El PSC y el PSOE se conceden una tregua

Pasqual Maragall siempre ha lamentado que la relaci¨®n entre Catalu?a y Espa?a no pase de la "conllevancia mutua", de mirarse con el rabillo del ojo sin gran simpat¨ªa. La orteguiana conllevancia es tambi¨¦n la palabra que mejor define la relaci¨®n del PSOE y el PSC en los ¨²ltimos cuatro a?os. El pacto del Estatuto entre Rodr¨ªguez Zapatero y Artur Mas, la reedici¨®n expr¨¦s del tripartito catal¨¢n y el reciente caos ferroviario han empa?ado las relaciones entre ambos partidos. Pero nada de esto se est¨¢ viendo en la campa?a electoral. Se acabaron los reproches. El PSOE y el PSC han sincronizado sus mensajes.

El presidente Zapatero dej¨® claro en su reciente mitin de L'Hospitalet que la presidencia de Montilla en la Generalitat no peligrar¨¢ por un eventual pacto entre el PSOE y CiU tras las generales. Los socialistas catalanes han correspondido al gesto. Los m¨ªtines de Carme Chac¨®n se han convertido en odas a la figura de Zapatero.

Las referencias a asuntos espinosos para el PSOE han desaparecido de los m¨ªtines. Chac¨®n evita incluso repetir aspectos que figuran en el programa electoral del PSC y que el PSOE todav¨ªa no ha acabado de digerir. Ni una palabra sobre la publicaci¨®n de las balanzas fiscales. Ni una alusi¨®n a la demanda del PSC para que la nueva financiaci¨®n de Catalu?a implique para la Generalitat unos ingresos similares a los que resultan del cupo vasco. Tampoco hay noticias de una vieja aspiraci¨®n de amplios sectores del partido: recuperar el grupo parlamentario en el Congreso.

Los socialistas catalanes centran todos sus m¨ªtines en la confrontaci¨®n Zapatero-Rajoy. "No son lo mismo", dice una y otra vez la candidata socialista. La total entrega de Chac¨®n a la causa de Zapatero y la falta de referencias a la pol¨ªtica del PSC en el plano federalista han llegado a incomodar a los sectores m¨¢s catalanistas. "?No sabe Chac¨®n que antes que nada es la candidata del PSC y no del PSOE?" dice un dirigente socialista encuadrado en el ala m¨¢s catalanista.

Incomodidad por Bono

El PSOE ha correspondido en su justa medida. Los intentos de dirigentes como Jos¨¦ Blanco para frustrar la reedici¨®n del tripartito catal¨¢n parecen asuntos de la prehistoria. En la sede del PSC de la calle de Nicaragua nadie quiere recordar los envites del ex ministro Jordi Sevilla contra el Estatuto que sali¨® del Parlament. Todas estas voces han callado nada m¨¢s o¨ªrse los tambores de contienda electoral.

Los dos partidos incluso lograron canalizar de forma bastante civilizada la candidatura de Jos¨¦ Bono para presidir el Congreso de los Diputados. Nada m¨¢s anunciarse la intenci¨®n de Zapatero de hacer presidente de la C¨¢mara al ex ministro de Defensa, dirigentes del PSC como Miquel Iceta, Carme Figueras y la propia Carme Chac¨®n mostraron diferentes grados de incomodidad.

Iceta lleg¨® a decir que se sent¨ªa "muy fastidiado" por la forma empleada para encumbrar a Bono, el "dedazo". Pero esta vez el ex ministro evit¨® respuestas salidas de tono. Prefiri¨® que fuera el mismo Rodr¨ªguez Zapatero quien le defendiera, aunque fuera semanas m¨¢s tarde. Mantener el buen tono entre la familia socialista es fundamental hasta el 9-M. Despu¨¦s, ya se ver¨¢.