La fortaleza de los libros

La primera impresi¨®n de la feria del libro de La Habana remite, antes que a las tradicionales calles de casetas, al Domingo das Mozas de Lugo o al D¨ªa da Patria en Santiago. La avalancha de personas que inunda el Parque de La Caba?a, pegado a la Punta del Morro, lo hace en actitud festiva, poco dada a la afectaci¨®n cultural europea. Las casetas que ofrecen pan con lech¨®n o pollo a la brasa alternan con editoras de izquierda, dispensarios de obras infantiles, presentaciones de libros o vendedores ambulantes de Bucanero, cerveza estelar en Cuba, y TuKola, sucesora de la c¨¦lebre Tropicola.

"Vamos al sitio de Galicia, que all¨ª est¨¢n los libros bonitos"

Seg¨²n las autoridades cubanas, cinco millones de personas se acercar¨¢n a las actividades programadas hasta el 24 de febrero. "Hablan de romer¨ªa", dice la secretaria de la Asociaci¨®n Galega de Editores, Luz Picos, "pero hay que ver las bolsas repletas de libros que lleva la gente". A esta romer¨ªa caribe?a en busca de literatura asistieron las editoriales gallegas poniendo a la venta m¨¢s de 6.000 vol¨²menes. "Si continuamos con el ritmo de este d¨ªa y medio que llevamos, agotaremos todos los libros antes de que acabe la feria", se expresa sin disimular satisfacci¨®n Alfonso Garc¨ªa Sanmart¨ªn, presidente de la AGE. "Esto supera todas las expectativas", a?ade.

El Parque de la Caba?a hizo de la reconstrucci¨®n de las fortificaciones del Morro la sede de numerosos eventos culturales de la capital cubana. En una de las cuevas de la fortaleza que acogen editoriales, librer¨ªas o estancias para la prensa se encuentran los gallegos, y a la puerta, una larga cola bajo el sol perenne de La Habana.

"Vamos al sitio de Galicia, que all¨ª est¨¢n los libros bonitos", tira de la manga de su madre un peque?o lector. Porque el ¨¦xito galaico se reparte entre el dise?o crom¨¢tico y de aire opulento propio de la edici¨®n occidental y la responsabilidad del pa¨ªs peninsular en la conformaci¨®n de la Cuba contempor¨¢nea. "Me encanta de estos libros su visualidad moderna", explica un joven que sostiene Nocturnos, la compilaci¨®n en Laiovento de textos dram¨¢ticos de Manuel Lourenzo.

La lista de ventas de esta ma?ana la encabeza Ram¨®n Villares y su can¨®nica Historia de Galicia. Una graduada en f¨ªsica por la Universidad de La Habana la lleva junto a un manual pr¨¢ctico de gallego. "Estoy buscando la poes¨ªa de Rosal¨ªa de Castro, pero s¨®lo queda el segundo volumen", explica.

Pero quiz¨¢s el m¨¢s peculiar de los best seller de la expedici¨®n sea el Recetario de Chonina. Se trata de una vieja edici¨®n de Do Castro, obra de Asunci¨®n Santander Garzo, con recetas de cocina m¨¢s o menos tradicionales. La vida cotidiana, la arquitectura o la geograf¨ªa de Galicia centran las preocupaciones de los compradores cubanos, adem¨¢s del inter¨¦s de la marea de ni?os por los ¨¢lbumes ilustrados. El satinado brillante y el colorido desbordado contrasta con la obligada austeridad de las f¨¢bricas de libros cubanas. Y mientras la Conseller¨ªa de Cultura regala a los visitantes antolog¨ªas en castellano de poes¨ªa y narrativa gallegas, los habaneros se esfuerzan por alargar el valor de uso de los libros, entre el elevado nivel cultural de la isla y el peso de la dif¨ªcil econom¨ªa.