El DVD que acorral¨® a mil millonarios
El robo de un disco destapa el mayor esc¨¢ndalo fiscal de la historia de Alemania
El p¨¢nico ha embargado esta semana a buena parte de la clase empresarial alemana. La causa no son los resultados de sus empresas o unas Bolsas mundiales convertidas en monta?as rusas. La culpa la tiene un DVD con datos de un banco del para¨ªso fiscal alpino de Liechtenstein que demuestra que cientos de ellos (entre 750 y 1.000) llevan a?os defraudando al fisco alem¨¢n ingentes cantidades de dinero, hasta 4.000 millones de euros, seg¨²n datos de la Fiscal¨ªa de Bochum, al frente de las investigaciones. Pero m¨¢s all¨¢ de las cifras, los alemanes asisten entre indignados y estupefactos a la trama de un caso que empez¨® con el robo del DVD en el banco LGT, propiedad de la familia real de Liechtenstein, y su venta en el oscuro mundo de los servicios secretos. All¨ª, los esp¨ªas alemanes lo compraron al supuesto ladr¨®n, con permiso del Gobierno de Angela Merkel, por 4,2 millones de euros.
75.000 fundaciones opacas gestionan en Liechtenstein miles de millones
"Vivimos la p¨¦rdida de decencia de parte de la ¨¦lite del pa¨ªs", resume un ministro
El l¨ªder del SPD amenaz¨® con aislar a Liechtenstein si no colabora
El resultado ha sido un monumental esc¨¢ndalo, el mayor por fraude fiscal en la historia de Alemania, que suscita muchos interrogantes y cuyo final no se vislumbra. "Es un incidente grave, que puede hacer mucho da?o dentro y fuera de Alemania", explica el diputado Niels Annen, del Partido Socialdem¨®crata (SPD), socio de gobierno en la gran coalici¨®n con los democristianos de Merkel. "En los ¨²ltimos a?os, a los ciudadanos se les ha dicho que hab¨ªa que contener los salarios y recortar los servicios sociales para reactivar la econom¨ªa. Mientras, han visto c¨®mo los beneficios empresariales crec¨ªan y los sueldos de las ¨¦lites se multiplicaban. El sentimiento de injusticia contra los l¨ªderes econ¨®micos podr¨ªa extenderse tambi¨¦n contra los pol¨ªticos", a?ade Annen.
El enfado en la calle es evidente. "Hace a?os que tengo el mismo sueldo. ?Para qu¨¦? ?Para que los millonarios se lleven el dinero a sus bancos en el extranjero?", se pregunta airada Rita, una mileurista de 34 a?os que trabaja en un supermercado en un barrio del este de Berl¨ªn.
La primera v¨ªctima del caso ha sido una de las figuras m¨¢s poderosas del empresariado alem¨¢n, Klaus Zumwinkel, el hombre que convirti¨® los correos alemanes, Deutsche Post, en la primera empresa de log¨ªstica del mundo. El mayor accionista de la compa?¨ªa es el Estado alem¨¢n. Zumwinkel dej¨® su cargo el pasado d¨ªa 15 tras admitir haber evadido a Liechtenstein un mill¨®n de euros obtenidos del patrimonio familiar. Su detenci¨®n del pasado jueves podr¨ªa ser la primera de una larga lista.
En lo que parece ser una estrategia bien definida por el Gobierno, cientos de empresarios se ven abocados a tomar una dif¨ªcil decisi¨®n: confesar por su cuenta o arriesgarse a terminar en la c¨¢rcel. "Vamos a ir hasta el final. Lo mejor que pueden hacer quienes han mandado dinero a Liechtenstein es admitirlo y cooperar antes de que sea demasiado tarde", afirm¨® un portavoz de la Fiscal¨ªa de Berl¨ªn, que por instrucciones de la de Bochum investiga las fortunas de "algunas decenas" de millonarios de la capital. Como la de Berl¨ªn, al menos otros siete l?nder (Estados federados) han recibido instrucciones para rastrear a los ricos evasores.
Un inspector fiscal, citado por Financial Times, asegura estar detr¨¢s de "gente con mucho dinero". "En algunos casos, los investigados ya est¨¢n viniendo a nosotros a declarar", a?ade. El ministro de Finanzas, Peer Steinbr¨¹ck, ha reiterado un mensaje destinado a todos aquellos que quieran sentirse aludidos: "Tenemos la informaci¨®n y el tiempo. Esto va a durar meses".
Tras la dimisi¨®n de Zumwinkel, la fiscal¨ªa y la inspecci¨®n fiscal ha emprendido una cascada de cientos de registros en domicilios, oficinas y entidades bancarias en toda Alemania. De momento, un alto cargo del Gobierno regional de Baviera ha sido apartado de sus funciones y el diario Berliner Zeitung extendi¨® ayer la lista de implicados, en lo que ya est¨¢ cerca de ser un deporte nacional en Alemania, a tres diputados del Partido Liberal (FDP) y uno de la CDU.
