ETA intenta frenar la rebeli¨®n expulsando del colectivo de presos a Txelis y Picabea

El anta?o monol¨ªtico bloque de los presos de ETA se resquebraja. El ninguneo al que le someti¨® la banda durante el proceso de paz, la "m¨¢xima debilidad" de la organizaci¨®n y su incapacidad para presionar al Estado han llevado a un creciente grupo de presos etarras "de referencia" a discrepar abiertamente de la estrategia de ETA, seg¨²n el ¨²ltimo an¨¢lisis de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n.

"ETA quiere aplacar un incremento de las cr¨ªticas", seg¨²n un informe policial

Los expertos creen que la rama pol¨ªtica encarcelada crear¨¢ "un debate" interno

La banda ya ha aplacado, al menos, dos conatos de sedici¨®n para evitar que la situaci¨®n "se desborde". Ahora ha expulsado del colectivo de presos a los hist¨®ricos Jos¨¦ Luis ?lvarez Santacristina, Txelis y Kepa Pikabea por "haber emprendido su propio camino" y sumarse a la estrategia del Gobierno "de dividir al colectivo". Una advertencia al resto en toda regla.

La expulsi¨®n del colectivo de presos de Pikabea (ex jefe del aparato militar) y Txelis (ex responsable del aparato pol¨ªtico, que ya hab¨ªa sido expulsado de la banda) tiene "car¨¢cter ejemplarizante" y su objetivo es "que la situaci¨®n de los presos no se desborde", seg¨²n el citado informe, y evitar una mayor quiebra del colectivo de presos. La polic¨ªa cree que ETA trata de frenar "un incremento de las cr¨ªticas hacia la violencia terrorista", que muchos presos significativos ya consideran "in¨²til para la consecuci¨®n de los objetivos, como consecuencia de la capacidad del Estado para neutralizarla y a la incapacidad de ETA para desarrollar una campa?a sostenida en el tiempo". El peligro para ETA es que, si sigue su actual deriva y su manifiesta debilidad (la banda contin¨²a buscando un gran atentado, especialmente en Madrid), "pierda su consideraci¨®n como vanguardia pol¨ªtico-militar del conjunto de la izquierda abertzale".

La ruptura del proceso de paz fue un mazazo para el colectivo, pero la "incapacidad de ETA para forzar al Estado a negociar sus condiciones", mediante los atentados, ha acabado desmoralizando a los reclusos etarras. "El Estado moral del colectivo de presos de ETA pasa por una de las fases de m¨¢s decaimiento y pesimismo de su historia", aseguraban informes policiales de diciembre. Ni se les tuvo en cuenta ni se los inform¨® de c¨®mo avanzaba el proceso. Unai Parot puso voz a esa queja en noviembre pasado: "ETA no cuenta con nosotros". El hist¨®rico dirigente Francisco Mujika Garmendia, Pakito, fue expulsado en diciembre de 2005 por criticar a la direcci¨®n etarra y abogar por el final de la lucha armada. Con ¨¦l fueron expulsados tambi¨¦n I?aki Bilbao, I?aki de Lemona; Ignacio Arakama Mendia, Makario, jefe del comando Madrid e interlocutor de ETA en las conversaciones de Argel; Carlos Almorza Arrieta, Pedrito de Andoain, responsable en su d¨ªa de la red del llamado impuesto revolucionario, as¨ª como a Koldo Aparicio y Kepa Solana.

El pesimismo entre amplias capas de sus 700 presos (casi 500 en Espa?a) ha aumentado una vez que ETA ha demostrado su evidente debilidad. Los presos necesitan pensar que su "sacrificio personal no ha sido en balde" y que se producen avances "en la consecuci¨®n de sus objetivos", asegura el informe. Pero la erosi¨®n estructural de la banda ha llevado a que "presos referenciales" se busquen salidas personales. Es lo que han hecho Pikabea y Txelis, expulsados del colectivo tras entrevistarse con Txema Urquijo, asesor de la Oficina para la Atenci¨®n a las V¨ªctimas del Terrorismo del Gobierno vasco. Pikabea se interes¨® por la posibilidad de recibir ayudas como v¨ªctima de los GAL.

La banda enmarca ¨¦stos y otros hechos, seg¨²n sus documentos internos, en "una ofensiva penitenciaria por parte del Estado para romper la cohesi¨®n interna del colectivo". Sin embargo, y aunque lleg¨® a darse como seguro en medios antiterroristas, el comunicado de disidencia de los presos con la actual ETA no se ha producido, por la presi¨®n interna de los reclusos. El informe, no obstante, destaca: "La convivencia en prisi¨®n de militantes de su estructura operativa con militantes de su estructura pol¨ªtico-social", un centenar procedente de Batasuna y sus sucesoras, "puede propiciar un debate" de consecuencias imprevisibles.