Un estudio desvela las vicisitudes de la 'Santa Rufina' de Vel¨¢zquez
Una muestra analiza en Sevilla el proceso creativo del pintor
Vel¨¢zquez pint¨® Santa Rufina poco despu¨¦s del primer viaje a Italia que realiz¨® entre 1629 y 1631, su parecido con Sibila, para el que pos¨® su mujer Juana Pacheco, hace pensar que la santa sevillana es la hija del pintor. La reina Isabel II se interes¨® por este lienzo a mediados del XIX y pidi¨® a los acad¨¦micos que certificaran la autor¨ªa de una obra que a lo largo de los a?os ha ido cambiando de nombre. Hay registros que la llaman Santa Clara ni?a y otros Santa Justa.
?stos son algunos de los enigmas que ahora se han desvelado en torno a la delicada pintura que la Fundaci¨®n Focus-Abengoa adquiri¨® en la ¨²ltima subasta de Sotheby's en Londres el pasado julio. La exposici¨®n En torno a Santa Rufina. Vel¨¢zquez de lo ¨ªntimo a lo cortesano recopila, por primera vez, toda la documentaci¨®n in¨¦dita de esta obra desde finales del siglo XVIII hasta mediados del XIX. La muestra, que se inaugur¨® ayer en el Hospital de los Venerables en Sevilla -sede de la Fundaci¨®n Focus- permite contemplar juntas las dos obras significativas del autor de Las Meninas que permanecen en Sevilla: Santa Rufina y La imposici¨®n de la casulla a San Ildefonso, propiedad del Ayuntamiento. Adem¨¢s, la exposici¨®n ofrece otros dos lienzos del genial artista: Sibila y La infanta do?a Mar¨ªa reina de Hungr¨ªa.
La Santa Rufina cost¨® 12 millones de euros pero el esfuerzo econ¨®mico ha permitido que Sevilla -la ciudad en la que naci¨® Diego de Silva Vel¨¢zquez en 1599 y en la que aprendi¨® a pintar de la mano del que m¨¢s tarde ser¨ªa su suegro Francisco Pacheco- ponga en marcha el Centro de Investigaci¨®n Diego Vel¨¢zquez que organizado tambi¨¦n un simposio del 10 al 12 de este mes.
"Hemos comprobado que Santa Rufina pertenec¨ªa a la Casa de Alba a finales del siglo XVIII, la duquesa -la misma que pos¨® para Goya- era amiga del comerciante de vinos gaditano Sebasti¨¢n Mart¨ªnez, lo que explica que pasara a su colecci¨®n de Madrid. Despu¨¦s pasa a las colecciones de Casado de Torres, Celestino Garc¨ªa Cruz y el Marqu¨¦s de Salamanca, quien lo vende en Par¨ªs y pasa entonces a las manos de Lord Dudley. Una vez que sale de Espa?a comienza su andadura por subastas de Nueva York, Londres, Buenos Aires...", explicaba ayer el Historiador del Arte Benito Navarrete, comisario de la muestra junto al ex director del Museo del Prado Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez.
"Santa Rufina ha sido siempre un cuadro tan codiciado que la misma reina Isabel II se interes¨® por ¨¦l en 1844 y le pidi¨® a tres miembros de la Real Academia de San Fernando que certificaran la autor¨ªa. Jos¨¦ de Madrazo, Valent¨ªn Carderera y Rafael Tejeo dijeron entonces que el lienzo era un Vel¨¢zquez de primera categor¨ªa, pero muy mal restaurado", comenta Navarrete.Carmen Garrido, jefa del Gabinete de Documentaci¨®n T¨¦cnica del Museo del Prado, estudi¨® la obra en 1993 y gracias a su trabajo -que no se public¨® antes porque el cuadro estaba a¨²n en el mercado- se ha confirmado la autor¨ªa. "Todo el an¨¢lisis estaba realizado pero ahora es la primera vez que se pone por escrito. La pintura de Vel¨¢zquez tiene unos toques muy delicados, de reverberaci¨®n, de movimiento que se repiten. El gesto del pincel de un artista es como la graf¨ªa, totalmente identificable", precisa Carmen Garrido.
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