El Villarreal gana en media hora

Quedar¨¢ en la intimidad del vestuario, a no ser que un pajarito levante la voz, por qu¨¦ el Athletic dio veinte pasos atr¨¢s tras el descanso, se encerr¨® en su ¨¢rea, regal¨® el bal¨®n al Villarreal y decidi¨® resistir 45 minutos ante un equipo que part¨ªa como superior jer¨¢rquico y hab¨ªa acabado la primera mitad como subalterno. Quedar¨¢ en el vestuario y en el banquillo si fue una decisi¨®n t¨¦cnica o la consecuencia del acomodamiento de los jugadores o el fruto del trabajo laborioso de un Villarreal que resurgi¨® de sus cenizas.

Quedar¨¢ entre bambalinas. Pero lo cierto es que hubo dos partidos. Uno cuando jugaron Llorente y Susaeta y otro cuando jugaron Marcos Senna y Mati Fern¨¢ndez. El primero dio un gol cuando Susaeta y Llorente se asociaron y tiraron de templanza para batir a Diego L¨®pez. Susaeta meti¨® un ca?o seguido de un centro templadito, medido, sin aspavientos, y Llorente lo remat¨® digamos que como lo hac¨ªa L¨®pez Ufarte: con cuidado, sin violencia, con precisi¨®n.

En ese primer partido, el Athletic quit¨® al bal¨®n al Villarreal y se lo rob¨® en zonas templadas del campo hasta convertir al submarino amarillo en algo parecido a un batiscafo. Hasta al primer toque lleg¨® a jugar el Athletic en algunos momentos con Llorente como faro y Susaeta como gu¨ªa. Toda una invitaci¨®n al optimismo que debi¨® contagiar incluso a Iraola, que a los pocos minutos decidi¨® encarar a un defensa, algo inusual esta temporada.

Descanso, bronca al ¨¢rbitro (pitaba una s¨ª y una no, al tunt¨²n, y el reparto perjudic¨® al Athletic), y cambiazo. Con el mismo p¨²blico y los mismos jugadores se disput¨® otro partido. Al Athletic altanero se lo merend¨® Senna, al que dej¨® jugar a placer con un c¨ªrculo de diez metros a su alrededor para manejar, pensar, dirigir. Quedar¨¢ en la intimidad si Caparr¨®s se dio cuenta del asunto o fue cosa de los jugadores. Pero de ah¨ª parti¨® la resurrecci¨®n del presuntamente cansado y abatido equipo amarillo. Con Senna funcion¨® Mati Fern¨¢ndez y lleg¨® el precioso gol de Franco, que con 10 rojiblancos en el ¨¢rea remat¨® solo. Y lleg¨® el gol de Capdevila, que tuvo la fortuna de que su disparo rozara en el pie de Javi Mart¨ªnez para despistar a Armando. Quedar¨¢ entre unos pocos el motivo de tanta fragilidad rojiblanca. Lo cierto es que al Villarreal le bast¨® media hora de empuje para ganar. Y le sobraron 45 minutos para perder.