"No tengo l¨ªmites"
Wariner, seguro de bajar de 43s en el 400 "en dos semanas o cuatro o cinco a?os"
Jeremy Wariner, campe¨®n mundial y ol¨ªmpico de los 400 metros, espera su turno en la cola de la comida como un periodista m¨¢s. Es una imagen sintom¨¢tica de los tiempos que corren en el atletismo. Lo que los Campeonatos del Mundo no han conseguido, traerle a competir a Valencia, lo logr¨® ayer la marca que le viste. Wariner tard¨® diez minutos en cumplir sus obligaciones promocionales. Un poco menos en hacerse con un plato. Y s¨®lo unos segundos en anunciar que no tiene nada que decir sobre su pol¨¦mica ruptura con Clyde Hart, el entrenador que se lo ense?¨® todo. Wariner hab¨ªa venido a explicar otra cosa. "Ya he tenido suficiente de la comparaci¨®n con Michael Johnson", resopl¨® ante los dos reporteros que le recordaron a su agente, el hombre m¨¢s r¨¢pido de la historia en su prueba: 43,18s. "Estoy intentando crearme un nombre por m¨ª mismo. Ya no intento estar a su sombra", continu¨®; "busco tener una gran carrera y ganar los Juegos. No tengo l¨ªmites. S¨¦ que podr¨¦ romper la barrera de los 43 segundos. Podr¨ªa ser en dos semanas o en cuatro o cinco a?os".
El estadounidense huye de competir bajo techo para no cambiar su zancada
Wariner (Estados Unidos, 1984), dominador absoluto de su especialidad, huye desde siempre de la temporada en pista cubierta porque sus curvas le obligan a cambiar la zancada y los entrenamientos. Por eso no compite en Valencia. Por eso, por repetir la f¨®rmula que le ha dado ¨¦xito, se ha puesto en manos de Michael Ford, ex disc¨ªpulo y colaborador de Hart, el gur¨² de los 400. Y por eso, por costumbre, presumi¨® ayer entre flashes de su condici¨®n de mejor cuatrocentista.
"Me encanta la presi¨®n", dijo engalanado con pendientes y gemelos de brillantes; "significa que tengo que asegurarme de entrenarme a tope porque todos est¨¢n ah¨ª fuera para ganarme. Debo estar concentrado en lo que tengo que hacer y divertirme haci¨¦ndolo". Habl¨® con acento cerrado y convicci¨®n de hierro. Compite igual. Sin concesiones. "Son aspectos a mejorar. No lo llamar¨ªa debilidades", cort¨® una pregunta. "Tengo que mejorar mi arranque, mi tiempo de reacci¨®n ante la pistola, que no es tan r¨¢pido como el de otros. Tambi¨¦n puedo mejorar mi final. Debo trabajar en eso. S¨¦ que podr¨¦ romper el r¨¦cord si mejoro en las partes peque?as de mi carrera", coment¨® mientras sus tel¨¦fonos m¨®viles de ¨²ltima generaci¨®n bailaban colgados de su cadera.
Siempre el r¨¦cord. Siempre la comparaci¨®n con Johnson. Siempre el santuario de la Universidad de Baylor, donde se prepara. Y desde enero y hasta los Juegos, siempre la misma pregunta: ?es un error haber roto una f¨®rmula ganadora y dejar a Hart?: "El cambio no va a afectar a nada de lo que hago. No tengo nada negativo que decir de Hart. Fue genial para m¨ª. Simplemente, ten¨ªa que avanzar. Todo sigue igual que antes".
?Qu¨¦ significa eso? "Que yo me levanto a las 9.30. A las 10.00 estoy levantando pesas. A las 10.30 descanso. A las 11.30 ya estoy en la pista, hasta las 13.30. El resto del d¨ªa, relajado y no haciendo nada que me canse para el siguiente".
Wariner elige entre las posibilidades que ofrece un men¨² de batalla: carne o salm¨®n, ensalada y verduras. Brilla con su combinaci¨®n de camisa rojo pasi¨®n y pantal¨®n negro. Dirige al infinito su mirada estr¨¢bica. Y, antes de marcharse para cambiarse de camisa y sentarse en la grada, propone la sordera como mejor m¨¦todo competitivo. "No me preocupo de lo que digan los medios. Corro sabiendo que tengo un trabajo que hacer. Enfoco cada prueba como si fuera un d¨ªa normal. Sin preocuparme por los medios. Corro con la mente limpia".
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