El secreto mejor guardado
Muchos expertos en comunicaci¨®n pol¨ªtica y t¨¦cnicas electorales creen que lo ¨²nico realmente ¨²til en el campo de los sondeos son los trackings, las peque?as encuestas que se hacen d¨ªa a d¨ªa durante la duraci¨®n de la campa?a, que se consideran como el mejor m¨¦todo para identificar la tendencia, subida o bajada, del respectivo candidato. Los trackings de 2004, reconocen incluso en el Partido Popular, marcaron la tendencia a la baja del PP antes incluso de que ocurriera el 11-M. Quiz¨¢ fue precisamente este hecho el que provoc¨® la descabellada reacci¨®n del aparato popular y el intento de ocultar el aut¨¦ntico origen del atentado islamista.
En principio, es el an¨¢lisis de esos peque?os sondeos lo que marca el desarrollo de las campa?as, la insistencia o el abandono de determinados temas o puntos de discusi¨®n concretos, o el que obliga a realizar, incluso, importantes correcciones de rumbo a mitad del camino. En Estados Unidos, donde los candidatos manejan enormes cantidades de dinero, los trackings diarios son de unas 1.200 encuestas, como m¨ªnimo; pero en Espa?a ning¨²n partido encarga m¨¢s de 300 ¨® 400 al d¨ªa, lo que baja el nivel de fiabilidad, incluso cuando se analizan juntas cada tres d¨ªas. En cualquier caso, los datos de estos trackings ser¨¢n durante los pr¨®ximos d¨ªas el secreto mejor guardado, los verdaderos lingotes de oro, de cada comit¨¦ electoral y de cada candidato.
Los partidos guardan como oro en pa?o los resultados de los 'trackings' diarios durante la campa?a
En Espa?a, PP y PSOE encargan entre 300 y 400 encuestas diarias. En Estados Unidos se manejan 1.200 al d¨ªa
Salvo los debates televisados, cara a cara, que son una apreciada novedad, en la campa?a reci¨¦n inaugurada todo suena a bastante o¨ªdo y conocido. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Mariano Rajoy son bien identificados y reconocidos por el electorado espa?ol (los dos l¨ªderes han tenido cuatro a?os para enfrentarse una y otra vez en el Parlamento). Pr¨¢cticamente todos esos debates fueron ganados por el presidente del Gobierno, pero eso no quiere decir que ahora los tenga tambi¨¦n ganados. Sobre todo porque la mayor¨ªa de las veces la victoria parlamentaria de Rodr¨ªguez Zapatero se asent¨® en la presentaci¨®n de unos datos econ¨®micos espectaculares, optimistas e irrebatibles. Ahora, el presidente tiene que hacer frente a la percepci¨®n ciudadana, justificada o no, de que se avecina una crisis en el crecimiento, algo que el PP ha convertido r¨¢pidamente en uno de sus principales argumentos de campa?a.
Las campa?as son los momentos intensos en los que todo el mundo se acuerda de los especialistas en comunicaci¨®n pol¨ªtica y en t¨¦cnicas electorales, pero la verdad es que su influencia comienza, cada vez m¨¢s, justo cuatro a?os antes, cuando arranca una legislatura. Es entonces cuando los primeros ministros y presidentes de gobierno, y cuando los jefes de la oposici¨®n (en los pa¨ªses donde existe esa figura), se plantean, o al menos deber¨ªan plantearse, c¨®mo mantener la comunicaci¨®n con los ciudadanos, c¨®mo asentar su liderazgo al frente de la instituci¨®n publica que dirigen o protagonizan, y c¨®mo desarrollar las estrategias de comunicaci¨®n entre las pol¨ªticas que desarrollan o preconizan y la imagen que se tiene de ellas.
El ¨²ltimo libro de la profesora Mar¨ªa Jos¨¦ Canel, una de las m¨¢s conocidas expertas espa?olas en comunicaci¨®n pol¨ªtica, trata precisamente de estos temas (Comunicaci¨®n de las instituciones p¨²blicas. Editorial Tecnos) y de la necesidad de no dejar ese trabajo para el ¨²ltimo minuto. Cuenta que en los diccionarios de lengua inglesa hay 18.000 t¨¦rminos que hacen referencia a los rasgos personales aplicables a un l¨ªder. "Pero todos los expertos", asegura Canel, "coinciden en afirmar que el p¨²blico juzga fundamentalmente respecto a dos rasgos: competencia profesional y la personalidad o car¨¢cter". En lo que se refiere a la competencia profesional, explica, se hace referencia al conocimiento, las capacidades de gesti¨®n, la sabidur¨ªa, la eficiencia, el criterio y la firmeza en la toma de decisiones. En cuanto al car¨¢cter, puede venir medido en los t¨¦rminos de honestidad, fiabilidad, simpat¨ªa, capacidad para compartir valores, capacidad para cumplir lo prometido, comprensi¨®n y cercan¨ªa.
Toda esta larga lista no debiera depender de un solo acontecimiento, como dos ¨²nicos debates televisivos, sino haberse construido paciente y profesionalmente a lo largo de los a?os. Sea como sea, la experiencia demuestra que un debate s¨ª puede destruir uno de los aspectos de la lista y provocar un da?o que ya no hay tiempo para reparar. En esos casos es probable que ya no sirva tampoco de mucho la idea de otros expertos de que el liderazgo no es s¨®lo consecuencia de los rasgos individuales del l¨ªder, sino que depende tambi¨¦n del comportamiento de otras personas y de elementos contextuales.
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