La violaci¨®n que cuesta recordar
No es leyenda urbana: algunos abusos se cometen sobre una v¨ªctima drogada que no recordar¨¢ nada - EE UU y Francia tienen un protocolo de sumisi¨®n qu¨ªmica y Espa?a empieza a estudiarlo
?Resulta que no era leyenda urbana? Muchos lectores recordar¨¢n aquel consejo antiguo: cuidado con las salidas nocturnas a ver si os van a echar algo en la copa... Era como cosa de las abuelas, pero de vez en cuando saltaba a la actualidad y por alg¨²n tiempo se extend¨ªa como indetallada realidad. A eso, la literatura cient¨ªfica le llama sumisi¨®n qu¨ªmica y en algunos pa¨ªses se lo est¨¢n tomando en serio como un fen¨®meno asociado cada vez m¨¢s a abusos sexuales entre gente muy joven.
La Universidad de Santiago estudia el fen¨®meno con la ayuda de m¨¦dicos
Esta pr¨¢ctica para abusar sexualmente se da entre gente muy joven
Mar¨ªa tiene una laguna en su memoria de unas tres horas
La chica denunci¨® el caso y la polic¨ªa encontr¨® al agresor en unas horas
?Has sido v¨ªctima de la 'sumisi¨®n qu¨ªmica? |
Un estudio en Canad¨¢ registr¨® 1.594 casos de asaltos sexuales entre 1993 y 2002, y 246, el 15,4% de ellos utilizaron las drogas para conseguir la sumisi¨®n de la v¨ªctima. A los abusos sexuales ser¨ªa como el crimen perfecto: la muchacha (en el 95,5% de los casos en este estudio eran mujeres las agredidas) no detecta la droga, apenas recuerda nada de lo ocurrido, no puede identificar a su v¨ªctima, sus fuerzas para resistirse est¨¢n muy mermadas y, ante una mu?eca indolente, no habr¨¢ desgarros f¨ªsicos considerables.
En un contexto de alcohol, drogas y amigos, la verg¨¹enza y el aturdimiento rara vez se traducen en una denuncia, por tanto, la v¨ªctima calla lo que sabe y no recuerda lo importante: el agresor queda impune.
En algunos pa¨ªses, como en Francia o Estados Unidos han dise?ado protocolos hospitalarios para detectar cu¨¢ndo se ha cometido una agresi¨®n sexual usando drogas que adormecen. Si se sospecha que se est¨¢ ante un caso de ¨¦sos, el centro sanitario efect¨²a los an¨¢lisis pertinentes a la v¨ªctima, en lugar de mirarla de reojo y recomendar que la pr¨®xima vez no elija amantes mientras est¨¢ borracha como una cuba.
Las drogas empleadas no son desconocidas para el gran p¨²blico: ¨¦xtasis, GHB, una droga de s¨ªntesis consumida en algunos ambientes de marcha nocturna juvenil, las benzodiacepinas (los sedantes de las sociedades desarrolladas), como el Stilnox o el Zolpidem, cannabinoides, barbit¨²ricos e incluso antihistam¨ªnicos. Pero bastar¨ªa el alcohol et¨ªlico. La dosis es lo importante.
Inodoras, ins¨ªpidas, nadie dir¨ªa que el caf¨¦ sabe raro y mucho menos que el tercer cubata es ligeramente distinto del primero. En la era Internet hacerse con estas sustancias es relativamente f¨¢cil. Esta pr¨¢ctica de adormecer a la v¨ªctima hasta robarle la voluntad y la consciencia no se ejerce s¨®lo para abusar sexualmente de ella. Los fines delictivos pueden ser varios.
En Espa?a, la polic¨ªa asocia estos casos a la prostituci¨®n. Recuerdan alguna denuncia hace a?os de clientes que, superando el sonrojo de confesar su visita al burdel, denunciaron un estado de inconsciencia del que despertaron desnudos y sin billetera.
Un estudio reciente en Estados Unidos contabiliz¨® 1.179 casos de abusos en 26 meses y en "un alto n¨²mero de ellos se registraba alcohol, cannabinoides, benzodiacepinas, anfetaminas y GHB, por ese orden", cuenta Manuel L¨®pez-Rivadulla, catedr¨¢tico de Toxicolog¨ªa en la Universidad de Santiago de Compostela.
