Contra la felicidad (qu¨ªmica)

En El acento, de la secci¨®n de Opini¨®n del pasado domingo 2 de marzo -?Contra la felicidad?-, se sugiere que, en contra de lo que la revisi¨®n cient¨ªfica del doctor Irving Kirsch ha demostrado en la revista Plos Medicine (EL PA?S, 27 de febrero), los nuevos antidepresivos s¨ª son efectivos para recuperarnos de dolores psicol¨®gicos y p¨¦rdidas e incluso para contribuir a nuestra felicidad. Prueba infalible de ello ser¨ªa, seg¨²n este ocurrente editorial, el que 40 millones de personas los han tomado. Francamente, esta ayuda del editorial de EL PA?S a la industria farmac¨¦utica es tan innecesaria como objetable. Los apresurados argumentos que se ofrecen parecen m¨¢s el escrito de un atribulado consumidor, perplejo ante un dato que se niega a creer, que la reflexi¨®n ecu¨¢nime de un editorial. Los estudios del reputado investigador Irving Kirsch, demostrando tenaz e impecablemente que m¨¢s de la mitad del efecto de los antidepresivos es estad¨ªsticamente atribuible a su efecto placebo, no pueden ponerse en duda con afirmaciones insidiosas que aluden a una "operaci¨®n mercantil" (sic) detr¨¢s de su informe. Los datos del doctor Kirsch no son una "calumnia" ni un "gesto sensacionalista", como superlativamente se afirma en el airado editorial. Por el contrario, se trata de resultados obtenidos mediante pruebas rigurosamente controladas que, en realidad, deber¨ªan hacernos cuestionar algunas dudosas pr¨¢cticas mercantiles de la industria de los psicof¨¢rmacos.