"La memoria no es una c¨¢rcel de la nostalgia"
El poeta granadino elabora en Vista cansada una autobiograf¨ªa l¨ªrica e invita al optimismo
Parece mentira que este hombre que a¨²n tiene la mirada de un adolescente, y su fogosidad ir¨®nica, tenga ya medio siglo. Lo tiene y lo muestra, ha escrito un libro de poemas, Vista cansada (Visor), para contarlo, e inaugura con ¨¦l (y con Mundar, del premio Cervantes Juan Gelman) una colecci¨®n, Palabra de Honor, con la cual la editorial de Jes¨²s Garc¨ªa S¨¢nchez celebra su 40? aniversario. Tiempos raros para Luis Garc¨ªa Montero -que celebrar¨¢ su 50? cumplea?os en diciembre-, y para muchos de sus amigos, porque acaba de morir ?ngel Gonz¨¢lez, a quien tanto quer¨ªan, y tiempos de abismo, los que vienen cuando ya, y esto lo dec¨ªa otro de sus admirados, Jaime Gil de Biedma, la edad confirma que la vida iba en serio. El libro es como una autobiograf¨ªa. Sentados en el comedor de su casa, mientras su mujer, Almudena Grandes, anda entre novelas, el poeta explica su poes¨ªa, y por tanto su estado de ¨¢nimo.
"Los cincuenta a?os es una edad en la que ya no s¨®lo se puede hablar del paso del tiempo sino del paso de la historia"
"Un poeta tiene que mantener una conciencia vigilante para impedir la degradaci¨®n de la democracia"
PREGUNTA. ?Est¨¢ la vista cansada?
RESPUESTA. Bueno, eso es lo que me dijo el oftalm¨®logo, que me dio el t¨ªtulo. Ya tengo la vista cansada.
P. Y cincuenta a?os.
R. Cumplo cincuenta a?os y me lo he tomado en serio. Es una edad en la que ya no s¨®lo se puede hablar del paso del tiempo sino del paso de la historia. Los poetas siempre corremos el peligro de convertir los versos en desahogo personal, sin dejar hueco al lector. Me pareci¨® que hacer una memoria l¨ªrica era un reto porque me permit¨ªa trasladar mi experiencia biogr¨¢fica pero con un trasfondo de la historia de Espa?a de este tiempo, que ha sido vertiginoso. Quise hacer lo mismo en esta memoria que lo que se hace en un poema de amor: no s¨®lo decir lo mucho que te quiero y lo guapa que eres sino intentar que el sentimiento trascienda y se convierta en una invitaci¨®n est¨¦tica.
P. El ¨²ltimo poema es muy desolador. ?Cuando uno llega a los 50 se asoma a un abismo?
R. Hay un abismo y sobre todo se percibe la honradez de perder la ingenuidad. Hay utop¨ªas y optimismos que realmente suponen una falta de honradez y te llevan a no aceptar las contradicciones de la realidad. En ese poema hay un reconocimiento de la realidad y una invocaci¨®n a la dignidad para que el optimismo sea posible, pero sin ingenuidades. Vista cansada es una invitaci¨®n sigilosa al optimismo. La memoria no puede convertirse en una c¨¢rcel de la nostalgia. Hay esa voluntad en el libro.
P. A lo largo del libro hay una continuidad en el tono. ?El estado de ¨¢nimo siempre fue el mismo?
R. Procur¨¦ que hubiera una voluntad unitaria. Hay un mismo tono de voz porque hay un mismo personaje que recuerda el pasado. Me interes¨® tener el tono de un ni?o para hablar de la infancia y recuperar el entusiasmo de un joven para hablar de esa otra etapa de la vida. En el apartado de la madurez es donde se apodera la distancia, la p¨¦rdida de la ingenuidad, una melancol¨ªa que se esfuerza por ser optimista.
P. En la infancia es donde m¨¢s le gustar¨ªa vivir.
R. La verdad es que son poemas dif¨ªciles de hacer. Escribir sobre una madre o un padre es muy complicado. M¨¢s complicado que sobre un amante, porque uno siempre tiene el peligro de convertirse en pat¨¦tico o de mostrar una ternura excesiva, pero a m¨ª ahora, con la edad, me ha interesado pensar en mis padres. Mi padre es militar y mi madre es la mujer t¨ªpica de la ¨¦poca franquista que deja los estudios. Durante la juventud uno piensa tan s¨®lo en su propia rebeld¨ªa, pero ahora uno se pone en la piel de la madre o del padre, y eso me permiti¨® descubrir todo el amor que hab¨ªa debajo de sus propios miedos. La poes¨ªa es el matiz. De pronto reflexionar sobre un padre o una madre llena todo de matices. Me he podido poner muy bien en su piel y en su sacrificio. Esto me conmueve y he tenido que usar mis defensas para no caer en un excesivo ternurismo.
