Esos viejos j¨®venes airados
El 30? aniversario de la 'nueva ola' coge a Joe Jackson, Nick Lowe y Graham Parker en uno de los mejores momentos de sus carreras
Veintea?eros y mosqueados. M¨²sicos con vitriolo en sus textos y lenguas afiladas. A Graham Parker, Joe Jackson y Elvis Costello les llamaron los Angry Young Men de la nueva ola brit¨¢nica, aquella reacci¨®n vitalista de finales de los setenta, hermanada con el punk frente a la matraca progresiva imperante. "Creo que en aquella ¨¦poca era menos contestatario o antiautoridad de lo que puedo ser ahora", disiente Jackson. Y de su ira actual dan fe algunas de las canciones de Rain, su nuevo ¨¢lbum, en donde canta y se explaya al piano s¨®lo acompa?ado por bajo y bater¨ªa.
De formaci¨®n cl¨¢sica, Jackson (Burton-upon-Trent, 1954) nunca fue un punk. "Creo que estaba demasiado cualificado para ser eso o cualquier cosa por el estilo", reconoce. A Costello se le colg¨® la etiqueta s¨®lo al principio. Y a Parker (East London, 1950), por su garganta visceral, el absurdo t¨ªtulo de padrino del movimiento. "Cuando yo en realidad hab¨ªa sido hippy y ten¨ªa ya dos discos antes de su explosi¨®n", ironiza el londinense.
Los l¨ªderes de la new wave sin embargo no olvidan su pasado. En el trig¨¦simo aniversario de aquella ola, ha comenzado la reedici¨®n de los primeros discos de Costello y se acaba de publicar una versi¨®n ampliada de Jesus of Cool, obra maestra de Nick Lowe, el que de manera decisiva contribuy¨® a facilitar las cosas al punk, por su gusto por las composiciones cortas y urgentes y su falta de sofisticaci¨®n a la hora de grabar. "Promovimos esa especie de nuevo a?o cero para el pop, cuando muchos cre¨ªan que hab¨ªa llegado su final. Hasta yo llegu¨¦ a perder la fe".
Pub-rocker en origen, mano derecha de Costello, primer productor de Parker y autor del lema "Pop puro para la gente de ahora", Nick Lowe (Walton-on-Thames, 1949) atraviesa un momento espl¨¦ndido como int¨¦rprete y compositor de culto. At mi age, su ¨²ltimo ¨¢lbum, lo corrobor¨® hace unos meses y supuso un alivio tras seis a?os de ausencia discogr¨¢fica: "No se puede decir que sea muy prol¨ªfico, aunque no paro de escribir". A su ritmo lento parece haberse abonado Joe Jackson: "Si de algo me arrepiento en mi carrera es del n¨²mero de discos que publiqu¨¦ entre 1979 y 1991. Si hubiera hecho menos, varios habr¨ªan sido mejores. Me convert¨ª en un workaholic", confiesa. Mientras que en sentido contrario avanza Graham Parker: cuatro t¨ªtulos entre 2004 y 2007, culminados por el vibrante Don't tell Columbus.
La legendaria hiperactividad de Elvis Costello (est¨¢ a punto de estrenar un ballet) adorna su estrellato de prestigio. En cambio, sus tres contempor¨¢neos disfrutan de menor repercusi¨®n, pese a su perfecto estado de forma, cumplidos de largo los 50. ?Motivaciones para continuar? Mientras que Parker duda a veces por un exceso de perfeccionismo, Lowe s¨®lo piensa en "seguir creciendo como artista" y Jackson lo resume r¨¢pido: "No sabr¨ªa hacer otra cosa".
Frente al perfil ecl¨¦ctico de ¨¦ste y Costello, Parker ha perseverado como cantautor rock con tintes folk y alguna influencia de la americana, fruto de su vida en Estados Unidos. M¨¢s llamativo es el giro de Lowe, afincado en Londres, hacia el country y toda la m¨²sica del otro lado del Atl¨¢ntico, de la que se ha convertido en maestro. Su infancia junto a bases militares estadounidenses y el que su ex sea Carlene Carter, la hijastra de Johnny Cash, justifican dicho dominio.
Los a?os que Jackson pas¨® en Nueva York en los ochenta le empaparon de jazz, Gershwin, Cole Porter y salsa. "Creo que mi estilo a veces percusivo con las teclas se debe a la influencia de los pianistas latinos", asegura. Recientemente acaba de dejar Londres para instalarse en Berl¨ªn, donde ha registrado Rain. "Esas ciudades anglosajonas son cada vez menos libres y divertidas, y sus autoridades olvidan que el placer es lo que rige el mundo. Las leyes antitabaco lo ilustran. De todo eso me lamento en King Pleasure time".
?Y el sonido del ¨¢lbum? "Nada tiene que ver con Berl¨ªn. Y pretende ser atemporal, como una monta?a que siempre haya estado ah¨ª. Quer¨ªa conseguir el mayor sonido posible con el menor n¨²mero de recursos. Y al no haber guitarras, lo que se oye es el piano". Jackson interpreta uno de los temas solo al teclado. Ese minimalismo trae ecos del Costello que pas¨® hace un lustro por Espa?a mano a mano con su pianista, Steve Nieve. Ambos han compartido siempre un af¨¢n experimentador: lo ¨²ltimo de Jackson es un musical sobre Bram Stoker, el autor de Dr¨¢cula. "Un h¨ªbrido muy excitante. Espero que se estrene en oto?o".
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