Desmesura y v¨ªsceras

El lema con ritmo de bolero y partida de nacimiento guatemalteca -Con cabeza y coraz¨®n- de los carteles electorales del PP atribuye a la fotograf¨ªa de su candidato presidencial las virtudes cardinales de la prudencia y la templanza que distinguen al buen gobernante. Pero la conducta verbal y las decisiones pol¨ªticas del Rajoy de carne y hueso durante la legislatura desmienten que la cordura y la compasi¨®n definan su personalidad, dominada m¨¢s bien por la desmesura y la visceralidad. Los innumerables y vejatorios insultos vertidos como un cubo de basura sobre Zapatero por el l¨ªder popular -en el Parlamento, la prensa y la radio- parecen m¨¢s propios de un rufi¨¢n deslenguado en una ri?a tabernaria que de un se?or de provincias en su tertulia del casino.

En el debate televisivo del lunes, Rajoy acus¨® a Zapatero de mentir a las viudas y de agredir a las v¨ªctimas de ETA

En el debate electoral del pasado lunes (ma?ana se librar¨¢ la revancha), Rajoy tambi¨¦n exhibi¨® esos destemplados modales pese a la cortes¨ªa debida en estos acontecimientos medi¨¢ticos no s¨®lo al adversario, sino fundamentalmente a millones de ciudadanos sentados delante de la televisi¨®n. Contradiciendo su aseveraci¨®n previa de que "la buena fe se le presupone a un pol¨ªtico", el presidente del PP acus¨® m¨¢s de diez veces a Zapatero de mentir a la opini¨®n p¨²blica; su desaforado gusto por las hip¨¦rboles melodram¨¢ticas y las exageraciones colosales le impuls¨® a decir que el presidente del Gobierno ha mentido gen¨¦ricamente a "todos los espa?oles" y de manera especial a "las viudas".

El mal estilo del candidato del PP despleg¨® toda su fealdad moral a prop¨®sito de la lucha contra el terrorismo. El pronunciado viraje dado por el Gobierno tras la ruptura de la tregua y la evaporaci¨®n de las enso?aciones de una eventual rendici¨®n de ETA sin condiciones pol¨ªticas ha sido materializado por la eficaz labor policial contra el terrorismo y por las demandas de ilegalizaci¨®n de los sucesores en fraude de ley de Batasuna. En el debate televisivo, sin embargo, el l¨ªder del PP salt¨® por encima de esa rectificaci¨®n sustancial, que deja en rid¨ªculo las teor¨ªas de la conspiraci¨®n sobre la existencia de un supuesto pacto oculto entre el Gobierno y ETA en v¨ªas de irremisible cumplimiento. Como los periodistas decididos a impedir que la realidad les estropee un reportaje basado en datos falsos, Rajoy par¨® el c¨¦lebre reloj al que debe darse cuerda y reiter¨® su denuncia de la negociaci¨®n pol¨ªtica con ETA ya desmentida por los hechos.

Rajoy necesitaba omitir el final de la historia para enriquecer con una nueva felon¨ªa su necr¨®fila acusaci¨®n de que el presidente del Gobierno traicion¨® a los muertos con la moci¨®n del Congreso de 17 de mayo de 2005: "Yo mantengo lo que he dicho. Que el se?or Zapatero ha agredido a las v¨ªctimas del terrorismo. Que quede claro". El entusiasta comunicado difundido al d¨ªa siguiente en apoyo de Rajoy por una asociaci¨®n controlada por el ¨¢rea lun¨¢tica de la extrema derecha y presidida por un desabrido orate priv¨® de cualquier credibilidad residual al l¨ªder del PP. -