"Se tomaron mi embarazo como un ataque personal"
A Raquel Iglesias siempre le preguntan en las entrevistas de trabajo si va a tener hijos
"?Cambi¨® de actitud tu jefe tras la baja maternal?", pregunta Mireissa en un foro femenino en Internet. Raquel Iglesias, de 34 a?os, responde a la llamada de socorro con un consejo legal y un resumen as¨¦ptico de su caso personal en el Hotel II Castillas de Madrid. Se ha convertido en una experta. Cita leyes por su nombre: n¨²mero, barra, n¨²mero; puede recitar art¨ªculos enteros sin pesta?ear. Y sabe perfectamente c¨®mo ha empezado a sentirse Mireissa. Por eso ha respondido tan r¨¢pido. Quiere ahorrarle lo que viene despu¨¦s.
"Al principio no te das cuenta. Cuando mi jefa me pidi¨® que firmara una carta renunciando a mis derechos de maternidad, me re¨ª. Lo atribu¨ª a su inexperiencia. Igual que cuando no me daban el uniforme de embarazada y ten¨ªa que ir con la camisa a reventar", recuerda. "Me convert¨ª en un problema. Me hac¨ªan sentir culpable dici¨¦ndome que mis compa?eros ten¨ªan que alargar sus turnos por mi culpa. Te hac¨ªan sentir como una aprovechada por tener un hijo. ?Y yo me lo llegu¨¦ a creer!".
Raquel se recupera de una depresi¨®n. Gan¨® el juicio contra su empresa, pero el miedo al sinf¨ªn de peque?as venganzas que caben en la legalidad y en una jornada laboral pudo m¨¢s que su victoria. Dimiti¨®. "Cuando mi marido fue a buscar mi finiquito, mi jefa le jur¨® que nunca jam¨¢s volver¨ªa a contratar a una mujer. A m¨ª, en una reuni¨®n sobre horarios, me hab¨ªa gritado: '?Yo no tengo por qu¨¦ tener en cuenta los problemas personales de los empleados!'. Yo no ten¨ªa ning¨²n problema personal. Ten¨ªa un hijo".
Pasaron meses de desplantes hasta que present¨® la demanda. Sus compa?eros dejaron de hablarle. Le retiraron todas sus funciones. "Me echaba a llorar en cuanto me pon¨ªa el uniforme. La directora me dijo de repente que ten¨ªa que ir con el pelo recogido y sin pendientes. Me prohibieron guardar el carrito del ni?o donde todos guardaban sus cosas... Llev¨¦ los pendientes al juicio para que los viera la juez", recuerda mientras se pellizca los l¨®bulos de las orejas, adornadas con dos lunas diminutas.
Ahora busca trabajo. "Lo primero que te preguntan es si tienes hijos o si los vas tener. Cuando estudiaba, ve¨ªa a mi madre y pensaba: 'A m¨ª esto no me va a pasar'. No hemos avanzado nada. Tengo 34 a?os y mi carrera profesional se ha acabado porque he sido madre. ?Me siento tan defraudada!".
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