Ulises, el primer turista sexual
Un desmitificador ensayo propone veinte lecturas distintas de la 'Odisea'
Ulises pudo volver a ?taca porque Poseid¨®n, su feroz enemigo, no asisti¨® a la asamblea en la que los dioses discutieron si permit¨ªan al h¨¦roe volver a casa. Falt¨® su voto, y gan¨® la facci¨®n de Atenea, su benefactora. As¨ª que Ulises regres¨® a su pa¨ªs y se enfrent¨® a los pretendientes que acosaban a Pen¨¦lope, su mujer, y dilapidaban sus riquezas. Es curioso que pudiera regresar a ?taca s¨®lo porque Poseid¨®n se hubiera corrido una gran juerga con comilona incluida de toros y corderos. Eran alimentos que estaban prohibidos para los dioses.
El viaje de Ulises fue olvidado y s¨®lo volvi¨® a fascinar en el siglo XX
A las feministas les disgusta el papel de Pen¨¦lope, ama de casa m¨¢s que reina
Los marxistas ven en el episodio de las sirenas la lucha de clases
N¨²ria Perpiny¨¤ cuenta la historia durante una conversaci¨®n en Madrid y explica que procede de la lectura que los estructuralistas hicieron de la Odisea, el poema tr¨¢gico que cuenta las aventuras de Ulises despu¨¦s de la guerra de Troya. Esta es s¨®lo una de las 20 interpretaciones del cl¨¢sico que la escritora analiza en Las criptas de la cr¨ªtica (Gredos), donde revela que los posmodernos, por ejemplo, consideran a Ulises el primer turista de la historia y, teniendo en cuenta sus ardientes relaciones con Circe y Calipso y su promiscuidad, se le podr¨ªa considerar, escribe, "el primer turista sexual que satisface sus deseos er¨®ticos en tierras ex¨®ticas".
Veinte interpretaciones que son otros tantos viajes alrededor de una obra inagotable. "Los estructuralistas se acercaron a la Odisea a partir de la comida y desde all¨ª buscaron comprender cuanto all¨ª se narraba", comenta Perpiny¨¤ (Lleida, 1961). Pero hay quienes la han le¨ªdo atendiendo al ritmo de sus versos, otros lo han hecho para entender la personalidad de Homero y los de m¨¢s all¨¢ han pretendido explicarse la sociedad griega de aquella ¨¦poca.
Est¨¢ la cr¨ªtica biogr¨¢fica, la psicol¨®gica, la tem¨¢tico-moral, la social, la filol¨®gica, la historiogr¨¢fica. La que hicieron los marxistas y las feministas, la de la escuela formalista y la deconstructiva, la impresionista, la del nuevo historicismo y la del new criticism...
Profesora de Teor¨ªa de la Literatura en la Universidad de Lleida, N¨²ria Perpiny¨¤ ha publicado cuatro novelas en catal¨¢n y un ensayo sobre las lecturas cr¨ªticas de la obra de Gabriel Ferrater. Hay mucha sabidur¨ªa e informaci¨®n en su libro sobre la Odisea, pero tambi¨¦n hay sentido del humor. Cada cap¨ªtulo desentra?a las claves de las distintas maneras de leer el texto (sus referentes te¨®ricos, sus maestros y logros, sus objetivos y desaf¨ªos). Y termina con un pastiche: la autora remeda a la corriente que acaba de analizar y nos cuenta desde sus esquemas su interpretaci¨®n de la Odisea. Y es ah¨ª donde los posmodernos consideran a Ulises el primer turista sexual.
A la cr¨ªtica feminista no le gusta mucho el papel de Pen¨¦lope, que es m¨¢s ama de casa que reina. Pero celebran la variedad de papeles femeninos que hay en la obra: Atenea, la diosa de la inteligencia; Nausica, con su dulzura e inocencia; la apasionada Calipso; Circe y sus malas artes, y las sirenas. "Tanta variedad de caracteres femeninos desaparece de la literatura desde los griegos hasta por lo menos finales del XVIII", dice Perpiny¨¤. "Las mujeres quedaron durante ese largo periodo reducidas a ser o santas o fulanas".
Entre los marxistas, T. W. Adorno y M. Horkheimer, de la Escuela de Francfort, se centran en el episodio de las sirenas para diagnosticar la lucha de clases. "Ulises puede permitirse no trabajar y escuchar el canto de las sirenas, aunque por estar atado no tenga capacidad de intervenir. A los marineros, la clase trabajadora, se les pone en cambio cera en los o¨ªdos para que sigan pringando". Perpiny¨¤ se?ala que hay que tener en cuenta que la Odisea es anterior a la polis, a la democracia, a la filosof¨ªa.
En el pastiche que la escritora catalana ha escrito para el cap¨ªtulo sobre la cr¨ªtica biogr¨¢fica, la que pone el acento al interpretar las obras en la vida de sus autores, defiende apasionadamente que Homero existi¨®, cuando se admite desde hace ya tiempo que hubo por lo menos dos autores detr¨¢s de la Il¨ªada y la Odisea y que trabajaron adem¨¢s sobre unos versos que proced¨ªan de la tradici¨®n oral. "Hay que leer la Odisea en verso", dice. "As¨ª fue concebida y as¨ª se fue recitando en su tiempo, siguiendo la tradici¨®n oral. No tendr¨ªa sentido acercarse hoy s¨®lo a las letras de las canciones de los Beatles. Sin la m¨²sica no son nada".
Igual que hay corrientes que se acercan al texto cl¨¢sico con las anteojeras propias de una escuela de pensamiento determinada, y muchas veces sus lecturas chirr¨ªan, hay otras interpretaciones que ofrecen una informaci¨®n muy sofisticada ("te pueden dar pistas sobre toda la literatura viajera, por ejemplo") o invitan a relativizar t¨®picos que se dan por hechos. Es lo que ocurre con la cr¨ªtica comparada o con la cr¨ªtica historiogr¨¢fica. "La Odisea dej¨® de interesar al llegar la Edad Media y s¨®lo volvi¨® a levantar pasiones en el siglo XX", explica. "Hasta entonces la consideraron un poco folcl¨®rica y vulgar. Las cosas no son tan estables como imaginamos, hay cambios bruscos y las opiniones y los valores pueden transformarse radicalmente".
No parece ser eso lo que ha ocurrido con esta joven profesora y novelista. Sus pasiones son duraderas. Hace unos quince a?os ley¨® la interpretaci¨®n estructuralista de la Odisea, la que analiza la obra a trav¨¦s de la comida, y le fascin¨®. Desde entonces lleva trabajando en Las criptas de la cr¨ªtica, un libro que a la postre es una ardiente defensa del perspectivismo. No hay una verdad ¨²nica, no existe la lectura definitiva: hay variaciones. No hay por tanto una Odisea: hay muchas.
Babelia
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