Hero¨ªnas del c¨®mic franc¨¦s

Poco tiene que ver la explosi¨®n de vitalidad en tinta china de Catel Muller -el nombre tras la famosa Kiki de Montparnasse-, con las estampas on¨ªricas y opresivas que salen del l¨¢piz de Rachel Deville.

"Soy perfeccionista y prefiero los matices del l¨¢piz", dice Deville

Aun as¨ª, el Espacio Sins Entido de Madrid cobija simult¨¢neamente, hasta el 5 de abril, las p¨¢ginas originales de los tebeos de estas dos autoras francesas en la exposici¨®n Sin nosotras (en la que tambi¨¦n se incluyen dos espa?olas: la barcelonesa Sonia Pulido y la alicantina Lola Lorente). Aunque la muestra no se articule realmente en torno a un leitmotiv femenino, permite apreciar las maneras dispares de abordar la p¨¢gina en blanco que tienen dos autoras enfrentadas al mayor mercado editorial de tebeos europeo.

La primera, Catel Muller (Estrasburgo, 1964) es una figura consagrada en Francia, y su Kiki de Montparnasse est¨¢ entre los mejores c¨®mics publicados en 2007. Las p¨¢ginas que se exhiben en Sins Entido son un buen ejemplo de la expresividad de sus rostros y de su en¨¦rgica fluidez narrativa, cualidades que hacen que esta obra ingente sobre la musa y artista que ayud¨® a forjar y a alborotar el Par¨ªs de las vanguardias se devore. Aunque s¨®lo firma el dibujo y los textos lleven la r¨²brica de Jos¨¦ Luis Bocquet, ella ide¨® el proyecto, y empez¨® por la exhaustiva investigaci¨®n destinada a limar los claroscuros y excesivas mitificaciones en torno a la figura de Kiki. Una labor tit¨¢nica, seg¨²n Muller, incluso para dos personas que ya ten¨ªan experiencia trabajando en obras de este tipo -ella public¨® en 2004 un estudio de Edith Piaf, in¨¦dito en Espa?a, y ¨¦l ha escrito las biograf¨ªas de Herg¨¦ o Goscinny-. "Investigamos a fondo durante un a?o. Adem¨¢s de entrevistar a muchos nietos de gente que la conoci¨® personalmente, visitamos las casas y habitaciones en las que vivi¨® e incluso tratamos de reconstruir las acciones de Kiki in situ. Mucho de eso est¨¢ en el c¨®mic", cuenta Muller por tel¨¦fono desde su casa de Estrasburgo.

Por desgracia, la muestra no cuenta con el dibujo de Muller para la portada de Kiki de Montparnasse, una versi¨®n de la famos¨ªsima fotograf¨ªa El viol¨ªn de Ingr¨¦s, de Man Ray, en la que la historietista retrata el momento previo a la instant¨¢nea. "Me dio mucho respeto, pero la eleg¨ª para la portada por tratarse de un s¨ªmbolo que representa tan bien la vida del artista surrealista", asegura.

En cuanto a los dibujos a l¨¢piz de Rachel Deville (Firminy, 1972), lo primero que destaca es su laboriosidad. Algunas vi?etas de Lobas, su ¨®pera prima, le han llevado hasta tres horas de trabajo, seg¨²n confiesa la autora en Barcelona, donde reside desde 2000. "Soy muy perfeccionista y no me convence la tinta china, no tiene los matices del l¨¢piz. Adem¨¢s, lo siento m¨¢s artesanal, as¨ª dibujo como cuando era peque?a. De hecho, sigo haci¨¦ndolo con los l¨¢pices HB de toda la vida". La ilustraci¨®n es la pasi¨®n que la ha mantiene horas y horas despierta, pese a dedicarse profesionalmente al teatro y al canto. Su estreno tard¨ªo en el mundo del tebeo la ha pillado viviendo en Espa?a. Por eso se ha publicado originalmente en castellano y ahora est¨¢ a la espera de ver la luz en Francia.

Lobas es un alucinado repaso autobiogr¨¢fico de la relaci¨®n que Deville tiene con su hermana gemela, Anne, un relato que se apoya en los aspectos m¨¢s oscuros y opresivos de la mitolog¨ªa del doble. "Los espacios me interesan. De hecho, en el 95% de Lobas se desarrolla en espacios tremendamente asfixiantes", asegura la autora, que ya prepara el gui¨®n de su segundo tebeo, una historia sobre un individuo que llega a vivir solo a una megal¨®polis, con la agresividad que inundan las grandes ciudades ("Un tema que me fascina y que al mismo tiempo me asusta"). Los fabricantes de l¨¢pices HB ya pueden ir frot¨¢ndose las manos.