Magnetismo
A sus 61 a?os -nadie lo dir¨ªa-, Jane Birkin sigue conservando un magnetismo esc¨¦nico que llega a sobrecoger. Con s¨®lo aparecer en el escenario del Auditori de Girona caminando nerviosamente, casi corriendo, abrir los ojos como sorprendida e insinuar una sonrisa hacia el patio de butacas, ya hab¨ªa ganado la batalla: todo el p¨²blico estaba a sus pies, atrapado en una fina tela de ara?a de la que nadie pretend¨ªa escapar. Es como un poder m¨¢gico que ella utiliza con inteligencia y aparente ingenuidad, y que su p¨²blico saborea con placer.
Vestida sin pretensiones con un jersey negro y unos pantalones demasiado grandes, y con el cabello ocultando parcialmente sus penetrantes ojos, Birkin comenz¨® el concierto en ingl¨¦s, pero inmediatamente retom¨® uno de sus iconos, Di doo dah, y el esp¨ªritu de Serge Gainsbourg se instal¨® pl¨¢cidamente en el escenario. A partir de ah¨ª las canciones del iconoclasta poeta y cantante franc¨¦s que fue su compa?ero y mentor se mezclaron, en una secuencia evolutiva absolutamente l¨®gica, con t¨ªtulos tomados de los ¨²ltimos discos de la cantante. Si Gainsbourg era revisado desde un prisma bastante cl¨¢sico, las canciones m¨¢s recientes buscaban una vertiente m¨¢s rompedora, con toques de electr¨®nica muy bien dosificados.
JANE BIRKIN
Auditori-Palau de Congressos. Girona. 19 de febrero.
Birkin ha a?adido al espect¨¢culo una estremecedora canci¨®n de cosecha propia -la madurez le sienta muy bien en el aspecto creativo- en la que habla de los problemas de la activista birmana Aung San Suu Kyi.
En Girona, Birkin despleg¨® todo un mundo de sugerencias utilizando ese hilo de voz que a¨²n las hace m¨¢s sugerentes. Como habl¨¢ndole al o¨ªdo a cada espectador, consigui¨® que temas como Le moi et le je, Ballade de Johnny Jane, Manon y Ex-fan des sixties sonaran frescos, como acabados de hacer. Para acercarse m¨¢s a su p¨²blico, la cantante pase¨® su enorme sonrisa entre las filas de butacas y lleg¨® hasta la parte alta del Auditori: una Jane Birkin terriblemente cercana y al mismo tiempo irresistiblemente seductora.
Un acompa?amiento muy eficaz, en el que los tres m¨²sicos cambiaron constantemente de instrumentos, envolvi¨® a la cantante con suavidad, sin tomar nunca el protagonismo ni molestar. El enorme escenario se le qued¨® peque?o a Jane Birkin. La cantante ha insinuado que esta podr¨ªa ser su ¨²ltima gira (parece ser que la direcci¨®n cinematogr¨¢fica, en la que se acaba de estrenar con ¨¦xito, le tira m¨¢s). Ser¨ªa una l¨¢stima, porque pocos artistas poseen un directo tan cercano e irradian un magnetismo tan desbordante. As¨ª sucedi¨® en Girona.
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