El Gobierno de Merkel, que desde el primer momento ha atacado con dureza al de Liechtenstein por la opacidad de sus bancos, puede encontrarse sin embargo con un gran problema en casa: las investigaciones indican que algunos bancos alemanes tambi¨¦n est¨¢n implicados en la evasi¨®n de capitales. A principios de semana, agentes judiciales registraron en M¨²nich la sede del Dresdner Bank y del suizo UBS, aunque portavoces de la fiscal¨ªa aclararon que el objetivo era obtener "datos sobre clientes, no sobre la actuaci¨®n de los bancos". Pero el mi¨¦rcoles, ante nuevos registros, la fiscal¨ªa confirm¨® que "otras entidades financieras" ya estaban en el foco de sus investigaciones. Una de ellas, el Metzler, un poderoso banco privado con sede en Francfort y especializado en gestionar grandes fortunas, admiti¨® que tres de sus empleados estaban siendo investigados.
Ulrich Raensch, de la firma de abogados Baker & Mackenzie, explica que el "¨¦xito de para¨ªsos fiscales como Liechtenstein radica en sus servicios para poner a salvo el dinero negro del fisco". "Liechtenstein tiene una figura jur¨ªdica, las fundaciones, que permiten gestionar grandes cantidades de dinero que apenas tributan y que ocultan a los beneficiarios". Seg¨²n el Ministerio de Finanzas germano, m¨¢s de 75.000 fundaciones gestionan en el pa¨ªs alpino decenas de miles de millones de euros sin que se sepa a qui¨¦n pertenecen y pagando unos impuestos, entre el 0,1% y el 0,05%, insignificantes.
"Las fundaciones", sigue Raensch, "no tienen cabida en el sistema legal alem¨¢n, porque ocultan a sus beneficiarios. Los ciudadanos que han mandado dinero all¨ª saben que est¨¢n evadiendo impuestos", a?ade.
"Casos como el de Liechtenstein demuestran la necesidad de una mayor transparencia y cooperaci¨®n en el flujo internacional de capitales", afirma Matthias Rumpf, de la oficina en Berl¨ªn de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE). "Los para¨ªsos fiscales atraen dinero de origen desconocido y amenazan con extender sus pr¨¢cticas a pa¨ªses vecinos, como se est¨¢ viendo en Alemania", a?ade. Liechtenstein, Andorra y M¨®naco son los tres ¨²ltimos pa¨ªses que figuran en la lista negra de la OCDE como "para¨ªsos fiscales que no cooperan en el intercambio de informaci¨®n".
Pero el Gobierno de Merkel no s¨®lo ha recibido apoyos por su golpe. La primera respuesta, airada, vino del propio pr¨ªncipe Alois von und zu Liechtenstein, que el martes acus¨® a Berl¨ªn de "actuar como una gran potencia", "violar las leyes internacionales" por comprar secretos bancarios y "atacar la soberan¨ªa" del miniestado alpino, una franja de tierra de 25 kil¨®metros de largo en la orilla este del r¨ªo Rin a su paso entre Suiza y Austria. "Alemania utilizar¨ªa mejor su dinero arreglando su sistema fiscal que gastando millones en comprar informaci¨®n robada", acus¨® el pr¨ªncipe.
Merkel se reuni¨® el mi¨¦rcoles con el primer ministro de Liechtenstein, Otmar Hasler. La rueda de prensa posterior puso de manifiesto la tensi¨®n entre el mayor y el m¨¢s peque?o de los Estados de habla alemana. "Deseamos mantener buenas relaciones", empez¨® su declaraci¨®n Merkel, "pero es imprescindible que Liechtenstein se comprometa con la UE a avanzar contra el fraude y acepte las recomendaciones de la OCDE contra la opacidad fiscal". "El tiempo es esencial", insisti¨® la canciller.
El tono de Merkel fue duro, pero fuera de la sede de la canciller¨ªa los pol¨ªticos alemanes iban m¨¢s lejos: "Si Liechtenstein no accede a razones, tendremos que hablar con la UE e imponer sanciones para aislarla", afirm¨® el mismo mi¨¦rcoles el presidente del SPD, Kurt Beck, al semanario Stern.
El primer ministro Hasler us¨® un tono m¨¢s conciliador. Dijo que su pa¨ªs est¨¢ en la "senda de las reformas" y que desea "firmar con la UE un acuerdo contra el fraude y a favor de la cooperaci¨®n". "Pero no aceptaremos niveles superiores a los de la UE", avis¨® en referencia a las pr¨¢cticas de pa¨ªses como Luxemburgo o territorios del Reino Unido como Gibraltar o las islas del Canal de la Mancha.
Desde el Estado alpino se teme que un endurecimiento de los controles sobre su sistema bancario puede poner en peligro su propia supervivencia econ¨®mica. Con 35.000 habitantes, un tercio de ellos extranjeros, los bancos de Liechtenstein atesoran 100.000 millones de euros en dep¨®sitos y la actividad financiera supone m¨¢s de un tercio de su PIB.
