Urnas vac¨ªas de inmigrantes
UGT reivindica el derecho a voto de los extranjeros residentes en Espa?a
Cada a?o son m¨¢s, pero su opini¨®n pol¨ªtica vale lo que siempre: nada. Los cerca de dos millones de inmigrantes no comunitarios registrados en Espa?a en 2007 siguen sin voz como electores. Son 2.357.218 papeletas que las urnas excluir¨¢n el pr¨®ximo domingo, pese a que estas elecciones -igual que el resto de gastos p¨²blicos- se financian tambi¨¦n con su esfuerzo y sus n¨®minas. El sindicato UGT, junto a otras 70 entidades c¨ªvicas, protest¨® ayer en Barcelona por el "desequilibrio entre deberes y derechos del que son v¨ªctimas estos extranjeros". El sindicato exige que dos a?os de residencia en el pa¨ªs basten a los extracomunitarios para votar en los comicios municipales. Cuatro a?os, para los generales.
La Constituci¨®n fija que s¨®lo los comunitarios tienen derecho a voto en las municipales, en caso de que haya un acuerdo de reciprocidad con sus pa¨ªses de origen. Es el caso de Inglaterra y Alemania, con holgada representaci¨®n en diversos municipios levantinos o del archipi¨¦lago balear. "Los tiempos han cambiado y hoy los extranjeros tienen mucho peso en Espa?a. No reconocerlo es antidemocr¨¢tico, una irregularidad", se?al¨® el sindicato.
Un desajuste que, explic¨® el secretario general de UGT Catalu?a, Josep Maria ?lvarez, ataca doblemente a los perjudicados: primero, por la negaci¨®n de reconocimiento que supone; despu¨¦s, por el cheque en blanco que "algunos pol¨ªticos" se otorgan a la hora de jugar con la inmigraci¨®n en tiempos electorales. "El d¨ªa en que puedan votar, desaparecer¨¢n muchas propuestas absurdas", asegur¨® la presidenta de AMIC-UGT, Raquel Gil. No mencion¨® el Contrato de Integraci¨®n propuesto por el PP, pero son¨® parecido.
Lo se?al¨® Ibrahim, de 28 a?os y residente en Sabadell desde hace cuatro. "Es injusto que el PP quiera imponernos una conducta. Somos ciudadanos como los dem¨¢s", subray¨®. Porque cuando Ibrahim madruga a las siete para ir a la fundici¨®n donde trabaja, lo hace pensando en la familia que se le qued¨® en Guinea Ecuatorial; pero cotiza para la Seguridad Social espa?ola. Ibrahim, que no ha votado en su vida, se despach¨® con las urnas que el sindicato instal¨® en La Rambla, a modo de protesta, para todo el que quisiera sufragar.
La cincuentena de inmigrantes presentes se lo tom¨® con responsabilidad y en fila, esperando su turno. "?Ya ten¨¦is las papeletas? ?Ya hab¨¦is votado?", se preguntaban entre s¨ª. A Hakim, paquistan¨ª de 41 a?os, le daba apuro porque, reconoci¨®, se sent¨ªa ilusionado. Llegado a Barcelona a fines de los ochenta, la simplicidad de introducir un papel en una caja fue un imposible durante el r¨¦gimen del general Ul-Haq, dictador que azotaba Pakist¨¢n cuando Hakim emigr¨®. Ayer cogi¨® su primera papeleta. "Por fin soy maduro para votar", brome¨®. "Vosotros ten¨¦is que esperar hasta el domingo".
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