La peligrosa clase media
La clase media de los pa¨ªses pobres es el grupo humano que m¨¢s r¨¢pido est¨¢ creciendo. En los pr¨®ximos 12 a?os, 1.800 millones de personas engrosar¨¢n las filas de la clase media. De ¨¦stos, cerca de 600 millones ser¨¢n chinos. Millones m¨¢s ser¨¢n indios o brasile?os. En ese periodo la poblaci¨®n del planeta habr¨¢ aumentado en 1.000 millones de personas, es decir, menos que el aumento de la clase media. Las consecuencias de esto son enormes. Y los retos que esta gigantesca clase media plantear¨¢ no tienen precedentes en la historia.
Homi Kharas, economista del Brookings Institution, estima que para 2020 la clase media ser¨¢ el 53% de la poblaci¨®n mundial. "Hay pa¨ªses pobres donde millones est¨¢n saliendo de la pobreza gracias al r¨¢pido crecimiento econ¨®mico. Esto duplicar¨¢ el tama?o de la clase media", dice Kharas. Para 2025, China tendr¨¢ la clase media m¨¢s grande del mundo. La de India ser¨¢ 10 veces mayor.
?stas son buenas noticias. Pero estos ¨¦xitos de la humanidad no ser¨¢n gratis. Y los s¨ªntomas del aumento de la clase media mundial ya los estamos sintiendo. Usted, por ejemplo, est¨¢ pagando m¨¢s por la comida. Y no solo usted. En enero, 10.000 personas salieron a protestar en las calles de Yakarta el aumento de los precios de la soja. Los milaneses hicieron lo mismo por los altos precios de la pasta. La semana pasada en Jed¨¢, Arabia Saud¨ª, falt¨® el pan, ya que el trigo se hizo prohibitivo. Los mexicanos marcharon en protesta del precio de las tortillas de ma¨ªz. En Senegal las protestas callejeras fueron por los altos precios del arroz, y en India por la cebolla. Argentina, China, Egipto, Venezuela y Rusia intentan contener la irritaci¨®n popular con controles de precios.
El promedio de precios alimenticios compilado por The Economist lleg¨® a su nivel m¨¢s alto desde 1845. Ley¨® bien; desde 1845. En el 2007 el trigo y la soja subieron m¨¢s del 80%; el arroz y el ma¨ªz, alcanzaron precios r¨¦cord. Estos aumentos no se deben a que ahora hay menos comida (el mundo produjo m¨¢s cereales en 2007 que nunca) sino porque algunos cereales est¨¢n siendo usados como combustible y porque ahora hay m¨¢s gente que puede comer tres veces al d¨ªa. La nueva clase media no s¨®lo consume m¨¢s comida. Tambi¨¦n compra m¨¢s ropa, refrigeradores, juguetes, medicinas, y eventualmente, autos y casas. China e India, con el 40% de la poblaci¨®n mundial, ya consumen m¨¢s de la mitad del carb¨®n, el hierro y el acero del mundo. As¨ª, desde 2005 el precio mundial del esta?o, n¨ªquel y zinc se ha duplicado. La clase media tambi¨¦n consume m¨¢s energ¨ªa. En 2005, China aument¨® su capacidad de producci¨®n el¨¦ctrica tanto como toda la electricidad que produce Reino Unido en un a?o. En 2006, aument¨® tanto como toda Francia. El petr¨®leo lleg¨® a 100 d¨®lares por barril no debido a embargos o accidentes que limitaron la oferta, sino por el crecimiento del consumo. A la clase media le gusta viajar: se estima que los 846 millones de turistas que hoy viajan cada a?o llegar¨¢n a ser 1.600 millones en 2020.
?ltimamente se ha intensificado el debate sobre las consecuencias medioambientales del crecimiento del mundo. Pero la discusi¨®n sobre los efectos econ¨®micos y pol¨ªticos de este boom ha sido menor. ?Qu¨¦ pasar¨¢, por ejemplo, cuando la clase media de los pa¨ªses ricos se vea obligada a cambiar su estilo de vida debido al crecimiento de la clase media en los pa¨ªses pobres? ?O cuando los patrones de consumo que una familia estadounidense o espa?ola ahora da por descontados dejen de estar a su alcance? Ir en coche a cualquier lugar y a cualquier hora ser¨¢ m¨¢s caro y complicado. Esto no es necesariamente malo. Pagar m¨¢s por contaminar el ambiente o consumir productos no renovables podr¨ªa reflejar mejor el costo que ello realmente tiene.
Pero otras alteraciones del orden mundial que pueden resultar del crecimiento de la clase media ser¨¢n m¨¢s traum¨¢ticas. Los cambios en las tendencias de migraci¨®n, urbanizaci¨®n y distribuci¨®n del ingreso ser¨¢n profundos y conflictivos. La nueva clase media demandar¨¢ casas, hospitales y escuelas de mejor calidad, e inevitablemente, mayor participaci¨®n pol¨ªtica. Los efectos no anticipados de la nueva clase media global se har¨¢n parte de nuestra cotidianidad sin importar donde vivamos.
El debate sobre los "l¨ªmites al crecimiento" es tan viejo como Thomas Malthus y su preocupaci¨®n por una poblaci¨®n que crece m¨¢s r¨¢pido que la capacidad de producir comida. Hasta ahora estos pesimistas se han equivocado. El mercado y las nuevas tecnolog¨ªas que peri¨®dicamente revolucionan la producci¨®n de alimentos se han encargado de equilibrar demanda y oferta e impedir que los pron¨®sticos maltusianos se cumplan. Esto es lo que volver¨¢ a pasar. Pero nuestra adaptaci¨®n a un mundo con una clase media m¨¢s numerosa que nunca est¨¢ reci¨¦n comenzando. Y la adaptaci¨®n no ser¨¢ barata ni tranquila. mnaim@elpais.es
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