La autov¨ªa de la mala sombra
La CV-35 sufre enormes atascos por unas obras que se eternizan
La comarca valenciana del Camp de T¨²ria es un clamor. Vecinos, alcaldes, empresarios, conductores, asociaciones, y colectivos de la m¨¢s variada naturaleza alzan su voz desde hace meses para clamar contra el caos que representa la carretera CV-35, m¨¢s conocida como autov¨ªa de Ademuz, que en teor¨ªa deber¨ªa vertebrar la comarca pero que en la actualidad es una verdadera ratonera, debido fundamentalmente a unas obras que comenzaron en agosto de 2006, que ten¨ªan que haber estado terminadas en diciembre pasado, pero que contin¨²an. Se trata de un proyecto adjudicado por la Generalitat por el sistema de peaje en la sombra -ahora, de la mala sombra-, que obliga a la concesionaria a sufragar la obra a cambio de explotar despu¨¦s la infraestructura mediante el cobro a la Administraci¨®n de un canon en funci¨®n del n¨²mero de veh¨ªculos que la usan.
Los trabajos, que deb¨ªan acabar en diciembre, seguir¨¢n hata el verano
Desde hace meses, los atascos son la constante en esta ya de por s¨ª congestionada autov¨ªa, una de las m¨¢s transitadas del ¨¢rea metropolitana de Valencia y uno de los accesos m¨¢s importantes a la capital, con m¨¢s de 100.000 veh¨ªculos al d¨ªa. Una ratonera -y, adem¨¢s, peligrosa- para los alrededor de 200.000 ciudadanos que viven en la zona, para los trabajadores de las 5.000 empresas asentadas en sus diversos pol¨ªgonos industriales y para los m¨¢s de 100.000 veh¨ªculos diarios que circulan por esta infraestructura ahora en obras. Llegar hasta Valencia desde cualquiera de las localidades que jalonan la autov¨ªa se convierte en un suplicio que en horas punta supone tardar casi una hora en realizar trayectos que en condiciones normales se cubren en unos cuantos minutos. Unas obras que tendr¨ªan que haber concluido en diciembre pasado pero que parecen eternizarse.
Circular estos d¨ªas por la CV-35 es como hacerlo por un laberinto, que empieza a unos ocho kil¨®metros de Valencia. Ah¨ª aparece el primer cartel que indica las obras y la primera se?al que limita la velocidad a 80 kil¨®metros por hora. Y ah¨ª empiezan tambi¨¦n los problemas: firme en mal estado, bandas sonoras y se?alizaci¨®n horizontal desconcertante, con l¨ªneas continuas en su d¨ªa blancas que se superponen o cruzan con las amarillas pintadas para las obras.Y acertar a abandonar la autov¨ªa por una de las salidas alteradas por las obras constituye una peligrosa aventura.
"Tendr¨ªa que actuar un juez", opina Joan Olmos, ingeniero de Caminos preocupado desde hace a?os por las cuestiones relacionadas con el tr¨¢fico y su sostenibilidad, cuando se le pregunta por la autov¨ªa. "Es el far west y circular estos d¨ªas por all¨ª exige un nivel de atenci¨®n enorme, cualquier conductor prudente se ve sometido a un estr¨¦s tremendo". Olmos es muy cr¨ªtico con la pol¨ªtica de infraestructuras de carreteras en el ¨¢rea metropolitana de Valencia: "Las autov¨ªas urbanas son la v¨ªa m¨¢s r¨¢pida para llegar a un atasco", asegura este ingeniero, convencido de que cada nueva v¨ªa r¨¢pida que se pone en servicio acaba llen¨¢ndose de coches. As¨ª ha sucedido siempre en los ¨²ltimos a?os. Y la CV-35 no ser¨¢ diferente, porque es "un c¨ªrculo vicioso", dice Olmos. "La autov¨ªa genera procesos de urbanizaci¨®n incontrolada, la apertura de nuevos centros comerciales, propicia el asentamiento de m¨¢s empresas y todo eso, al final, la lleva al colapso".
Desde la Consejer¨ªa de Infraestructuras y Transportes aseguran que las obras van seg¨²n lo previsto, salvo algunas modificaciones sobrevenidas del proyecto que citan como origen del retraso. "Las colas que hay son las que hab¨ªa, no hay colas nuevas debido a las obras", afirman desde el departamento de dirige Mario Flores, al tiempo que aseguran que "antes del verano" acabar¨¢n los trabajos, que "ahora van a buen ritmo".
No es eso lo que ven los usuarios. Quiz¨¢ sea por contraste con lo que vieron en los meses previos a las elecciones auton¨®micas y municipales de mayo de 2007. Las obras se ve¨ªan, se percib¨ªa gente trabajando, hab¨ªa m¨¢quinas, se trabajaba incluso de noche, tambi¨¦n los domingos. "De noche se ve¨ªa todo lleno de focos y m¨¢quinas, parec¨ªa un paisaje lunar", recordaba hace unos meses un usuario habitual de la v¨ªa. Incluso se inaugur¨® un peque?o tramo. Claro, las elecciones estaban en puertas y se trataba de hacer creer a los sufridos ciudadanos que sus penas pasar¨ªan pronto. Fue un espejismo.
