cambi¨® en mayo de 2005 es el sistema de informaci¨®n de los servicios p¨²blicos de empleo. Con todas las competencias transferidas, el llamado SISPE, que incluy¨® por primera vez a los extranjeros entre los parados, permite acceder a los datos de las comunidades y computarlos de forma homog¨¦nea. Pese a todo, los profesionales que atienden a cada parado son quienes en ¨²ltima instancia deciden si alguien es parado o no.

El nuevo sistema, que en su momento sac¨® a la luz a casi medio mill¨®n de parados m¨¢s -entonces no hubo cr¨ªticas pol¨ªticas por empeorar las cifras- fue ideado bajo mandato del Partido Popular, pero s¨®lo se aplica en su plenitud desde 2005.