En estos casos de Estados Unidos tambi¨¦n un alto porcentaje de las v¨ªctimas se hab¨ªa drogado voluntariamente y el agresor, un conocido, aprovech¨® esa situaci¨®n de debilidad.
?Violaci¨®n o un nebuloso inicio al sexo? ?O ambos? A veces se trata de un rito de inicio al sexo muy c¨®modo para los adolescentes que no se atreven a hacerlo por las claras. "En todas las ¨¦pocas, y en muchas tribus, se han asociado las drogas al inicio del sexo", dice el catedr¨¢tico de Toxicolog¨ªa. Los estudios indican que ahora esta sustancia se est¨¢ detectando en gente muy joven, menores de 20 a?os.
El Servicio de Toxicolog¨ªa Forense de la Universidad de Santiago lleva una l¨ªnea de investigaci¨®n sobre la sumisi¨®n qu¨ªmica, tan desconocida a¨²n en Espa?a. Trabajan estrechamente con algunos ginec¨®logos del hospital Juan Canalejo de A Coru?a a trav¨¦s del centro de orientaci¨®n familiar de esta ciudad gallega. "Pretendemos ampliarlo a todo el hospital para que se impliquen de forma institucional; que se d¨¦ a conocer esta pr¨¢ctica, tambi¨¦n a la sociedad en su conjunto, es fundamental", dice Chus Anca, la psic¨®loga del centro de planificaci¨®n.
Porque lo que no se conoce, no se denuncia y parece inexistente. Tan inexistente como permanece en la cabeza de Mar¨ªa su agresor: un desconocido sin rostro que la someti¨® el pasado septiembre a la experiencia m¨¢s desagradable de su vida en unas horas en las que estuvo dormida aunque despierta. Esta chica gallega de 21 a?os que oculta su nombre real, recuerda perfectamente con qui¨¦n estaba y qu¨¦ hac¨ªa antes y despu¨¦s de sufrir un abismo en su memoria. Su amnesia empez¨® un s¨¢bado de madrugada a la puerta de un disco-pub y la neblina en su cabeza se fue despejando tres horas despu¨¦s con la voz de un adolescente que ped¨ªa a su padre que dejara marchar a la chica que estaba desnuda en la habitaci¨®n.
No recuerda mareos, ni p¨¦rdida de visi¨®n, nada, hay un corte perfecto. Ella esperaba a las amigas en la calle a eso de las tres de la madrugada y fue consciente de que un hombre estaba sobre ella alrededor de las seis y media de la ma?ana, en una casa en medio del monte. La polic¨ªa identific¨® en unas pocas horas al agresor.
"Yo me resist¨ªa, pero no ten¨ªa fuerzas, y le ped¨ªa que me dejara marchar. O¨ª a su hijo decirle que me soltara y cuando me dejaron me vest¨ª y sal¨ª a la calle, anduve un poco, pero el cr¨ªo me dijo que me iba a perder y que su padre me llevar¨ªa a la ciudad", relata. As¨ª fue. Las amigas, localizadas por el m¨®vil, esperaban aquella ma?ana de domingo que el desconocido depositara a la chica en la civilizaci¨®n. Ellas pudieron verle y describir su aspecto a la polic¨ªa. Pero Mar¨ªa no le recuerda. Sabe que subi¨® al coche de sus amigas y que contestaba a sus preguntas de una forma mec¨¢nica, repetida, como una aut¨®mata. ?Ha intentado hacerte algo? "Lo ha intentado y lo ha conseguido", respondi¨® ella antes de echarse a llorar.
Cuando lleg¨® a casa cometi¨® el primer error, se duch¨® antes de meterse en la cama. "Pero nunca es tarde, la frustraci¨®n y la impotencia que se sienten no deben impedir que se denuncie, hay que hacerlo, aunque tengas miedo de que no te crean". A ella no le hicieron mucho caso en las urgencias del hospital que visit¨®, no le gust¨® el trato de la ginec¨®loga: "Me dijo que vaya borrachera que pill¨¦, que me acost¨¦ con un tipo y que ahora estaba arrepentida. Pero yo hab¨ªa bebido menos que otras veces, cuatro cervezas y un cubata que ped¨ª y no tom¨¦. No me hicieron una revisi¨®n f¨ªsica".