Porque la cosa cambi¨® tras el 27-M: las m¨¢quinas y los obreros pr¨¢cticamente desparecieron y las obras se estancaron. Y muchos sospechan que fue debido a que el aumento del coste del proyecto provocado por los cambios sobrevenidos ha llevado a la concesionaria a presionar por esta v¨ªa a la Generalitat, para mejorar las condiciones de su contrato de explotaci¨®n. Quiz¨¢ para aplacar las cr¨ªticas por el retraso, el Consell ha vendido que la autov¨ªa dispondr¨¢ de un sistema de tr¨¢fico inteligente, con sensores y c¨¢maras de televisi¨®n que ayudar¨¢n a controlar el tr¨¢fico. Pero los atascos siguen.
Los alcaldes de la decena de municipios ribere?os de la CV-35, sin distinci¨®n de color pol¨ªtico, han elevado sus quejas a la Generalitat, si bien los del PP no se prodigan en la cr¨ªtica en p¨²blico. El primer edil de L'Eliana, el socialista Josep Maria ?ngel, afirma que ni Camps ni el consejero han recibido a los alcaldes socialistas de la comarca. "Hemos tenido la callada por respuesta", dice, "ning¨²n dirigente ha recibido a los alcaldes, la Generalitat solo sale cuando hay elecciones". Quiz¨¢ por eso -los comicios del 9-M est¨¢n a la vuelta de la esquina-, en estos d¨ªas tambi¨¦n se nota cierto aumento de la actividad en las obras. Unas obras en las que el primer edil de L'Eliana ve "un c¨²mulo de desprop¨®sitos y de retrasos injustificados" y que representan un "padecimiento constante para todos los usuarios que necesitan esa v¨ªa para ir a trabajar".
El alcalde de San Antonio de Benag¨¦ber, Eugenio Ca?izares, del PP, asegura, por su parte, que ahora se ven m¨¢s m¨¢quinas y m¨¢s trabajadores en los diferentes tramos en obras, pero a?ade: "Yo pedir¨ªa que en vez de una m¨¢quina asfaltadora, pusieran tres. Y ojal¨¢ que las obras acaben antes del verano". Ca?izares dice que el proyecto "no lleva mucho retraso, para la obra que es, pero s¨ª por comparaci¨®n con la prisa del principio", en referencia a los meses previos a las pasadas elecciones municipales y auton¨®micas.
Sin ¨¢reas de servicio
Los trabajos para la adecuaci¨®n, ampliaci¨®n y prolongaci¨®n de la CV-35 comenzaron en verano de 2006, meses despu¨¦s de que el presidente del Consell, Francisco Camps, pusiera la primera piedra. La Generalitat adjudic¨® el proyecto, por 450 millones de euros, a la uni¨®n temporal de empresas integrada por Sacyr, Secopsa y Nagar¨¦s, que explotar¨¢ la autov¨ªa en r¨¦gimen de peaje en la sombra. Esto es, la concesionaria adelanta el pago de la obra y luego explota la v¨ªa, durante 35 a?os en este caso, cobrando un canon de 0,2 euros por veh¨ªculo ligero y kil¨®metro y 0,3 euros por cada cami¨®n.
La UTE formada por ACS, Lubasa, Pavasal y Sedesa fue la primera en interesarse por el proyecto, pero, por alguna indicaci¨®n procedente del ¨¢mbito pol¨ªtico, se retir¨®. Entonces entr¨® en liza otra, integrada por Acciona, Bancaixa, Romymar, Pavasal y Sedesa. Finalmente, se opt¨® por una decisi¨®n salom¨®nica y la adjudicaci¨®n se resolvi¨® a favor de la oferta m¨¢s barata, para no molestar a ninguna de esas dos grandes agrupaciones.
Alcaldes y usuarios han alertado de que no se est¨¢n ejecutando las obras de las tres ¨¢reas de servicio previstas. El concurso original preve¨ªa que el titular de la concesi¨®n pudiera gestionar en exclusiva tres ¨¢reas de servicio previstas a lo largo de la autov¨ªa. Una junto al enlace con la A-7, otra a la altura de San Antonio de Benag¨¦ber y la tercera, junto al enlace de la autov¨ªa con Dome?o. Los posibles beneficios de la concesionaria por su explotaci¨®n se restar¨ªan al canon que debe pagar la Generalitat. Sin embargo, fuentes de la concesionaria explicaron que las ¨¢reas de servicio eran "opcionales" en el concurso, que finalmente se adjudic¨® sin el compromiso de ponerlas en marcha. Eso ser¨¢ objeto de otra licitaci¨®n.
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