De Castro a Castro
Ra¨²l sucede a su hermano Fidel como presidente de Cuba tras 19 meses de interinidad
Todo es hoy diferente en Cuba, aunque muy poco sea lo que ha cambiado. Otro Castro, Ra¨²l, ocupa la presidencia, lo que ya ven¨ªa ocurriendo, pero s¨®lo con car¨¢cter provisional, desde el 31 de julio de 2006 en que su hermano mayor, Fidel, el l¨ªder revolucionario, el guerrillero de Sierra Maestra, el que a¨²n aspira a que la historia arroje un veredicto de inocencia sobre sus 49 a?os de mandato, le cedi¨® por enfermedad el desempe?o de la primera magistratura. Ra¨²l, con 76 a?os, es s¨®lo cinco m¨¢s joven que el patriarca de la izquierda latinoamericana.
La renuncia de Fidel Castro a ser de nuevo candidato a la presidencia -no su dimisi¨®n, que nunca se produjo- lo convierte en bastante m¨¢s que reina madre. Ra¨²l har¨¢, sin duda, m¨¢s que manejar s¨®lo el d¨ªa a d¨ªa; es probable que introduzca reformas que reconozcan alg¨²n tipo de existencia para ese ¨ªncubo hist¨®rico del castrismo que ha sido el mercado, lo que sin que sepa nadie exactamente qu¨¦ significa se suele calificar de reformismo a la china; pero Fidel seguir¨¢ ah¨ª arriba, someti¨¦ndose a las terapias de rehabilitaci¨®n, velando por lo que considere verdadero curso de la revoluci¨®n; y siempre con la mano en el ordenador, transformado en el columnista -del diario oficial Granma- m¨¢s famoso del planeta. ?Qu¨¦ es, entonces, lo que ha cambiado?
Alguna expectativa, que tambi¨¦n en el mundo proceloso de la cubanolog¨ªa se auguraba positiva, como que Carlos Lage, presunto aperturista, pasara a n¨²mero dos del Consejo de Estado, no se ha cumplido, y un reputado ortodoxo, Ram¨®n Machado, es vicepresidente primero, dej¨¢ndole como uno m¨¢s de los vicepresidentes. Habr¨¢ que esperar a ver qu¨¦ puesto ocupa Lage en el Gobierno. Y la otra novedad es que Ra¨²l Castro adquiere legitimidad propia, institucional, puesto que ha sido debida, si no democr¨¢ticamente, elegido. La legitimidad revolucionaria que el pueblo reconoce a Fidel no era transferible, y el nuevo presidente necesitaba serlo con todas las de la ley.
En esta tesitura, por tanto, ?qu¨¦ hacer? Espa?a, sin dudarlo, continuar con su di¨¢logo constructivo, que permiti¨® hace unas fechas la liberaci¨®n y exilio de varios connotados disidentes; pero estando permanentemente atentos a las realidades, trabajando sobre una exigencia de cambio aun si ¨¦ste es parsimoniosamente evolutivo, que se dirija a una mejora de las condiciones de vida de los cubanos, y que aten¨²e, cuando menos, las desfachateces represivas del r¨¦gimen.
Con Ra¨²l no parece veros¨ªmil, y mucho menos en vida de Fidel, que Cuba se convierta en una democracia, pero el futuro se edifica siempre sobre el presente. En EE UU habr¨¢ tambi¨¦n un nuevo presidente en enero de 2009, ajeno a las obsesiones exteriores de George W. Bush, que podr¨¢ hacer balance de medio siglo de fracaso del cerco norteamericano. Por eso, aunque lo ocurrido confirme m¨¢s que anuncie, para Cuba el 24 de febrero de 2008 puede ser todo un comienzo.
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