M¨¦todos
"No dependas s¨®lo del M¨¦todo, inv¨¦ntate algo que a ti te funcione", aconsejaba Stanislavski, el gran maestro de actores. Los cinco candidatos ofrecieron anoche cada uno su propio repertorio dram¨¢tico y gestual, que en general result¨® bastante pobre y anodino. Vamos, que ninguno se llevar¨ªa un Oscar. El registro de Carme Chac¨®n podr¨ªamos calificarlo de vagamente chejoviano, una jovialidad y una sonrisa amplia que se disuelven en una intangible melancol¨ªa. Duran Lleida, adusto y hier¨¢tico, mostr¨® una teatralidad r¨ªgida digna de una obra de Racine. Joan Ridao se movi¨® en terrenos de Ibsen, con un aire existencialista, casi torturado. Dolors Nadal, de gestualidad minimalista y algo cansina remiti¨® a los c¨®digos de Estudio 1. Mientras que Joan Herrera, el m¨¢s teatral desde el punto de vista de la expresi¨®n corporal, el que m¨¢s registro exhibi¨®, fue shakespeariano, con algo de Hamlet -el f¨ªsico le ayuda-, no por la duda, precisamente, sino por cierta fogosidad. Los recursos gestuales fueron en general m¨ªnimos y habr¨ªan exasperado, por cotidianos, burdos y poco imaginativos a aquella inolvidable Flora Davis que nos descubri¨® los c¨®digos ocultos que destila nuestro cuerpo en La comunicaci¨®n no verbal (Alianza). Como estaban sentados, los hombres no tuvieron que emplear la m¨¢s socorrida de las posiciones masculinas, las manos cruzadas delante de la entrepierna. En cuanto a ellas, no pudo verse si adoptaban el seductor cruce de piernas conocido como piernas en paralelo -es probable que Nadal no-.
Es un axioma del lenguaje corporal que la gente que no es sincera r¨ªe s¨®lo con la boca. Los pol¨ªticos han de recordarlo. Anoche hubo errores garrafales: Duran se rasc¨® la nariz, signo fisiol¨®gico de que no se est¨¢ diciendo la verdad -el denominado s¨ªndrome Pinocho: el aumento de la presi¨®n sangu¨ªnea causa hormigueo y picor en las sensibles terminaciones nerviosas de las fosas nasales-. En cambio, se frot¨® bien las manos (expectativas de victoria). No par¨® de beber agua e hizo sufrir un poco al traslucir cierta fragilidad f¨ªsica. Ridao se aferr¨® al bol¨ªgrafo (inseguridad) y se asinti¨® a s¨ª mismo (un gesto realmente bobo), aunque lo compens¨® instintivamente con miradas de gran profundidad fruto de esos bonitos ojos que Dios le ha regalado. Chac¨®n adopt¨® recurrentemente la posici¨®n de manos unidas, que indica frustraci¨®n y sensaci¨®n de estar perdiendo, y la de escucha aburrida. Nadal se toc¨® la oreja, signo de ansiedad y de estar harto de o¨ªr a los dem¨¢s, y baj¨® la mirada muchas veces. Se enfad¨® sin energ¨ªa. Se cerr¨® con los brazos. Herrera apunt¨® con el dedo, algo siempre molesto. ?l y la candidata del PP se tocaron ligeramente: un momento intenso, pero sin duda no est¨¢bamos en Un tranv¨ªa llamado Deseo.
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