P. Dec¨ªa Ernesto Guevara que hab¨ªa que endurecerse pero sin perder la ternura.
R. Cuando uno pierde los pies en la tierra o traiciona a su coraz¨®n ya lo ¨²nico que cabe es el dogmatismo y el puritanismo.
P. ?Tanto le afecta cumplir 50?
R. Termin¨¦ de escribir mi ¨²ltimo libro en 2002, cuando ten¨ªa cuarenta y tantos, y, como te dije, fui al oculista; me di cuenta de que iba camino del medio siglo, y pens¨¦ que era un buen momento para hacer un ejercicio de memoria, pod¨ªa comparar el pasado con el presente.
P. A los cincuenta se cansa la vista. ?Qu¨¦ m¨¢s se le cans¨®?
R. Se cansa la vista, pero sabes que muchas veces no es el ojo el que est¨¢ cansado sino el paisaje que ve. Y lo que he podido comprobar es que hay cosas que est¨¢n cansadas. Por mi formaci¨®n soy alguien que cree en la modernidad en el sentido de la raz¨®n democr¨¢tica. Mi punto de referencia es la Ilustraci¨®n... Hemos perdido la pasi¨®n a la hora de defender con orgullo sus valores. Y no defendemos valores democr¨¢ticos que son fundamentales. El ojo cansado que mira ve tambi¨¦n una modernidad que est¨¢ un poco cansada de s¨ª misma.
P. A lo mejor usted ve cansadas cosas que otros est¨¢n viendo con entusiasmo.
R. Es muy posible. Envejecer significa tener cuidado y no convertirse en un viejo cascarrabias que piensa que el mundo acaba con su propia experiencia
... A nivel general s¨ª noto que hay un agotamiento de ciertas ilusiones y de ciertos sue?os que se plasman en la falta de coraje a la hora de defender los valores. Lo noto en Madrid sobre todo. ?sta era una ciudad muy activa, y creo que ahora la est¨¢n estafando. Han conseguido que est¨¦ paralizada en la perpetua ofensa. Lo que est¨¢ desmantelando la vida cultural, social y colectiva de Madrid es la pol¨ªtica neoliberal.
P. Hay poemas donde usted recoge aquellos momentos de explosi¨®n democr¨¢tica...
R. Ahora hay la impresi¨®n de que la democracia puede degradarse cuando hay medios de comunicaci¨®n que institucionalizan la mentira. La propia democracia tiene dentro sus enemigos. Un poeta tiene que mantener una conciencia vigilante para impedir la degradaci¨®n de la democracia.
P. ?Es lo que tiene que hacer un poeta?
R. S¨ª, eso creo. Creo que la poes¨ªa es la reivindicaci¨®n de la conciencia individual. Me gusta mucho la met¨¢fora de Luis Cernuda en el poema del farero
... El farero reclama su soledad, su independencia; trabaja para que los barcos no se estrellen... A m¨ª me interesa ese tipo de poes¨ªa, la que considera el texto como espacio p¨²blico donde dos conciencias, la del autor y la del lector, pueden dialogar.
P. Para usted, ?qu¨¦ ser¨ªa una poes¨ªa ajena?
R. Es la que cifra su calidad en su dificultad, o en el desprecio al lector. Los poetas tenemos mucha culpa de la p¨¦rdida de lectores. Porque cuando los poetas dejan de hablar de cosas que le interesan a la gente luego no pueden pretender que los lectores se interesen por la poes¨ªa. Se pueden decir cosas oscuras, pero tambi¨¦n puede haber mucha calidad en un poeta claro. Como soy profesor de literatura se puede disfrutar de todo tipo de poes¨ªa. Un poeta sectario casi siempre suele ser el poeta que confunde la calidad con la oscuridad.
P. ?Escribe pensando en el lector?
R. Creo que el lector es una met¨¢fora de nuestra conciencia cr¨ªtica. Cualquier escritor tiene un lector ideal que est¨¢ encima de su mesa, y uno intenta ordenar sus ideas para establecer un di¨¢logo con ese lector ideal.
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