La actuaci¨®n del Gobierno de Merkel tambi¨¦n ha recibido cr¨ªticas dentro de Alemania, aunque m¨¢s tibias y desde los sectores liberales m¨¢s afectados por las redadas. El abogado Tido Park considera que la fiscal¨ªa, con el apoyo de la canciller¨ªa, "ha querido extender el miedo para que la gente acabe autoinculp¨¢ndose". "El Gobierno s¨®lo dice que tiene unos datos que nadie ha visto y que en todo caso han sido robados y que ser¨¢n de dudosa validez ante un tribunal. En Derecho Penal, el fin no justifica los medios. La fiscal¨ªa intenta forzar a la gente a confesar por miedo. Si nadie confesara, probablemente todo esto quedar¨ªa en un gran bluf", concluye.
Este esc¨¢ndalo se suma a los que en los ¨²ltimos a?os han ensuciado la anta?o inmaculada imagen del empresariado alem¨¢n. La multinacional Siemens, que gan¨® contratos por todo el planeta a base de sobornos, y Volkswagen, que gast¨® millones en pagar prostitutas y viajes a sus sindicalistas para evitar tensiones laborales, fueron las dos compa?¨ªas que abrieron el camino de lo que esta semana el ministro Steinbr¨¹ck ha resumido como "la p¨¦rdida de decencia de parte de la ¨¦lite del pa¨ªs". O, en palabras del catedr¨¢tico de la Universidad Libre de Berl¨ªn Ignacio Sotelo, "el fin de la ¨¦tica protestante del capitalismo".
La Rep¨²blica Federal de Alemania resurgi¨® tras la II Guerra Mundial como gran potencia econ¨®mica gracias a un pacto entre la clase empresarial y los trabajadores "basado en la honradez empresarial protestante, donde las empresas ganaban mucho dinero pero lo compart¨ªan con sus trabajadores", explica el catedr¨¢tico. "La p¨¦rdida de peso de los trabajadores en el sistema productivo ha llevado a una p¨¦rdida de valores que se refleja en pr¨¢cticas que bordean lo delictivo. No es un problema espec¨ªficamente alem¨¢n, pero aqu¨ª se siente m¨¢s porque este pa¨ªs fue un modelo para otros", concluye Sotelo.
Cuando los esp¨ªas compran datos a los ladrones
Han pasado tantos a?os desde la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn que los alemanes casi hab¨ªan olvidado que tienen esp¨ªas. Pero el servicio secreto, BND en sus siglas en alem¨¢n, existe y ha irrumpido con fuerza en la pol¨ªtica con la compra por 4,2 millones de euros del DVD que implica a cientos de defraudadores entre las capas m¨¢s altas de la econom¨ªa del pa¨ªs.
El servicio pidi¨® permiso al Gobierno para comprar un material que sab¨ªa que era robado. Recibi¨® luz verde. Las dudas sobre la legalidad del trato las trat¨® de disipar en cuatro palabras el ministro federal de Finanzas, Peer Steinbr¨¹ck, que espera recaudar cientos de millones de euros con la operaci¨®n: "Es dinero bien empleado".
M¨¢s denso es el debate en la prensa alemana, que ha dedicado largos editoriales al asunto. "Aunque todo sea legal, queda un amargo sabor de boca cuando instituciones estatales hacen negocios con criminales", resumi¨® el conservador Die Welt. El econ¨®mico Handelsblatt, sostiene: "Desde el punto de vista jur¨ªdico, puede ser leg¨ªtimo que el Estado pague millones para obtener datos robados. Pero cabe preguntarse si realmente vamos por un camino sano".
La identidad del supuesto ladr¨®n al que los servicios secretos alemanes compraron la informaci¨®n, al que algunos medios sit¨²an en Australia disfrutando de un c¨®modo retiro con otra identidad, es uno de los misterios a¨²n por resolver en este caso.
Herida en su orgullo, ya que el banco de donde salieron los datos es de su propiedad, la familia real de Liechtenstein acus¨® p¨²blicamente a Alemania de haber hecho negocios con un ladr¨®n al que identific¨®. Se tratar¨ªa de Heinrich Kieber, antiguo empleado LGT, al que Liechtenstein acusa de haber robado en 2002 datos sobre 500 clientes de la empresa.
Esta versi¨®n, sin embargo, ha sido puesta en duda por el Gobierno alem¨¢n que, seg¨²n fuentes no identificadas citadas por el semanario Der Spiegel, asegura que la lista de defraudadores llega a 1.000 y los datos en poder de la fiscal¨ªa de Bochum se remontan a 2005.
En cualquier caso, el confidente del servicio de espionaje puede ser un ladr¨®n de datos bancarios, pero no es un defraudador de impuestos, seg¨²n afirm¨® el presidente del BND, Ernst Uhrlau, en una comisi¨®n parlamentaria celebrada esta semana para aclarar la compra del DVD. Uhrlau precis¨® ante los diputados federales que su contacto pag¨® religiosamente los impuestos, un 10%, de los 4,2 millones de euros que cobr¨® por la informaci¨®n.
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