"Los bancos ten¨ªan su propia red para sacar el dinero de Alemania"
El dinero negro se oculta en Liechtenstein, pero el terremoto fiscal que sacude Europa tiene su epicentro en Bochum. Y tiene cierto aire de revancha hist¨®rica que Eduard G¨¹roff y otros cuatro fiscales lideren la lucha contra el fraude desde esta ciudad de la cuenca del Ruhr, cuna de una industrializaci¨®n alemana que pierde desde hace tiempo peso y empleos frente al capitalismo de moqueta y especulaci¨®n que reina en Liechtenstein.
"El Gobierno alem¨¢n podr¨¢ recaudar unos 300 millones de euros"
"Entre 500 y 600 personas se han autoinculpado, y no estaban en el DVD"
M¨¢s que como el temible fiscal que tiene en jaque a 700 millonarios, G¨¹roff se presenta como un amable parroquiano con el que tomar una cerveza. Bromea incluso cuando recuerda las an¨¦cdotas de sus investigaciones, como el caso de "una se?ora muy educada y recta". "Nos recibi¨® en su casa y admiti¨® sin ruborizarse que tiene dinero en Liechtenstein. Pero cuando oscureci¨® y quisimos encender la luz, se enfad¨® mucho. '?Es muy cara!', grit¨®. ?Y tiene millones de euros escondidos!". "Otra, en cambio, no par¨® de agradecernos que hubi¨¦ramos ido. Tiene m¨¢s de 80 a?os y dijo que siempre se hab¨ªa sentido mal por defraudar. Se despidi¨® dici¨¦ndonos que ahora ya se pod¨ªa morir en paz".
?Viejecitas que cruzan fronteras con fajos de billetes ocultos en el bolso? "No. Los propios bancos desaconsejaban a sus clientes llevar el dinero en efectivo hasta Liechtenstein por los controles fronterizos. Los bancos ten¨ªan su propia red para sacar el dinero de Alemania. Unos enlaces recog¨ªan el dinero y lo llevaban por carretera, evitando las rutas m¨¢s obvias como la que va a trav¨¦s de Austria hasta el Principado".
"Pero la mayor¨ªa de las veces", sigue, "se hac¨ªa mediante simples transferencias. Un banco, por ejemplo, junta una cuenta 10 millones de euros de varios clientes en Alemania y los manda a Liechtenstein como si fueran propios, sin nombres. Meses despu¨¦s, env¨ªa una nota aclarando de qui¨¦n es cada parte. El banco de Liechtenstein crea entonces una fundaci¨®n para cada cliente. Como s¨®lo el banco y el cliente saben de qui¨¦n es la fundaci¨®n, el sistema es f¨¢cil, limpio y opaco al fisco".
G¨¹roff confirma que estas pr¨¢cticas requieren la complicidad de los bancos alemanes. "Por supuesto. En Alemania y en muchos otros pa¨ªs. Los clientes ricos son apetecibles, tienen liquidez y unas necesidades concretas. Al otro lado de la frontera est¨¢n los productos financieros que necesitan. Oferta y demanda. Alguien, en alg¨²n momento, va a dar el paso. Crear una fundaci¨®n en Liechtenstein es un tr¨¢mite tan f¨¢cil como firmar un cheque. No hace falta ni ir all¨ª. Lo mismo pasa en todos los para¨ªsos fiscales. La pregunta es porque se permite que estos territorios vivan del fraude fiscal a los pa¨ªses vecinos".
El defraudador tipo, seg¨²n G¨¹roff, no existe. "Hay un poco de todo, desde gente con unos cientos de miles de euros a otros con decenas de millones". El origen del dinero tambi¨¦n es variado: "Hay gente que cobr¨® una herencia y no la declar¨®. Otros son profesionales liberales que cobran una parte en negro. Tambi¨¦n gente que ten¨ªa un negocio en el extranjero y meti¨® el dinero en Liechtenstein en lugar de repatriarlo. Casi todos los casos son as¨ª, no es gente relacionada con el crimen organizado, sino ricos que no quieren pagar sus impuestos", informa.
G¨¹roff y sus cuatro compa?eros han dado hasta el momento ¨®rdenes para llevar a cabo 160 registros en seis estados federados alemanes. "Casi todas las personas han colaborado y admitido que ten¨ªan dinero oculto", explica. La colaboraci¨®n de los implicados es fundamental, seg¨²n la ley alemana, "?porque es lo que les salva de la c¨¢rcel!". "Si colaboran, pagan lo defraudado, una multa y como mucho se les imponen penas de c¨¢rcel inferiores a dos a?os, que no deber¨¢n cumplir", explica. "La pena m¨¢xima por evasi¨®n fiscal es de 10 a?os si no colaboran", avisa.
En menos de un mes, la Hacienda alemana ha recuperado 28 millones de euros. "Pero esto es s¨®lo el principio. Casi todos los que hemos ido a ver han aceptado los cargos, 92 hasta la fecha. Otros 100 se han autoinculpado. Y nos quedan 500 m¨¢s que estudiar", avanza.
La actuaci¨®n del Gobierno de Angela Merkel, que ha usado el caso para lanzar una campa?a contra el fraude, est¨¢ dando frutos. "En realidad, hay muchas m¨¢s autoinculpaciones. Debe haber unas 500 o 600 que nada tienen que ver con el famoso DVD de Liechtenstein".
No todo son, sin embargo, buenas noticias. La Fiscal¨ªa de Bochum nada puede hacer contra la mayor parte del dinero del que est¨¢n teniendo noticia, que en algunos casos lleva en Liechtenstein "40 a?os, aunque en la mayor¨ªa de los casos, 5, 10 o 15". "El fraude fiscal prescribe a los cinco a?os en Alemania y s¨®lo en los casos relacionados con delitos m¨¢s graves, a los 10", explica.
En total, calcula G¨¹roff, las investigaciones permitir¨¢n conocer la existencia de entre 1.000 y 3.000 millones de euros hasta ahora fuera de todo control, de ellos, unos 300 ser¨¢n recaudados por el Gobierno alem¨¢n
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