M¨®nica llora por M¨®nica
La madre de la muerta hace 20 d¨ªas logra llegar desde Per¨²
M¨®nica Corcuera ten¨ªa muchos planes. Tantos como pueden caber en la cabeza de una chica de 28 a?os. Iba a casarse. Iba a volver al Per¨² para celebrarlo con toda la familia. Iba a montar una empresa de dise?o de p¨¢ginas web. Iba a ser feliz. Se lo cont¨® a su madre el domingo 3 de febrero. Uno m¨¢s. Todos los domingos, sin falta, llamaba a casa. "Hola, madre m¨ªa. ?C¨®mo est¨¢s? ?Bien? No te creo. P¨¢same con mi hermana". No volvieron a o¨ªr su voz. El mi¨¦rcoles siguiente, 6 de febrero, M¨®nica cay¨® de un quinto piso del n¨²mero 100 de la calle de Atocha. Muri¨® en el acto. Su novio, ?ngel Rodero, espa?ol de 20 a?os, fue detenido all¨ª mismo. La polic¨ªa encontr¨® restos de sangre en el piso que compart¨ªan.
"Mi hija no se tirar¨ªa. Era bien segura de s¨ª misma. Con sus metas, sus ideales...". M¨®nica Irribarren se esfuerza por recordar nombres, fechas, detalles. Cualquier cosa que ayude a probar que fue ¨¦l quien trunc¨® los planes de su hija. Habla despacio, economizando palabras. Est¨¢ agotada. Lleg¨® a Madrid el lunes de madrugada. Y se encontr¨® con un muro de papeleo, funcionarios desabridos y esperas. Quiere llevarse a su hija de vuelta, pero ni siquiera ha podido verla. Hoy testifica ante el juez.
Fue el padre de M¨®nica el que se temi¨® lo peor. Vio la noticia en televisi¨®n. Tuvo un p¨¢lpito. Unas llamadas, unas comprobaciones en Internet. Y el horror. Nadie les llam¨® para comunicarlo oficialmente. Dudaron porque al principio se difundi¨® un nombre err¨®neo, Luc¨ªa C. B. "Cuando me dijeron 'parece que es ella', yo dije, 'no, ella no es, porque dice Luc¨ªa y dice que se suicid¨®", recuerda la madre. Pero M¨®nica ya no cog¨ªa el m¨®vil.
Empez¨® entonces el viaje m¨¢s triste. Desde Trujillo, al norte del Per¨², M¨®nica, de 48 a?os, tuvo que llegar a la capital, Lima. All¨ª, d¨ªas de tr¨¢mites. Sacar el pasaporte, pedir cita para el visado, comprar un billete de avi¨®n. Lleg¨® 19 d¨ªas despu¨¦s de la muerte de su hija. "Por mis propios medios", reitera. Sin ayuda institucional, pidiendo prestado a amigos y conocidos.
Nada m¨¢s poner el pie en Barajas quiso ir a ver el cad¨¢ver de su hija. No se lo permitieron. Tampoco ha podido recuperar sus cosas. Cosas vitales para reconstruir los ¨²ltimos meses de la vida de M¨®nica: el m¨®vil con la agenda para localizar a sus amigos y conocidos en Espa?a; el port¨¢til con el rastro de sus compras por Internet. Un abogado, compatriota suyo, est¨¢ llevando su caso sin cobrar. M¨®nica se ha personado como acusaci¨®n y hoy declara ante el juez. Es vital, asegura, localizar a m¨¢s testigos que den fe de la estabilidad psicol¨®gica de su hija. De que no se suicid¨®.
M¨®nica se licenci¨® en Econ¨®micas, pero le ofrec¨ªan trabajos mal pagados. Un m¨¢ster en Espa?a le abrir¨ªa puertas. A principios de 2006 lleg¨® a Madrid para estudiar en el Centro de Estudios Financieros. Volvi¨® al Per¨² por Navidad. Y de vuelta en Madrid se enamor¨® de ?ngel. Por su cumplea?os, el 20 de septiembre, ya viv¨ªan juntos. "Me dec¨ªa que era muy lindo, muy inteligente, muy maduro para su edad. Muy h¨¢bil con las computadoras". La pasada Navidad M¨®nica ya no viaj¨® a su casa. Acababa de terminar unas pr¨¢cticas en el BBVA. "Dijo que se iban a casar en el cumplea?os de ¨¦l, el 15 de febrero, y que vendr¨ªa al Per¨² despu¨¦s, para hacerlo por la Iglesia". Muri¨® el 6 de febrero.
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