La reivindicaci¨®n de los expertos es que en Espa?a se establezca un protocolo sanitario de actuaci¨®n similar al que tienen en Francia, de tal forma que cuando una mujer llega con un cuadro parecido al de Mar¨ªa se efect¨²en an¨¢lisis de orina, de sangre y tambi¨¦n de cabello, con los procedimientos adecuados. En el pelo se pueden detectar ciertas sustancias hasta tres meses despu¨¦s. Aunque algunas de estas drogas tienen una presencia en la sangre y en la orina muy fugaz. Por el contrario, las v¨ªctimas suelen tomarse un tiempo hasta que deciden denunciar.
El desconocido que abus¨® de Mar¨ªa ha reconocido que mantuvo relaciones con ella, "pero dice que fueron consentidas en todo momento". Mar¨ªa reconstruye el relato gracias a las pesquisas policiales y a la instrucci¨®n judicial: "?l declar¨® que yo me sub¨ª al coche, que me acost¨¦ primero con un amigo suyo que nos acompa?aba y que luego lo hizo ¨¦l. El amigo lo niega, dice que ¨¦l tambi¨¦n estaba borracho y que no sabe nada de eso". Un cruce de declaraciones pendiente de resolverse en tribunales.
No hay muchos m¨¢s casos en Espa?a para estudiar el fen¨®meno, ni siquiera ¨¦ste pudo ser analizado a tiempo. Ya era tarde cuando la muchacha lleg¨® a la consulta de Chus Anca. La psic¨®loga del centro de planificaci¨®n observ¨® que aquella amnesia que describ¨ªa no era la propia de los traumas y se puso a investigar.
Cuando el asunto llega a los tribunales no es f¨¢cil tener pruebas de algo as¨ª, pero no es imposible que el agresor resulte condenado. Incluso aunque la propia v¨ªctima haya tomado la droga voluntariamente. "Desde los romanos se define la actio libera in causa, es decir, que la v¨ªctima inicia libremente la cadena de acontecimientos que luego desemboca en algo que no se asum¨ªa al principio", explica el magistrado del Tribunal Supremo Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn. "La toma de la droga ha podido ser compartida, e incluso complacida, y ser¨¢ una situaci¨®n jur¨ªdicamente delicada, pero no es imposible una condena", a?ade. Puede, por tanto, haber condena, o resultar, como el crimen, la violaci¨®n perfecta. Quiz¨¢ en la ¨¦poca de las abuelas bastaba el alcohol y en la era de Internet las cosas est¨¦n tomando un cariz m¨¢s descarnado y peligroso.
Protocolo franc¨¦s
- Si se sospecha que una persona ha sido drogada contra su voluntad:
Deber¨¢ ser orientada por un servicio de urgencias general
Se proceder¨¢ a un examen cl¨ªnico, interrogatorio y pruebas biol¨®gicas.
El m¨¦dico interroga y examina a la v¨ªctima
Tomar¨¢ pruebas biol¨®gicas de sangre, orina y, si es posible, cabellos.
Se recogen pruebas de aquellos lugares susceptibles de haber contenido la droga.
En un mes se tomar¨¢n muestras del cabello, que no se habr¨¢ cortado ni te?ido en ese tiempo.
Los an¨¢lisis se har¨¢n por duplicado por si se requieren como prueba judicial.
Las muestras se trasladan al laboratorio para buscar las sustancias previamente determinadas.
Se recoger¨¢ tambi¨¦n el relato sobre lo sucedido.
Los resultados de estos estudios ser¨¢n transmitidos a la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria.
- Consejos del Estado de Pensilvania (similares a los del resto de Estados)
Se facilita un tel¨¦fono para las v¨ªctimas y recomiendan ir a urgencias.
No lavar las ropas que se llevaban.
-Orinar en el hospital o hacerlo en un frasco que se entregar¨¢ a los sanitarios. www.davictimsupport.com/espanol/dfsa2.html
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