Mancini, el chico sombr¨ªo
El Roma hizo un trabajo psicol¨®gico con el extremo para controlar sus repentinos cambios de humor
Le describen como un chico tranquilo, sereno e introvertido. Curioso, viendo su lugar de nacimiento. Alessandro Faiolhe Amantino, conocido como Mancini, naci¨® en Belo Horizonte (Brasil) y lleg¨® al Roma en 2002, cuando ten¨ªa 22 a?os, de la mano del secretario t¨¦cnico, Franco Baldini, quien le fich¨® gratis como recambio de Caf¨². En el Atl¨¦tico Mineiro jugaba en el lateral derecho y se hinchaba a goles. Al Roma le bast¨® con ver un partido para darse cuenta de que ser¨ªa un gran jugador. En todo, menos como lateral derecho.
El brasile?o pas¨® su periodo de aprendizaje en el Venecia, de Segunda. Como lateral derecho jug¨® 13 partidos y no marc¨® ning¨²n gol. Un fracaso. Cuando al final de esa temporada Baldini decidi¨® que regresara a la capital, la hinchada le acogi¨® con un run run y Capello le pregunt¨®: ?Estamos seguros? El t¨¦cnico acab¨® por enamorarse de aquel chico flaco y callado. Le convirti¨® en un centrocampista externo. La afici¨®n dej¨® el run run. En su primer derby, tumb¨® al Lazio con un gol de tac¨®n que le vali¨® el apodo de Tacco di Dio.
Luciano Spalletti -en el banquillo del Roma desde 2005- le convirti¨® en extremo. Su trabajo ha sido tambi¨¦n psicol¨®gico. En el entorno del jugador reconocen que sufr¨ªa grandes cambios de humor. Ahora ha encontrado la estabilidad y sigue hinch¨¢ndose a goles: 38 en las ¨²ltimas cinco temporadas, 10 en ¨¦sta. Hasta Di St¨¦fano est¨¢ preocupado: "Es veloc¨ªsimo. Hay que tener mucho cuidado con las contras que puede generar". Bernd Schuster est¨¢ advertido.
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