Los tiempos cambian
La Barcelona mil veces fotografiada, mil veces transitada, esconde rincones que han ca¨ªdo en un cierto anonimato. A dos pasos de la plaza de Sant Jaume se ubica L'Ascensor, uno de esos locales con historia e historias que le deben su fama a un pasado de clandestinidad, subversi¨®n y conversaciones en voz baja. Hoy el m¨¦rito es haber sobrevivido en una ciudad que ha abrazado con entusiasmo la causa del renovarse o morir.
?ngel Juez recuerda cuando Lou Reed viaj¨® a Barcelona para dar un concierto, lo suspendi¨® y se emborrach¨® en L'Ascensor. Dice que Manolo Garc¨ªa y Quimi Portet se conocieron all¨ª. Y que el bar fue uno de los primeros locales de ambiente de Barcelona, en un momento en el que la maquinaria de la represi¨®n franquista todav¨ªa funcionaba a pleno gas. "Yo me hice cargo del local en 1978. Era un momento de revoluci¨®n musical, de la explosi¨®n del mundo de la noche", cuenta ?ngel.
Gays, rockeros, conspiradores y todo tipo de animales nocturnos imprimieron al bar un sello propio. Pero toda aquella parafernalia revolucionaria desapareci¨® mucho antes de que eclosionara la Barcelona ol¨ªmpica. Hoy L'Ascensor es un local para sentarse, hablar y beber a gusto. "Antes ¨¦ramos una referencia de la noche y ahora somos un local de servicio. Pero me gusta que la gente venga para conversar tranquilamente. Disfruto de este ambiente relajado", dice ?ngel.
El ascensor que da nombre al local procede de un edificio p¨²blico de los a?os sesenta. Lo instal¨® all¨ª el primer propietario del bar, un anticuario que lo decor¨® todo con elementos modernistas. El ascensor hace las veces de puerta de entrada y muchos clientes siguen la tradici¨®n de agacharse y volverse a levantar para simular que descienden.
- Lo m¨¢s: La decoraci¨®n. Sigue estando como hace m¨¢s de treinta a?os.
- Lo menos: A veces L'Ascensor se convierte en uno de esos bares autob¨²s. Un grupo de unas quince o veinte personas (casi siempre turistas) irrumpe all¨ª y se carga la magia del local con sus alaridos.
- Direcci¨®n: L'Ascensor. Calle de Bellafila, 3.
jbauza@elpais.es
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